DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

 De andar por casa:

         Estoy seguro que has de conocer a alguien que habiendo tenido razón, las leyes se le fueron en contra y le amargaron la existencia, mientras que el malhechor fue declarado inocente. Mira lo que narra Jesús

 EVANGELIO

 https://servicioskoinonia.org/leccionario/imagenes/cruz.gif Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 1-8

Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan

 

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:

—«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:

"Hazme justicia frente a mi adversario".

Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:

"Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara"».

Y el Señor añadió:

—"Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?".

Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

        Yo creo que Jesús, hoy, viendo la realidad que tenemos, la parábola la hubiera contado de otra forma, porque tal como la cuenta, hubiera estado fuera de contexto pues le faltan todos los elementos que hoy se dan:

            La viuda que pedía justicia debía tener mucho dinero para pagarse un buen abogado y poder poner las denuncias una y otra vez hasta que se hubieran aceptado las denuncias y el juicio se hubiera podido formalizar.

            Después, los abogados hubieran propuesto mil formas de acuerdo antes de llegar al juicio y, entre las fórmulas, la que más visos de ganar tendría sería aquella que más beneficios ofreciera al juez.

            De ahí que la gente esté convencida de que la justicia se le hace a quien la paga; y vemos, con todo descaro, vivir tranquilamente y salir a la calle con su cabeza bien alta, a gente que todos sabemos han sido unos auténticos ladrones, que han hecho verdaderas barbaridades, pero han tenido el dinero suficiente para pagarse los mejores abogados y jueces que los han declarado inocentes.

            Jesús hubiera contado hoy la parábola teniendo en cuenta todos esos detalles para terminar diciendo lo mismo: “Que Dios no es así, que Dios es la  JUSTICIA, con mayúscula, que no se deja vender ni comprar y que en Él solo pesa la VERDAD y la MISERICORDIA, que no están reñidas con la Justicia.