SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD -A-


PRIMERA LECTURA 


Lectura del libro del Éxodo. Éx 34, 4b-6. 8-9
Señor, Dios compasivo y misericordioso
EN aquellos días, Moisés madrugó y subió a la montaña del Sinaí, como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra.
El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor.
El Señor pasó ante él proclamando:
    «Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad».
Moisés al momento se inclinó y se postró en tierra. Y le dijo:
    «Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque es un pueblo de dura cerviz; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya».
Palabra de Dios. 

Aleluya
Ap 1, 8
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo;
        al Dios que es, al que era y al que ha de venir.   
R/. 

REFLEXIÓN 

DIOS SE DEFINE A SI MISMO   
Es importante que nos detengamos en la definición que da de sí mismo Dios cuando pasa delante de Moisés: "Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad". Es decir, el Dios que se presenta en el Éxodo es un Dios compasivo, misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad. Esto es interesante que no lo perdamos de vista, porque es desde ahí desde donde tenemos que mirarlo; además es importante que tengamos en cuenta que esta proclamación que hace Dios de sí mismo, es justamente después que el pueblo le ha dado la espalda y se ha hecho el becerro de oro, con lo que se acentúa mucho más la diferencia entre el pueblo infiel, desleal y terco y Dios, leal, fiel, misericordioso.
Por otro lado, queda patente la decisión de Dios de caminar al lado de su pueblo para que consiga la libertad, cosa que lo hace un Dios que se une a la historia de libertad del hombre; con Jesús quedará certificada esta dimensión: el mismo Dios que se hace historia de los hombres.
Por eso, no podemos pensar a Dios desconectado de la historia de los hombres, un dios aislado, desinteresado de nuestros asuntos y de nuestras vidas, ese no sería el Dios de Israel y el que Cristo nos transmitió.
El gran peligro que tenemos los cristianos es la presión que aguantamos porque, precisamente, se quiere desconectar a Dios de la vida, de la historia y reducirlo a un sentimiento, a una energía con la que nos conectamos para sentirnos a gusto a nivel individual, pero sin más trascendencia social. 

Salmo responsorial
Dn 3, 52 - 56

R/.   A ti gloria y alabanza por los siglos. 

        V/.   Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
                bendito tu nombre santo y glorioso.   
R/.
R/.   A ti gloria y alabanza por los siglos. 

        V/.   Bendito eres en el templo de tu santa gloria.
                Bendito eres sobre el trono de tu reino.   R/.
R/.   A ti gloria y alabanza por los siglos. 

        V/.   Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
                sondeas los abismos.   
R/.
R/.   A ti gloria y alabanza por los siglos.

        V/.   Bendito eres en la bóveda del cielo.   R/.
R/.   A ti gloria y alabanza por los siglos.

SEGUNDA LECTURA 

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 2 Cor 13, 11-13
La gracia de Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo
HERMANOS, alegraos, trabajad por vuestra perfección, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.
Saludaos mutuamente con el beso santo.
Os saludan todos los santos.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con todos vosotros.
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN

CON UNA ACTITUD POSITIVA 
S. Pablo se dirige a la comunidad de los corintios  teniendo muy presente la situación por la que atraviesa: hay una división enorme entre ellos que, incluso, no le reconocen su autoridad y por eso, les invita a la paz y la concordia, a animarse mutuamente en lugar de criticar y ponerse zancadillas; están llamados a ser testigos de resurrección; la actitud que ha de reinar es muy distinta a la que tienen, por eso les invita a cambiar y a tener una postura diferente: “Alegraos, enmendaos, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz”. Este es el camino único que nos lleva a la perfección y por el que podemos encontrar a Cristo presente entre nosotros; por su parte les recuerda que su misión es llevar la paz y la reconciliación entre los hermanos.
Al final concluye proclamando su fe en Dios que tiene una dimensión trinitaria: “la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con vosotros" 2 Cor 13,13. que después quedará como saludo a la asamblea. 

Aleluya Apoc. 1, 8 

Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Al Dios que es, que era y que vendrá.
Aleluya. 

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 3, 16-18
Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él 

TANTO amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzga- do, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Palabra del Señor. 

REFLEXIÓN

DAR UN TESTIMONIO INTELIGIBLE  
Ya conocemos a S. Juan quien utiliza los símbolos para expresar las ideas más profundas y el texto de hoy es la cumbre de su manera de expresarse. Pero entre las cosas que hace, una de ellas es presentar la figura de Dios como la expresión máxima del amor que llega a dar todo por amor: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él”.
Debemos tener presente que en tiempos de Jesús y en los primeros tiempos de la iglesia, la idea que se tiene del Mesías es la de un enviado por Dios para recuperar la libertad y la grandeza de Israel, pero no se puede entender que sea el mismo Dios quien baje a la tierra y se quede actuando y viviendo con los hombres; esta idea y esta nueva imagen tendrá que ir calando en el corazón y en la mente de todos, para lo que ayudó enormemente la mentalidad griega del momento en la que se sostienen los conceptos de “sustancia”, “esencia”, “hipostasis”… que ayudarán a que se pueda concebir la idea de un Dios Padre-Hijo Espíritu Santo.
Estas verdades que se plasman con un lenguaje de un momento, quedan grabadas y hay que ir explicándolas a través de los siglos con un nuevo lenguaje, unos nuevos conceptos que se van teniendo en cada momento de la historia, entonces vemos cómo van cambiando los símbolos; otros van perdiendo su significado y otros pierden fuerza, mientras que otros conceptos llegan a tener auge en detrimento de otros que llegan a perder por entero su significado.
Esta realidad la estamos constatando a cada momento en nuestro tiempo, en el que muchas de las fórmulas que se venían manteniendo necesitan una nueva definición, pues se vuelven ininteligibles a la gente del momento histórico que vivimos.
Esto nos lleva a los cristianos a vivir en tensión, pues estamos llamados a ser testigos de la grandeza de Dios-Trino y hemos de utilizar el lenguaje y las formulas del momento que vivimos para que podamos ser entendidos, pues de lo contrario, nos quedamos en la cuneta de la vida con una verdad que no le sirve a nadie porque no podemos expresarla.