XXVIII TIEMPO ORDINARIO. CICLO A

 

Del evangelio según san Mateo.

En aquel tiempo, Jesús volvió a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:
"Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Venid a la boda".
Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados:
"La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda".
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Palabra del Señor.

    Nuevamente nos encontramos a Jesús hablando  en parábolas, hoy nos invita a una boda. Y no nos extraña esta actitud suya, pues en domingos anteriores también lo ha posibilitado. La invitación de hoy es una boda, quiere hacer alianza con su pueblo.

    De nuevo, nos encontramos que los dirigentes del judaísmo rechazan la invitación al banquete de bodas. Jesucristo, hacedor de la nueva alianza, también se dirige a ellos obteniendo la misma respuesta, por eso sale a los caminos e invita a todos. Esa invitación llega a todos nosotros, es universal en el tiempo y en el espacio.

    Para los judíos celebrar un banquete de bodas es hacer fiesta, el Maestro quiere hacer fiesta con nosotros pues Él es el novio y nosotros los invitados que formamos el cuerpo de su esposa que es la Iglesia, ahora bien, también podemos caer en el mismo error, no aceptar la invitación. Si es así, ¿cuál es la excusa? Dejemos que nos toque el corazón, aun cuando estemos al borde del camino; en nuestra propia situación, quiere hacer fiesta y alianza, seamos generosos y aceptemos.