PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Daniel 12, 1‑3
Por aquel tiempo se salvará tu pueblo
Por aquel tiempo se levantará
Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán
tiempos difíciles, como no los
ha habido desde que hubo naciones hasta ahora.
Entonces se salvará tu pueblo:
todos los inscritos en el libro.
Muchos de los que duermen en el
polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para
ignominia perpetua.
Los sabios brillarán como el
fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la
justicia, como las estrellas,
por toda la eternidad.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
EL HORIZONTE DEL HOMBRE ES DIOS
Daniel vive una
situación límite en la que el horizonte ha desaparecido y la maldad llena la
tierra; todo está rozando el límite y el momento está a punto de llegar; ese
“tiempo” al que se refiere es el culmen de la maldad en el que se va a venir
todo abajo: cuando parezca que el mal ha
triunfado y ha desaparecido el bien de la tierra, es cuando habrá llegado el
momento; ya no habrá vuelta atrás, ni componendas de ningún tipo, ahí aparecerá
la VERDAD con todo su esplendor y el pueblo fiel experimentará el apoyo y el
consuelo del Señor.
Lógicamente, será un momento
terrorífico para aquellos que pasaron haciendo el mal, pero al mismo tiempo
será un momento de alegría desbordante para aquellos que permanecieron fieles
haciendo el bien, pues Dios conoce a los suyos, por su nombre y apellido y no
va a dejar que el mal les haga daño: “Los
sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la
justicia, como las estrellas, por toda la eternidad”.
En pura lógica
aflora la pregunta: ¿Cuál será el final de todos aquellos que pasaron
confundiendo a la humanidad y llevándola por caminos de destrucción? ¿Qué
cuentas tendrán que rendir aquellos que borraron el futuro de la esperanza a
los jóvenes de generaciones enteras, conduciéndolos por el sendero de la
muerte? ¿Cuál será la suerte de aquellos que, por ganar dinero, no dudan en
destruir el planeta sin pensar en los que vienen detrás y están dando lugar a
un caos?
¡Menos mal que frente a todos estos
exponentes del mal, nos queda la esperanza de que no es la suya la última
palabra, ni la JUSTICIA de Dios es la nuestra!
Salmo responsorial Sal 15, 5 y 8. 9‑10.11
R/.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
El Señor es el lote de mi
heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
R/.
R/.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Por eso se me
alegra el corazón, se gozan mis entrañas,
y mi carne
descansa serena.
Porque no me
entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu
fiel conocer la corrupción. R/.
R/.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Me enseñarás el sendero de la
vida,
me saciarás de gozo en tu
presencia,
de alegría perpetua a tu
derecha. R/.
R/.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 11‑14.18
Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van
siendo consagrados
Cualquier otro sacerdote ejerce
su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios,
porque de ningún modo pueden borrar los pecados.
Pero Cristo ofreció por los
pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de
Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como
estrado de sus pies.
Con una sola ofrenda ha
perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados.
Donde hay perdón, no hay ofrenda
por los pecados.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
ALIANZA DEFINITIVA
El pasaje de la carta a los
hebreos de este domingo viene a completar el tema que ya dejó abierto el
domingo pasado: Cristo se ha convertido en el mediador absoluto y eterno, pues
Él ha destruido el pecado y la muerte y ha obtenido el perdón de Dios de una
vez para siempre, por lo tanto, donde los pecados han sido perdonados, ya no se
necesita estar constantemente recordándolos y ofreciendo sacrificios de
expiación por ellos.
En
el antiguo sacerdocio, como el pecado seguía vivo y operante como expresión de
la distancia con Dios, era necesario hacer sacrificios constantemente por cada
uno de los pecados; Cristo ha roto esa dinámica con su entrega; su oblación ha
sido para la eternidad.
Cristo
ha vencido al mal y ya, solo espera que llegue el momento final y definitivo, a
nosotros solo nos toca unirnos a su triunfo y vivir en coherencia con el regalo
que nos ha conquistado, mientras el tiempo desemboca en la eternidad.
Mientras
ese momento llega, aquellos que han sido “consagrados” lo único que han de
hacer es aceptar la nueva dimensión en la que nos ha colocado y luchar para que
la voluntad que sigue rebelde, no nos arrastre al pecado que sería la negación
de la vida y de la felicidad y de la anulación en nosotros de la nueva realidad
que Cristo nos ha conseguido.
Aleluya Lc 21, 36
Estad siempre despiertos, pidiendo
fuerza para manteneros en pie ante el Hijo del hambre.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 24‑32
Reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos
En aquel tiempo, dijo Jesús a
sus discípulos:
-“En aquellos días, después de
esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las
estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearan.
Entonces verán venir al Hijo del
hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para
reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte.
Aprended de esta parábola de la
higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el
verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está
cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se
cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y
la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.”
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
SEGURIDAD EN LA
FIDELIDAD DE DIOS
Nos acecha siempre un gran
peligro y es el tomar las cosas al pie de la letra y creer que Marcos está
haciendo una descripción del final del mundo, ofreciendo el guión para una
película o una serie de terror. NO, el evangelista simplemente está recogiendo
un sentimiento que existe y un deseo de cambio de situación y de realidad; algo
muy parecido a lo que hoy nos está ocurriendo a todos con la vida y el sistema
que hemos montado: a nadie nos gusta esto, deseamos que haya un cambio cuanto
antes, pero vemos que nadie tiene la solución y que cada vez se ponen las
condiciones para el cambio más difíciles.
S. Marcos quiere dar
una respuesta a la situación que viven basado en las palabras de Jesús: el
reino de los cielos ya está aquí, convertíos, cambiad… ese reino llegará cuando
menos lo esperen y todo será nuevo.
Marcos deja claro que los
esquemas en los que se mueven se acabarán por que habrá una realidad nueva para
el hombre nuevo, una realidad que no está sometida a los esquemas de espacio y
tiempo: el sol que regula el curso de los años y la luna que regula el curso de
los meses… eso dejará de tener vigencia; este mundo y este sistema que aparecen
tan fuertes, tan estables, tan monolíticos que no parece haber posibilidad de
que se destruyas, el reino de Dios los aniquilará: se caerán las estrellas, los
astros del cielo se conmoverán… es decir: ante la JUSTICIA, LA VERDAD Y EL AMOR
los grandes ídolos que ha montado el mundo caerán y no tendrán fuerza ni
relevancia alguna… es la caída de todo este montaje basado en la injusticia, en
el odio y el atropello; todo esto está
llamada a destruirse; Cristo lo ha vencido ya y todo camina a su destrucción.
En medio de ese caos al que
está llamado el “mundo” que hemos montado, aparecerá Cristo, el hombre nuevo,
el verdaderamente humano, y ya no habrá vuelta atrás, porque ese proceso que
empezó el momento en que Él vino a la tierra y resucitó, ya es irreversible y
la VERDAD se impondrá por encima de la mentira y el engaño que hemos venido
manteniendo.
Lógicamente, todos aquellos
que pusieron sus vidas al servicio de una cosa u otra quedarán al descubierto
como fracasados o como triunfadores.
Ese momento será el “Momento
de la Justicia” en el que cada cosa será puesta en su sitio y todos los
torturados y atropellados por el sistema se levantarán como testigos contra él
proclamando su fracaso; será el juicio más tremendo que alguien pueda imaginar.
Estas verdades que S. Marcos
expresa aquí con símbolos, responden a la mentalidad y a la creencia que la
comunidad tiene y que se convierte en base de su esperanza y en sentido de toda
su lucha.
¿Cuándo ocurrirá todo esto?
Es el deseo que gravita en todos los creyentes y que poco a poco va perdiendo
fuerza al ver que la gente sigue muriendo y todo sigue igual, por eso Marcos
quiere reavivar esta esperanza dentro de la comunidad, acentuando las palabras
de Jesús: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”
(Mc.13,32)
Esto que ocurre a la
comunidad, sumida en fuertes contradicciones y atosigada por problemas de todo
tipo, es exactamente lo mismo que nos ocurre hoy, donde muchas veces no vemos
salida ni encontramos la respuesta que se está necesitando para una realidad
completamente nueva; las palabras del evangelio vienen a ser una luz de
esperanza que nos indican que Jesús no se ha ido y que, aunque todos se empeñen
en quitarlo de en medio, el mundo no tiene más salida que la que Él trajo y que
sigue pujando por salir a flote.