JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Daniel 7, 13‑14
Su dominio es eterno y no pasa
Mientras miraba, en la visión
nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó
al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio;
todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no
pasa, su reino no tendrá fin.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
UN TIEMPO DE DEMORA
Ya en los
versículos 1 al 0 del capítulo 7 Daniel narra una revelación que ha tenido
durante la noche, en la que aparecen los reinos que se irán turnando y aparecen
representados por cuatro monstruos que van a hacer la vida imposible de
vivirla, pero que lo único que van a conseguir es colmar la paciencia de Dios y
del pueblo: estos monstruos los describe: 1º) Un león con alas que se convierte
en un ser humano y arremete contra todos; 2º) Un oso con tres costillas que
devora carne de todo tipo; 3º)Un leopardo con cuatro alas y cuatro cabezas, con
todo el poder sobre la tierra y 4º) Un monstruo con 10 cuernos y en el centro un
cuerno pequeñito con ojos y con boca de
humano armado con unos dientes enormes de hierro con los que descuartiza todo
lo que coge y los destrozos los va pisando con sus pezuñas. En medio de este
marco de bestias y de muerte, aparece un trono de fuego donde se sentó un
anciano vestido de blanco.
Toda esa prepotencia que amenaza con
arrasar con todo, está llamada a desaparecer, pues Dios va a juzgar la historia
de acuerdo a la actuación que hayan tenido los hombres de cada uno de estos
reinados representados por los monstruos.
Esos
cuatro monstruos ya han sido condenados y están aguantando que llegue el
momento.
El momento ocurre cuando aparece
sobre las nubes la figura del “Hijo del hombre” que pone fin a esta etapa de
angustia que se ha instalado con estos monstruos.
Será el momento en que se impone
para siempre el trono de fuego que permanecía entre las fieras.
Intentando buscar semejanzas, como
si fuéramos a recrear la visión con la actualidad que vivimos, podríamos ir
poniendo nombres actuales a la visión de Daniel para quedarnos al final con la
pregunta lógica que aflora: ¿Cuándo llegará definitivamente el momento en que
desaparezcan para siempre estos monstruos y desaparezcan de la humanidad la
angustia, la destrucción y la muerte?
Efectivamente, “El Hijo de Dios” ya
llegó, el momento se cumplió, pero los monstruos siguen haciendo daño, ahora
solo nos queda la esperanza de que no son definitivos, y esperamos que Él meta
su mano, acelere el proceso y toque el corazón de estos salvajes que siguen atentando contra la humanidad y contra el
planeta.
Salmo responsorial Sal 92, 1ab. 1c‑2. 5
R/. El Señor reina, vestido de majestad.
El Señor reina, vestido de
majestad,
el Señor, vestido y ceñido de
poder. R/.
R/. El Señor reina, vestido de majestad.
Así está firme el orbe y no
vacila.
Tu trono está firme desde
siempre,
y tú eres eterno. R/.
R/. El Señor reina, vestido de majestad.
Tus mandatos son fieles y
seguros;
la santidad es el adorno de tu
casa, Señor,
por días sin término. R/.
R/. El Señor reina, vestido de majestad.
SEGUNDA LECTURA
Lectura del libro del Apocalipsis 1, 5‑8
El príncipe de los reyes de la tierra nos ha convertido
en un reino y hecho sacerdotes de Dios
Jesucristo
es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los
reyes de la tierra.
Aquel
que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha
convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre.
A
él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Mirad:
El viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos
los pueblos de la tierra se lamentaran por su causa. Sí. Amén.
Dice
el Señor Dios: *Yo soy el Alfa y la Omega , el que es, el que era
y el que viene, el Todopoderoso.+
Palabra de Dios
REFLEXIÓN
AÚN ESTAMOS A TIEMPO
La visión
apocalíptica del profeta Daniel (7,1-9) se cumplió en la persona de Cristo:
Dios determinó cortar de una vez para siempre el estado de angustia al que la
humanidad estaba abocada, al no saber cuál iba a ser el fin de esta barbarie y
Jesús llega y determina que el fin está marcado: todo camina hacia el reino de
Dios y no al de la muerte. Este proceso hacia el reino ya es imparable y al
final, no es la oscuridad y la muerte, sino la luz de la paz, del amor, de la
justicia y de la verdad las que van a iluminar el mundo y las que van a dar la
fuerza para que todo esto se realice.
La prueba inapelable de que esto es
así, está en que esas bestias lo mataron, pero Dios lo resucitó y su proyecto
no hay quien lo detenga. Esto lo han de ver hasta los mismos que lo mataron y
lo siguen matando.
El compás de espera en el que
estamos es una invitación a adherirnos al proyecto de Dios, tomando conciencia
del mal que hemos hecho o que hemos permitido y apoyado y rompiendo con él,
pues al final, cada cosa se pondrá en su sitio y cada uno acabará allí donde
optó y se mantuvo poniendo su ilusión, su esperanza y su vida.
Aleluya Mc. 11, 9b‑10a
Bendito el que viene en nombre
del Señor.
Bendito el reino que llega, el
de nuestro padre David.
EVANGELIO
Lectura del
santo evangelio según san Juan 18, 33b‑37
Tú lo dices: soy rey
En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús:
-“¿Eres tú el rey de los judíos?”
Jesús le contestó:
-“¿Dices eso por tu cuenta o te
lo han dicho otros de mí?”
Pilato replicó:
-“¿Acaso soy yo judío? Tu gente
y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?”
Jesús le contestó:
-“Mi reino no es de este mundo.
Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera
en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.”
Pilato le dijo:
-“Conque, ¿tú eres rey?”
Jesús le contestó:
-“Tú lo dices: soy rey. Yo para
esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad.
Todo el que es de la verdad escucha mi voz.”
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
UN REINADO DIFERENTE
Los esquemas en los que se
mueve Jesús y se mueven tanto judíos como romanos son completamente distintos:
para unos y para otros lo que existe en el horizonte es el poder y la gloria
del mundo y luchan unos por arrebatarlo y otros por que no se lo quiten; ambos
temen que el liderazgo que Jesús demuestra sea el peor enemigo con el que se
enfrentan, y unos y otros intentan romperlo, con lo que ellos mismos están
librando la batalla y demostrando que están absolutamente vencidos: están
luchando contra el peor enemigo que tienen y que lo llevan incrustado en su
alma: la mentira, el engaño hasta el punto que los judíos, incluso, están
decididos a renunciar a su tradición y a sus principios: “No tendrás otro dios
fuera de mi” ellos ahora dirán: “No tenemos otros rey que el Cesar”, es decir:
han perdido todos los papeles.
Y Pilato le deja
claro que él tiene el poder en sus manos: “¿Es que no sabes que tengo poder
para liberarte?, pero Jesús también lo deja fuera de juego: “Lo que tienes no
es tuyo, te lo han dado”, pero además, mi reino no es de este mundo y de ese
reinado tú no tienes idea…”
El reinado de Cristo,
efectivamente, no es el de este mundo: el de las armas, el de la violencia, el
del atropello, el del terror… Su reinado es el de la VERDAD el de la JUSTICIA,
el del AMOR… y Él se pone a la cabeza y manifiesta su entrega total, por lo que
está dispuesto a dar la vida; ellos en cambio están dispuestos a quitársela a
quien intente destronarlos; Jesús, en cambio, está feliz que haya cuantos más
mejor por ponerse a la cabeza y hacer lo que Él.
Pilatos se declara
fuera de juego: “¿Y qué es la verdad?” Efectivamente, no tiene idea de lo que
es eso, su terreno es la mentira, el engaño, la muerte, la violencia… en esas
cosas tiene todo el poder, como los judíos.
La propuesta sigue
haciéndosenos hoy a todos: ¿A quién queremos seguir, al Cesar o a Jesucristo?,
¿apostamos por la verdad, la justicia, el amor, la paz, la fraternidad, la
libertad… o, preferimos gritar: “No
queremos otro rey que el Cesar”? En ese caso, tenemos lo que hemos deseado, no
nos queda más remedio que aceptar las consecuencias.