PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del
Génesis 2, 18‑24
Y serán los dos una sola carne
El Señor Dios se dijo:
-“No está bien que el hombre esté solo; voy a
hacerle alguien como él que le ayude.”
Entonces el Señor Dios modeló de arcilla
todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al
hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que
el hombre le pusiera.
Así, el hombre puso nombre a todos los
animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no
encontraba ninguno como él que lo ayudase.
Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el
hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el
sitio con carne.
Y el Señor Dios trabajó la costilla que le
había sacado al hombre, haciendo una mujer, y se la presentó al hombre.
El hombre dijo:
-“¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne
de mi carne!
Su nombre será Mujer, porque ha salido del
hombre.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a
su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.”
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
“CUANDO
CAMBIAMOS EL SIGNO DE LAS COSAS”
Como ya sabemos, hay dos relatos de la
creación, el que nos trae hoy la liturgia es el segundo, en el que la mujer
aparece después del hombre, como un complemento que Dios da al varón, una
acompañante para que no se sienta solo; ambos son hechura de Dios, por lo tanto
deberían ser iguales, pero esa igualdad no está garantizada en el texto ni
escrita en el código genético, sino que esto será justamente una conquista de
la libertad que ambos han de construir.
En la primera narración, hecha por la
escuela sacerdotal, subraya la igualdad fundamental entre el hombre y la mujer:
“Dios creó el hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó” (Gn. 1,27) Esta versión es la que cita Mc. 10,6 acentuando la absoluta
igualdad entre ambos, no se entiende el uno sin el otro, son los dos una misma
cosa.
La tradición posterior, sobre todo
judía, se basó en esa lectura sesgada que parece indicar que la mujer es una
ayuda para el hombre, algo que le faltaba para ser feliz y, por tanto, se
consideraba inferior, dando como resultado una actitud machista y de dominio
sobre la mujer como si fuera una “cosa” que se posee para utilizar el hombre en
su beneficio.
De todas formas, el mensaje central no
está en la presentación de dos seres sometidos el uno al otro, sino en la
expresión máxima del amor de Dios que lo deja plasmado en dos personas hechas a
su imagen y semejanza, para que, al estilo de Él se amen, se apoyen, se
potencien, sean felices, sin sentirse ninguno dominado ni dominador, sino
iguales en dignidad y grandeza, con un destino común y un proyecto común.
Leer desde otra óptica el texto, es
sacarlo de contexto, manipularlo, distorsionarlo y decir todo lo contrario de
lo que quiso decir desde el principio.
Hoy existe la tendencia a radicalizar
la lectura en la misma vertiente que hicieron los judíos, pero cambiada de
signo: el feminismo, que al final hace exactamente lo mismo y destruye por
entero la grandeza del hombre y de la mujer, pues no pueden entenderse el uno
sin el otro
Salmo responsorial Sal 127,
1‑2. 3. 4‑5. 6 (R/.: cf. 5)
R/.
Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus
caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo, serás
dichoso, te irá bien. R/.
R/.
Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.
Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu
casa;
tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor
de tu mesa. R/.
R/.
Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.
Esta es la bendición del hombre que teme al
Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén todos
los días de tu vida. R/.
Que veas a los hijos de tus hijos. (Paz a Israel! R/.
R/.
Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los
Hebreos 2, 9‑11
EL santificador y los santificados proceden
todos del mismo
Hermanos:
Al que Dios había hecho un poco inferior a
los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y
muerte.
Así, por la gracia de Dios, ha padecido la
muerte para bien de todos.
Dios, para quien y por quien existe todo,
juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria,
perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación.
EL santificador y los santificados proceden
todos del mismo.
Por eso no se avergüenza de llamarlos
hermanos.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
“POR
LA CRUZ A LA RESURRECCIÓN”
Desde siempre hemos venido escuchando
que hay diferentes posturas frente a Jesús: una es la de aquellos que se quedan
en el viernes santo, llorando abrazos a la cruz y no dan el paso al domingo,
con lo que ser cristiano es un continuo sollozo y lamento por el daño y el
dolor que le causaron a Jesús; la otra posturas es la de aquellos que no
quieren mirar a Jesús clavado: para ellos solo tiene valor el Cristo
Resucitado, el Jesús de la pasión y muerte es una página en el libro de la
historia y de la vida que hay que pasar.
El autor de la carta a los hebreos
viene a poner los puntos sobre las íes y a dejar bien claro que, los cristianos
no nos podemos quedar anquilosados mirando a la cruz, y construyendo nuestra
vida a partir del dolor, del sufrimiento y de la muerte, sino que hemos de
mirar a Cristo resucitado sabiendo que la resurrección pasa inevitablemente por
la muerte, por tanto, ni nos podemos quedar anquilosados abrazados a una cruz
ni diciéndole a Jesús, “bájate de esa cruz y desde la alegría te seguiremos”.
En el mundo en que vivimos, es duro
aceptar esta realidad, cuando todo nos dice que hay que evitar el sufrimiento,
que hay que gozar a toda costa en la vida, que nacimos para disfrutar e incluso
el amor se lo confunde con mucha frecuencia con el placer.
Un cristiano no es un masoquista que
disfruta con el dolor y el sufrimiento, ni tampoco lo busca, pero tampoco es un
hedonista que huye del dolor y el sufrimiento, si es que tiene que enfrentarlo,
pues la lucha, el dolor, la incomodidad… no tienen la categoría de obstáculos
para un cristiano, de forma que lo puedan alejar de Dios, de la misma manera
que tampoco lo fueron para Jesús que anduvo el primero el camino.
Aleluya 1 Jn 4, 12
Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en
nosotros,
y su amor ha llegado en nosotros a su
plenitud.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos
10, 2‑16
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el
hombre
En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y
le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba:
-“¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su
mujer?”
Él les replicó:
-“¿Qué os ha mandado Moisés?”
Contestaron:
-“Moisés permitió divorciarse, dándole a la
mujer un acta de repudio.”
Jesús les dijo:
-“Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés
este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer.
Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y
serán los dos una sola carne". De modo que ya no son dos, sino una sola
carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.”
En casa, los discípulos volvieron a
preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
-“Si uno se divorcia de su mujer y se casa
con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su
marido y se casa con otro, comete adulterio.”
Le acercaban niños para que los tocara, pero
los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
C*Dejad que los niños se acerquen
a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os
aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.+
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles
las manos.
Palabra del Señor.
En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y
le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba:
- “¿Le es lícito a un hombre divorciarse de
su mujer?”
É1 les replicó:
-“¿Qué os ha mandado Moisés?”
Contestaron:
-“Moisés permitió divorciarse, dándole a la
mujer un acta de repudio.”
Jesús les dijo:
-“Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés
este precepto. Al principio de la creación Dios “los creó hombre y mujer. Por
eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán
los dos una sola carne”. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que
Dios ha unido, que no lo separe el hombre.”
En casa, los discípulos volvieron a
preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
-"Si uno se divorcia de su mujer y se
casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su
marido y se casa con otro, comete adulterio.”
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
“DESMONTANDO PREJUICIOS”
Basándose en esta versión, sostienen que la mujer es
inferior al hombre, y se sienten con autoridad para despreciarla, marginarla y
hasta matarla. De la misma manera desprecian a los pobres, a los enfermos, a
los niños y a todos aquellos que tienen alguna deficiencia.
Al enfrentarse a Jesús, se exponen a lo que encontraron:
el arrinconamiento con sus mismas armas, con lo que Jesús les declara que están
completamente fuera de onda lo mismo que lo están muchas de las costumbres y
tradiciones que se han apoyado en interpretaciones partidista e interesadas de la
ley, que ellos mismos han hecho, por eso no tiene miedo en lanzarles la
amonestación: “Quien repudie a su mujer y se case con
otra, comete adulterio contra la primera; y lo mismo la mujer: si repudia a su
marido y se casa con otro, comete adulterio”.
Sin embargo, los discípulos se ve
que también eran partidarios de la interpretación de la interpretación que
hacen los fariseos de la ley y por eso, cuando llegan a casa le preguntan a
Jesús sobre lo que le había afirmado a los fariseos y Jesús es tajante con
ellos: no se puede seguir instalados en esas formas de pensar y de vivir.
Ahí aprovecha para desmontarles otra
forma de pensar que tienen: el sentido de grandeza, basado en el prestigio, el
poder, la riqueza y, desde ahí, valoran a la gente y les hace caer en un
detalle que están realizando: no dejan que los niños lo escuchen y se le
acerquen, pues los niños son considerados algo que no tiene valor alguno, peor
aun si es una niña, y pensaban que un verdadero maestro no puede perder el
tiempo acercándose a los niños, eso era perder la autoridad y el prestigio; era
otro punto más en el que difieren y ha de bajarles del pedestal en que se han
subido.
No se puede seguir pensando con
esquemas de poder, sino que hemos de ponernos en el mismo nivel de los niños,
que no pueden reclamar méritos de ningún tipo, pues no tienen fuerza, poder ni
capacidad para nada y saben que todo lo que tienen y reciben es un don gratuito
que se les da por puro amor y, por eso acogen el reino de Dios como un regalo
que se les hace.
Al pensar en todo esto, no puedo
evitar el pensar de cuantos pedestales nos tiene que bajar hoy Jesucristo a
cada uno de sus “seguidores” y a la iglesia entera, pues tenemos un montón de
“escaparates” desde los que miramos el mundo, que nos separan completamente de
él y obstaculizan el mensaje.