DOMINGO III DE ADVIENTO -C-

PRIMERA LECTURA



 Lectura de la profecía de Sofonías 3, 14‑18a

 El Señor se alegra con júbilo en ti


Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén.

El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos.

El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás.

Aquel día dirán a Jerusalén: “No temas, Sión, no desfallezcan tus manos.

El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva.

Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta.»

                                                                                              Palabra de Dios.

 

COMENTARIO

 

¿CUÁNDO ACABARÁ LA PESADILLA?  

 

            Jerusalén ha atravesado la dura experiencia del reinado de Manasés, un rey catastrófico, idólatra y violento… su reinado fue una auténtica pesadilla para Israel y en esta situación, Sofonías pronostica la esperanza para el pueblo que ha de ser una explosión de gozo, de alegría, de regocijo, de fiesta, a lo que se une el mismo Dios.

            El motivo de toda esta gran alegría es que Dios ha cancelado la condena que pesaba sobre el pueblo y, como signo, les ha quitado la pesadilla, para quedarse Él en medio del pueblo; esto va a hacer que renazca el amor perdido y rejuvenezca dentro del pueblo cuando ya lo tenían casi olvidado.

            Este amor va a expulsar el temor y el terror, porque va a desaparecer el signo del político corrompido y corruptor que lo provoca, para dar paso a la Justicia, a la Verdad, a la fraternidad… a Dios.

            Esa pesadilla que asola al pueblo de Israel se viene repitiendo a través de los siglos y vuelve a reavivarse en los momentos actuales. Por eso, es imposible sujetar la pregunta esperanzada que surge ante este grito de esperanza: ¿Cuándo acabará esta pesadilla que supone esta casta de dirigentes que han implantado el desprecio de Dios y han establecido la mentira, el odio, la violencia, la injusticia como religión del dios dinero a quien adoran?

 

 

Salmo responsorial Is 12, 2‑3. 4bcd. 5‑6 (R.: 6)

 

R. Gritad jubilosos: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»

 

El Señor es mi Dios y salvador:

confiaré y no temeré,

porque mi fuerza y mi poder es el Señor,

él fue mi salvación.

Y sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R.

R. Gritad jubilosos: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»

 

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,

contad a los pueblos sus hazañas,

proclamad que su nombre es excelso. R.

R. Gritad jubilosos: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»

 

Tañed para el Señor, que hizo proezas,

anunciadlas a toda la tierra;

gritad jubilosos, habitantes de Sión:

«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.» R.

R. Gritad jubilosos: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»

 

SEGUNDA LECTURA



 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 4‑7

 El Señor está cerca


Hermanos: Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.

Que vuestra mesura la conozca todo el mundo.

El Señor está cerca.

Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

                                                                                              Palabra de Dios.

 

COMENTARIO

 

CRISTO ES NUESTRA SEGURIDAD  

 

            S. Pablo escribe a los cristianos de Filipos y les invita a pasar la página y mirar a Jesucristo que ha vencido la muerte y ha triunfado sobre toda opresión que nos quita la libertad y la dignidad, por tanto, su triunfo es el motivo de nuestra alegría, pues es nuestro mismo triunfo. Podemos mirar el horizonte con esperanza

            Invita a que no nos angustiemos y vivamos en el terror, pues lo máximo que nos pueden hacer es quitarnos la vida y ese es precisamente nuestro gran triunfo, pues es el inicio de la resurrección.

            En Cristo Jesús, Dios se ha acercado a la humanidad, su Espíritu nos mueve; por tanto, no se trata de un optimismo estúpido, sino de una esperanza basada en la realidad irreversible de Cristo muerto y resucitado.

            El gozo y la alegría están fundamentadas en Él, pues nuestra vida se convierte en prolongación de la suya y todos nuestros trabajos y sufrimientos no son sino prolongación de los suyos y de su mismo proyecto.

            Ponerse en manos de Dios no es escurrir el bulto ni refugiarse en una nube irreal, sino que es la clave que nos ayuda a no decaer, a mantenernos firmes; es ahí donde se asienta la verdadera Paz.

 

Aleluya Lc 4, 18

 

El Espíritu del Señor está sobre mí;

me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.

 

EVANGELIO



 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 3, 10‑18

 ¿Qué hacemos nosotros?


En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: —«¿Entonces, qué hacemos?»

Él contestó:

—«El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.»

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: —«Maestro, ¿Qué hacemos nosotros?»

Él les contestó: —«No exijáis más de lo establecido.»

Unos militares le preguntaron: —«¿Qué hacemos nosotros?»

Él les contestó:

—«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.»

El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: —«Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.»

Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.

                                                                                                          Palabra del Señor.

 

COMENTARIO

 

INCOHERENCIA DE LAS PROTESTAS 

 

Juan Bautista se hace eco de todas las inquietudes y sentimientos que viven en el pueblo: todos sienten que no es sostenible la situación por la que atraviesan; todos desean vivir en paz y que sea respetada la dignidad de la persona.

            Cuando Juan toca la herida, la gente le responde: “Entonces, ¿Qué hacemos? Y Juan da la respuesta, no invitando a que monten una revuelta contra el orden establecido, sino haciéndoles entender que lo que hay es porque lo sostienen entre todos; es cuestión de no entrar por el sendero que los de arriba están abriendo, por eso responde diciendo: “El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene y el que tenga comida que haga lo mismo”.

            Nosotros estamos viviendo una situación parecida y todos buscamos una solución, pero estamos en la posición que los israelitas: pedimos que nos la den desde arriba, pero eso es una trampa: desde arriba la solución que nos dan es lo mismo que vivimos, pues gracias a eso ellos pueden seguir como están. Y seguirán engañándonos, ilusionándonos para volver siempre a lo mismo. La solución está en la cabeza y en el corazón de cada uno. Nosotros ¿Qué estamos haciendo?

            Cuando le preguntan los encargados de la Hacienda Pública qué tienen que hacer, la respuesta fue tajante: “No exijáis más de lo establecido”, pero nosotros estamos viendo lo que ocurre: se carga sobre unos, mientras a otros se les deja manos libres y, lo peor es que, viéndolo volvemos a darles nuestra confianza y a justificarlos.

            Es decir: una situación se mantiene mientras hay gente que la sostiene; lo peor es que desde la cabeza hasta la base todo está corrompido, entonces se necesita una renovación total, por eso dice Juan que la solución está en el corazón y no en los programas del poder político.