DOMINGO DE BAUTISMO DEL SEÑOR

 

«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco»
Del evangelio según san Lucas.
En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo:
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco». Palabra del Señor.
    Culminamos con este domingo el tiempo de Navidad con el Bautismo del Señor. Hoy Jesús se pone al lado del pecador para comenzar la misión: redimir al mundo del pecado. Hoy podemos descubrir cual es la misión de Cristo, como lo vemos en la primera lectura, con este misterio del bautismo del Señor él comienza su vida pública con el anuncio de la Buena noticia y nos invita a seguirle, puesto que Él nos bautizó con Espíritu Santo y fuego.
    Nos invita a reconocerlo en medio de  nuestro mundo y en la escucha de la Palabra, puesto que el Padre así lo dispone "en ti me complazco", nos invita a ser solo instrumentos como Juan el bautista, a preparar el camino. Nos invita a que recordemos nuestro propio Bautismo puesto que nacemos del costado abierto de Cristo en la cruz y nos convierte en misión, la misma que Él tuvo: dar a conocer el inmenso amor del Padre en medio de nuestro mundo.
    Vivamos en plenitud nuestro Bautismo y dejemos que Él sea manifestado en medio de la humanidad como el Cordero que quita el pecado, como siervo obediente hasta la cruz y como Juez y Señor de la historia que un día vendrá sobre las nubes del cielo.