DOMINGO XXX DEL T. ORDINARIO -B-



PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro de Jeremías 31, 7‑9
Guiaré entre consuelos a los ciegos y cojos 

Así dice el Señor:
*Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos;
proclamad, alabad y decid: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel.
Mirad que yo os traeré del país del norte, os congregaré de los confines de la tierra.
Entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas: una gran multitud retorna.
Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos;
los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán.
Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito.+
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN 

¿DÓNDE HALLAREMOS MOTIVOS DE ALEGRÍA? 

El texto que nos presenta la liturgia de hoy  formado por 3 versículos del cap. 31 junto con todo el cap. 30 de Jeremías, forman lo que llamamos el “libro de la Consolación” cuyo culmen del mensaje está justamente aquí: Jeremías, después de todo lo que el pueblo lleva sufrido en el largo destierro, anuncia la vuelta a su tierra e invita a que todos se alegren: “Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos”, pero es curioso un dato: el motivo de la alegría no es algo que ya tienen en las manos, sino algo que es futuro, se trata de una promesa y lo que garantiza la alegría es la seguridad del que la hace: Dios: “El Señor ha salvado a su pueblo” y Él no falla, Él “es un padre para Israel” y cumplirá su palabra.
            Y ¿qué es lo que este Padre hace por sus hijos? Lo expresa con toda claridad: “los va a traer del país del norte”… “los va a guiar entre consuelos”, “los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán…” Es decir: va a cambiar radicalmente la situación en la que se encuentra su pueblo.
            Hay otra cosa interesante que apunta el texto: va a poner especial interés por los ciegos, los cojos, las preñadas, las paridas… es decir: punto de especial atención  van a ser los más oprimidos y débiles, los que más dificultad tienen para caminar; pero sigue siendo interesante el dato: esas preñadas y paridas son la base y el fundamento de la esperanza y de la alegría del futuro… Es imposible controlar el deseo de mirar a nuestro alrededor y ver cómo lo que es motivo de esperanza para todos los pueblos de la tierra, hoy se lo ha convertido en una lacra: el hecho de la vida y la capacidad de generarla.
            Cuando miramos nuestra realidad y la situación en la que estamos metidos, no solo cuando el futuro económico se pone cada vez más oscuro, sino cuando vemos que se ha perdido hasta la base para la esperanza y la alegría del futuro, uno llega a sentir que caímos en un destierro tremendo que terminó con nuestro ser, pues hasta el valor de la vida lo hemos perdido y cuesta mucho encontrar un motivo que nos empuje a alegrarnos.
 

Salmo responsorial Sal 125, 1‑2ab. 2cd‑3. 4‑5. 6

R/.  El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.
R/.  El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

Hasta los gentiles decían:
“El Señor ha estado grande con ellos.”
El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. R/.
R/.  El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. R/.
R/.  El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

Al ir, iba llorando, llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.
R/.  El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
 

SEGUNDA LECTURA 

Lectura de la carta a los Hebreos 5, 1‑6
Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec 

Hermanos:
Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades.
A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.
Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: “Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy”, o, como dice otro pasaje de la Escritura: “Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.”
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN 

“CRISTO HA SUPERADO TODOS LOS ESQUEMAS RITUALES”  

 Continuamos meditando la carta a los hebreos que comenzamos el domingo 27 y que seguiremos con ella hasta el domingo 33.
En toda la carta vamos encontrando un claro sentido de dar ánimo a todos aquellos cristianos que dejaron el judaísmo y se hicieron seguidores de Jesús, pero al encontrarse con las dificultades de la vida, la persecución que tienen que afrontar y la incomprensión, comienzan a sentir el cansancio de la lucha y con mucha frecuencia vuelven la vista atrás y sienten añoranza por la liturgia, y la fastuosidad del judaísmo,  todas las normas judías clon las que se sentían protegidos y el autor de la carta les recuerda que el culto judío, por mucho esplendor que tuviese, no les conseguía la reconciliación con Dios ni con sus hermanos; todo eso no era más que un símbolo de lo que sería la realidad que trajo Jesús y que se estableció definitivamente con Él.
El verdadero culto a Dios no es el que imponían las normas establecidas por Moisés; ese culto no perdonaba los pecados ni restauraba al hombre.
Dios ha establecido a Jesús como único y verdadero mediador; Él ha compartido  nuestra condición humana y ha hecho posible el acercamiento a Dios, Él nos ha abierto el acceso a Dios y nos ha puesto en comunión con el Padre.
Él es el único Camino que nos conduce y nos acerca al Padre y fuera de Él, es imposible entrar en la comunión del Padre: “Nadie puede arrogarse este honor”.
Es común encontrar gente que, cuando tiene que hablar del sacerdocio, tal como lo tenemos hoy en la iglesia, suele echar mano a este texto para argumentar cómo debe ser el sacerdote auténtico, pero aquí no se habla de nada de eso, sino que el texto hace una comparación entre los sacerdotes de la antigua alianza y el nuevo sacerdocio de Cristo, para decir que no hay comparación entre una cosa y otra, pues el sumo sacerdote del templo no tiene poder de perdonar, ni de establecer nada que acerque al hombre a Dios, simplemente realiza ritos con los que el hombre puede sentirse mejor, pero todo sigue cerrado.
Con Cristo se inaugura una nueva realidad, su sacrificio ha acabado con todos los ritos y sacrificios de la Antigua Alianza.
            El autor de la carta hace una comparación, indicando la semejanza que puede haber entre ambos Sumos sacerdotes: En la antigüedad el Sumo Sacerdote es escogido del Pueblo, en la Nueva Alianza nuestro Sumo sacerdote también ha tomado carne humana y, por tanto, es de los nuestros y comprende perfectamente al ser humano, pero al ser Dios, se convierte en el único mediador entre Dios y los hombres, cosa que el antiguo sacerdocio no puede hacer.
 

Aleluya cf. 2 Tm 1, 10 

Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte
y sacó a la luz la vida, por medio del Evangelio.
 

EVANGELIO 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 46‑52
Maestro, haz que pueda ver 

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
-“Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.”
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más:
-“Hijo de David, ten compasión de mí.”
Jesús se detuvo y dijo:
-“Llamadlo.”
Llamaron al ciego, diciéndole:
-“ánimo, levántate, que te llama.”
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo:
-“¿ Qué quieres que haga por ti?”
El ciego le contestó:
-“Maestro, que pueda ver.”
Jesús le dijo:
-“Anda, tu fe te ha curado.”
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
Palabra del Señor.
 

REFLEXIÓN
 

“EL MODELO DEL DISCÍPULO”  
 

Venimos viendo a Jesús “En el Camino” y allí, sentado al borde, se encuentra Bartimeo: es un ciego que  le gustaría vivir y gozar de lo que disfruta todo el mundo, pero se ve impedido.
Desde la interpretación exegética, es alguien que no puede entrar en el camino, le faltan muchas cosas que le permitan seguir a Jesús; Él no rechaza, está a la búsqueda, está al borde, necesita ver algunas cosas, sobre todo necesita encontrarse con Jesús, que es lo que en definitiva lo pone en el “Camino”.
El relato está puesto al final de la sección de los milagros del evangelio de S. Marcos y aparece como un hecho en el que Marcos quiere acentuar la importancia que tiene la fe para los discípulos, sin ella no pueden caminar, se van quedando siempre al borde.
Es interesante ver dónde ha colocado S. Marcos el relato: inmediatamente después del momento en que los dos hermanos le piden a Jesús un puesto en el Reino de los Cielos, cuando van subiendo a Jerusalén.
La pregunta de Jesús al ciego es la misma que a los dos hermanos: “¿Qué queréis que haga por vosotros? Las respuestas, en cambio, son bien diferentes: los hermanos buscan sentarse en el poder, pues llevan ya mucho tiempo andando de un lado para otro y desean coger el mando.
Bartimeo, en cambio, está cansado ya de estar sentado al borde del camino pidiendo limosna; él quiere encontrar el camino de la vida, desea seguir a Jesús y encontrarle sentido a su vida: dos intenciones completamente distintas.
Es curioso ver que Marcos presenta al ciego como el modelo del discípulo y no a los hermanos que están a su lado; de hecho Bartimeo se incorporó y lo siguió a Jerusalén afrontando  las consecuencias las consecuencias del seguimiento mientras los otros quisieron disuadirlo para que no fuera