XXIX TIEMPO ORDINARIO. CICLO A

 

Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
Del evangelio según san Mateo.
En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discípulos suyos, con unos herodianos, y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?».
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:
«Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto».
Le presentaron un denario. Él les preguntó:
«¿De quién son esta imagen y esta inscripción?».
Le respondieron:
«Del César».
Entonces les replicó:
«Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Palabra del Señor.
    Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Podemos decir que esta afirmación es el resumen y la clave de este Evangelio. Dad a cada uno lo que le corresponde, la justicia.
     "¿Es lícito pagar impuesto al César o no?" ¿De dónde viene y el porqué de la pregunta? Viene de los poderes de aquella época y el objetivo es ponerlo a prueba. Los sumos sacerdotes, escribas y fariseos habían entendido las parábolas anteriores, que se referían a ellos, por lo que buscaban acabar con Él.
    Ahora bien, también nosotros podemos hacer lo mismo. ¿Cuántas veces le hemos preguntado a lo largo de nuestra vida a Dios para ponerlo a prueba? Y quizás también la respuesta haya sido la misma.
    En cuanto dad al César... lo podemos tener claro, dad a la sociedad aquello que es necesario para el buen funcionamiento de la misma, desde que el hombre es hombre siempre ha sido así de una u otra manera. En lo referente a Dios ¿qué podríamos decir? ¿lo mismo?, seguro que no, pues depende de la experiencia y referencia que tengamos nosotros respecto a Dios.
    El sentido de la vida, la familia, la religiosidad, la gratuidad, todo aquello que emana de Dios, lo veremos de una forma distinta según, como digo, la experiencia de cada uno. Dios no es subjetivo sino objetivo, desde ahí si que podemos dar una respuesta global, experimentar que todo lo que tenemos y somos viene de Él y por lo tanto todo le pertenece a Él como nos dice el apóstol Juan.
    Descubramos a Dios en nuestra vida y seamos generosos a su llamada e invitación, como lo hemos visto en domingos anteriores para darle a Dios lo que le corresponde que no es ni más ni menos que todo nuestro ser.