DOMINGO IX DEL TIEMPO ORDINARIO -A-

PRIMERA LECTURA


Lectura del Libro del Deuteronomio 11, 18. 26 28
Mirad: os pongo delante maldición y bendición

Moisés habló al pueblo diciendo:
—Meteos mis palabras en el corazón y en al alma, atadlas a la muñeca como un signo y ponedlas de señal en vuestra frente.
Mirad: hoy os pongo delante maldición y bendición: la bendición, si escucháis los preceptos del Señor vuestro Dios que yo os mando hoy; la maldición, si no escucháis los preceptos del Señor vuestro Dios y os desviáis del camino que hoy os marco, yendo detrás de dioses extranjeros que no habíais conocido.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“COHERENCIA CON LAS OPCIONES”

Dios sale al encuentro del hombre, le indica el camino errado y le invita a entrar por el camino que le lleva a buen término, como esas señales que encontramos en la carretera o en las ciudades que te dicen: “dirección prohibida”, “calle sin salida”, “camino en mal estado”… Su palabra es fiable, no quiere que nos equivoquemos y perdamos la vida, siempre busca nuestro bien.
Por el contrario, indica también el camino que nos va a llevar a buen término: “si escucháis los preceptos del Señor vuestro Dios que yo os mando hoy, viviréis” y será vuestra bendición porque triunfaréis, es decir: de la misma manera que intenta ayudarnos a no fracasar, desea profundamente nuestro triunfo y nuestra felicidad .
No obstante, siempre queda la libertad para plantearse frente a la indicación amorosa que Dios da: yo puedo despreciar las indicaciones que me hace Dios para no fracasar y el camino que me propone para triunfar, pero cuando desprecio la orientación de Dios y opto por lo que yo creo conveniente… cuando me encuentre el camino en mal estado o el callejón sin salida de la vida… ¿entonces qué? ¿Me vuelvo a Dios llamándole injusto? ¿Me vuelvo a protestarle por el mal que existe diciéndole que por qué lo permite si es que es un Dios tan poderoso?
Y vuelve a demostrarse la grandeza de Dios y su infinita misericordia cuando, a pesar de nuestro cinismo, nos sigue manteniendo en la existencia y sigue cuidando de nosotros, aguantando hasta que queramos volver la mirada a Él y reconozcamos que nos hemos equivocado y cambiemos.
Dios sabe que la vida se hace a base de elecciones y renuncias y cada paso que damos supone una toma de postura frente a la vida y esas decisiones llevan siempre consigo un cargar con las consecuencias de la decisión que hemos tomado, este es el riesgo del ejercicio de la libertad.
De todas formas Dios nos ha dejado un referente para las decisiones que nos pueden llevar a la felicidad: El ha apostado por la VIDA, por el AMOR, por la JUSTICIA, por la VERDAD, por la FRATERNIDAD…el resto está en nuestras manos.

Salmo responsorial Sal 30, 2 3a. 3bc 4. 17 y 25

V/. Sé la roca de mi refugio, Señor.
R/. Sé la roca de mi refugio, Señor.
V/. A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú que eres justo, ponme a salvo; inclina tu oído hacia mí, ven aprisa a librarme.
R/. Sé la roca de mi refugio, Señor.
V/. Sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame.
R/. Sé la roca de mi refugio, Señor.
V/. Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia.
Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor.
R/. Sé la roca de mi refugio, Señor.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 3, 21 25. 28
El hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley

Hermanos:
Ahora, la justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los Profetas, se ha manifestado independientemente de la Ley.
Por la fe en Jesucristo viene la justicia de Dios a todos los que creen, sin distinción alguna. Pues todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención de Cristo Jesús, a quien constituyó sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre.
Sostenemos, pues, que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN


“LA MISERICORDIA POR ENCIMA DE LA LEY”

S. Pablo se plantea el tema de las decisiones del hombre: en un principio optó por darle la espalda a Dios y se destruyó a sí mismo, ya que apostó por el camino equivocado, frente a la propuesta de felicidad que Dios le presentó.
El hombre, metido en ese camino equivocado, no encontrará jamás la felicidad, por más leyes que establezca para arreglar el entuerto, pues eso es lo que hace la ley, ya que surge siempre para dar respuesta a un fallo cometido y evitar que se vuelva a dar, es algo así como poner un remiendo para que no se vea el roto.
Dios tiene que salir de nuevo al encuentro del hombre y le vuelve a proponer un “estado” completamente nuevo en Jesucristo: se trata de aceptarlo y seguir sus pasos, dejarse amar y salvar por Él. Esto es un regalo excepcional con el que se vuelve a poner en evidencia la voluntad salvadora de Dios.
Pero de la misma manera que al principio, vuelve a ponerse en evidencia la terquedad y el cinismo del hombre que se revuelve, desprecia, se opone y hasta persigue a Jesucristo, considerándolo como su opositor.
Es imposible sustraerse a la pregunta: ¿Hasta cuándo aguantará Dios las torpezas del hombre y le seguirá dando una nueva oportunidad? Lo grande y fascinante, es saber que por encima de nuestra estupidez, está siempre la bondad y la misericordia de Dios.

Aleluya

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 7, 21 27
La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Aquel día muchos dirán: Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?
Yo entonces les declararé: Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.
Palabra del Señor

REFLEXIÓN


“EL QUE ADVIERTE NO ES TRAIDOR”

Es importante que no perdamos de vista que S. Mateo escribe su evangelio partiendo del discurso programático de Jesús: las BIENAVENTURANZAS y el contexto en el que Jesús quiere dejar bien claro cómo se le sigue es fundamental y será lo que marque toda la trayectoria: su palabra no es un sonido cualquiera que se oye, como quien oye llover, que te puedes poner el paraguas, no, su palabra es determinante, es una palabra viva que exige una respuesta y la respuesta no es un sí o un no, sino una adhesión a su persona y a su proyecto. “"No todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial". Está claro: no se trata de decir si o no, sino de HACER lo que Dios está pidiendo, por tanto, no es una religiosidad de PALABRAS sino de HECHOS, de actitudes, y no caminar así significa no estar en la línea del Reino.
Y es curioso que incluso recalque: “ Pero Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros? Es decir: se trata de gente que, incluso han estado realizando una labor profética o carismática, pero ni eso valdrá como carnet que nos identifique delante de Dios, si es que no hemos hecho nuestra la propuesta del Reino y la hemos puesto en práctica.