PRIMERA LECTURA
DOMINGO XXXI DEL T. O. –B-
Lectura
del libro del Deuteronomio 6, 2‑6
Escucha, Israel:
Amarás al Señor con todo el corazón
En
aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo:
-“Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus
mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis;
así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya
bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: “Es una
tierra que mana leche y miel.”
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es
solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma,
con todas las fuerzas.
Las palabras que hoy te digo quedarán en tu
memoria.”
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
VERDAD
Y LIBERTAD
En Dt. 4,1 el
autor pedía al pueblo una actitud de escucha constante a las indicaciones que
Dios da, para que no se desvíe y pueda responder a lo que le pide que es lo que
le va a traer la salvación; hoy le pide no solo que lo escuche, sino que se lo
transmita a sus hijos y a sus nietos, pues en el cumplimiento de estos consejos
va a consistir el triunfo como pueblo sobre la tierra: “Para que seas dichoso y
te multipliques” y consiga el triunfo y la meta que es “la tierra que mana
leche y miel”
Dios le pide al pueblo fidelidad, lo mismo que Él la
tiene, sin dejar que otro dios se interponga en su camino: el dios dinero,
poder, riquezas,… que lo único que van a hacer es esclavizarlo.
Por eso le pide que recite tres veces al día, para que no
se le olvide, este mensaje que es el único principio de libertad y que será su
profesión de fe: “El Shemá”: “Escucha,
Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con
todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas”.
Esto que el Señor pide a su pueblo, yo lo traigo hoy a
nuestra vida y, resulta que las leyes que hemos montado nos lo prohíben,
porque, entre los derechos humanos que hemos establecido está el derecho a la
libertad de conciencia, como si la verdad pudiera entrar en colisión con la
libertad. Pero según los esquemas establecidos, dios es un estorbo para la
realización del hombre, como si dijéramos que respirar es un contrasentido para
la vida.
Salmo
responsorial Sal 17, 2‑3a. 3bc‑4. 47 y 51ab
R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
R/.
R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Dios mío, peña mía, refugio mío,
escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R/.
R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido. R/.
R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
SEGUNDA LECTURA
Lectura
de la carta a los Hebreos 7, 23‑28
Como permanece
para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa
Hermanos: Ha habido multitud de sacerdotes
del antiguo Testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en
cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que
puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios,
porque vive siempre para interceder en su favor.
Y tal convenía que fuese nuestro sumo
sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado
sobre el cielo.
El no necesita ofrecer sacrificios cada día -como los sumos sacerdotes, que ofrecían
primero por los propios pecados, después por los del pueblo- , porque lo hizo
de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de
debilidades. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley , consagran al Hijo,
perfecto para siempre.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
LA
SUPERACIÓN DEL ANTIGUO SACERDOCIO
El autor de la carta a los
hebreos continua haciendo una legitimación del sacerdocio de Cristo como
prolongación y, sobre todo, como superación del sacerdocio judío.
El sacerdocio levítico ha quedado superado con Cristo por
el misterio pascual: Cristo ha resucitado, ya no muere más, por tanto, no se
necesita ya ser reemplazado por nadie, como ocurre en la institución sacerdotal
judía, en la que los sumos sacerdotes se suceden unos a otros porque la
naturaleza humana sigue dañada y necesita seguir ofreciendo sacrificios de expiación
por los pecados.
Cristo ha cogido la naturaleza humana, la ha hecho suya y
la ha transformado; se ha ofrecido a sí mismo como víctima expiatoria, ha
resucitado y su función sacerdotal es eterna porque ya no hay otro mediador
ante Dios, se ha en mediador universal de todos los hombres. Por otro lado, la
resurrección es el sello que indica la aceptación de Dios como único
intermediario, por tanto, se convierte en el único y eterno sacerdote, todos
los demás no han sido sino figuras de Él y, como no ha cometido pecado, tampoco
necesita ofrecer sacrificios de purificación personal, como hacen los otros
sumos sacerdotes, por eso, Él mismo se ofrece como la víctima más pura y
perfecta que existe.
Aleluya
Jn.14, 23
El que me ama guardará mi palabra -dice el
Señor-,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
EVANGELIO
Lectura
del santo evangelio según san Marcos 12, 28b‑34
No estás lejos del
reino de Dios
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús
y le preguntó:
-“¿Qué mandamiento es el primero de todos?”
Respondió Jesús:
-“El primero es: “Escucha, Israel, el
Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.” El
segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay mandamiento
mayor que éstos.”
El escriba replicó:
-“Muy bien, Maestro, tienes razón cuando
dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo
el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como
a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.”
Jesús, viendo que había respondido
sensatamente, le dijo:
-“No estás lejos del reino de Dios.”
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
¿A QUÉ DIOS?
Creo que nunca como
hoy es necesario tener bien claro lo que es primero y fundamental en la vida:
si a cualquiera le hicieran la pregunta que el escriba le hace a Jesús: ¿qué
mandamiento es el más importante de todos? estoy seguro que hoy contestaría:
“tener trabajo y un buen sueldo para vivir dignamente”, el segundo mandamiento
sería: “tener unos dirigentes honrados que sean ejemplo para toda la ciudadanía
y gobiernen con justicia”.
Jesús no duda un
momento y responde con absoluta certeza y claridad: El primer mandamiento, que
está por encima de cualquier otra cosa, es EL AMOR que empieza por Dios, con lo
que se impide que nadie ni nada se ponga por encima del hombre, porque Dios,
que es AMOR, es el máximo horizonte del hombre y no puede ser suplantado por
otros “dioses” (dinero, poder, lujo, prestigio…) que pueden someter al hombre y
quitarle su dignidad. Por eso, no hay cosa más importante que amar a Dios, pues
eso va a hacer que todo el resto de la vida cobre una dirección y una dimensión
decisivas.
Podemos pensar en
personas que son de una gran valía, cuando no es el AMOR el que rige sus vidas,
se convierten en verdaderos monstruos que pueden suponer un gran peligro para
la humanidad, por el contrario, cuando el AMOR es el motor de su existencia, se
convierten en una de las grandes bendiciones que recibe la humanidad, tenemos
ejemplos clarísimos.
Por eso, es
importantísimo ver cómo se orientan los sistemas de educación, políticos,
económicos, sociales… que son los que van a ir ayudando a que una persona
encuentre posibilidad de ir optando por un camino o por otro: no es lo mismo un
sistema que propicia la solidaridad, el respeto, la fraternidad… que otro que
propicia el individualismo, el egoísmo, el relativismo, la mentira y la
corrupción.