De andar por casa.
¿Cuántas veces nos quedamos
tan tranquilos, con los brazos cruzados, sin hacer lo que debemos por evitar
meternos en complicaciones? Lo que llamamos “pecado de omisión”
✠ Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 4,
35-40
¿Quién es este? ¡Hasta el viento y el mar le
obedecen!
AQUEL día, al atardecer,
dijo Jesús a sus discípulos:
«Vamos a la otra
orilla».
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo
acompañaban. Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca
hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un cabezal.
Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te
importa que perezcamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar:
«¡Silencio, enmudece!»
El viento cesó y vino una gran calma.
Él les dijo:
«¿Por qué tenéis
miedo? ¿Aún no tenéis fe?»
Se llenaron de miedo y se decían unos a otros:
«¿Pero quién es este?
¡Hasta el viento y el mar le obedecen!»
Palabra del Señor.
Estamos acomodados en una vida
tranquila, con nuestros esquemas, obviando y eludiendo los problemas que puedan
surgir a nuestro alrededor.
Jesús invitó a sus amigos y a la
gente de su tiempo a despertar y a implicarse en la construcción de un mundo
mejor: “Vamos a la otra orilla”: allí donde está el problema, donde se
nos está necesitando, donde se están jugando la vida, mientras yo me siento a
gusto, despreocupado de todo.
La tormenta se levanta cuando estoy
a mitad de camino o, incluso antes de comenzar, cuando me doy cuenta del riesgo
que corro, de las implicaciones que pueden presentarse y de las consecuencias
que me puede acarrear…
Ahí la tormenta arrecia y me hace
venirme abajo, porque considero que mis fuerzas no me van a dar, porque no me
siento preparado, porque calculo las pérdidas que voy a tener y las
posibilidades que puedo perder…
Y el miedo se apodera de mí y me
hace retroceder. Ahí se escucha la voz de Jesús que me dice: “¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?
Hoy nos viene insistiendo: “Vamos a
la otra orilla”, dejemos la comodidad en la que nos hemos instalado, quitémonos
el miedo a todos los prejuicios que nos hemos hecho…