De andar por casa:
Es frecuente encontrarnos
con gente que tiene un lenguaje muy socializante y que aparecen como los
defensores de los pobres, cuando en realidad son unos parásitos que viven a
costilla de ellos.
De la misma manera vemos a
personajes que sudan agua bendita y, como los anteriores, son unos avaros y
usureros que en nombre de Dios se aprovechan de todo el cogen por delante. A
ambos los pone Jesús en su sitio.
EVANGELIO
✠ Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 12,
41-44
Esa pobre viuda ha echado más que nadie
EN aquel tiempo, estando
Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba
echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó
dos monedillas, es decir, un cuadrante. Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de
las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra,
pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
Palabra del Señor
Nos presenta el evangelio a Jesús contemplando el espectáculo:
observa cómo pasan los “grandes” y los “puros” que viven a costillas del
pueblo, pavoneándose de buenos y solidarios, mientras una pobre mujer viuda
aprovecha el momento que no la ve nadie para acercarse y poner lo poco que
tiene.
Unos dan lo que les sobre,
mientras la pobre mujer da lo que necesita para comer, poniéndose en manos de
Dios en quien confía y a quien no escatima lo más mínimo.
Jesús tiene bien claro que
Dios no es ciego ni sordo a estas posturas y exclama: “Estos recibirán una
sentencia más rigurosa” porque su pecado es triple:
1º-Son unos
mentirosos, porque van aparentando y
queriendo convencer de lo que no son ni creen.
2º-Son unos
explotadores de los pobres que los confunden con engaños.
3º-Se burlan
de la gente a la que consideran idiota viendo cómo se fían de ellos y les
entregan sus viene.
Al mismo tiempo, Jesús
deja claro algo que normalmente confundimos: dar de lo que os sobra es hacer
justicia, mientras que dar de lo que necesitamos para vivir es solidaridad y
caridad: es muy fácil desprenderse de lo que nos sobra que, muchas veces hasta
nos estorba, mientras que compartir lo que estoy necesitando y no me quedo
tranquilo viendo la necesidad del otro, es un signo de nobleza y compasión que
denota la grandeza de la persona de forma que podríamos pensar también en la
respuesta de Jesús para esta gente, lo mismo que lo hizo para la otra: “Estos
recibirán una sentencia compasiva y misericordiosa”