No desprecian a un profeta más que en su tierra.
Del evangelio según san Marcos.
En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».
Y se escandalizaban a cuenta de él.
Les decía:
«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».
No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando. Palabra del Señor.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».
Y se escandalizaban a cuenta de él.
Les decía:
«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».
No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando. Palabra del Señor.
Hoy Jesús, el Maestro, va a su tierra y no puede hacer allí ningún milagro, ya que tanto su gente como Él mismo quedan escandalizados mutuamente.
Su pueblo queda escandalizado de Él puesto que lo conocen y no pueden entender que su manera de actuar sea esa, y Jesús se escandaliza por la falta de fe que tiene su pueblo.
Nosotros, también pensaríamos lo mismo: "qué nos podrá decir este si lo conocemos y sabemos lo que es". Una cosa sí que tenemos que tener clara, el mensaje de Jesucristo viene de arriba pero en la envoltura de la propia humanidad, nuestra propia humanidad y Él se encuentra con ese mismo obstáculo. Por lo tanto, tenemos que pensar que la proclamación de la Palabra, el hacer presente a Dios en nuestras vidas no es un camino fácil, puesto que nos podemos encontrar y de hecho es así, con la no acogida de la misma y el reproche de los demás, pero Dios sigue actuando como nos dice la primera lectura, te hagan caso o no, tú ve a proclamar.
Tenemos que encontrar los grandes acontecimientos de salvación que nos trae Dios, en la sencillez del día a día, incluso teniendo en cuenta como nos dice el apóstol Pablo que en medio de nuestras debilidades Dios se hace presente. Pues cuando somos débiles Dios mismo con su gracia nos hace fuertes.
Dejemos que el Dios de la misericordia venga a nosotros para que por medio de su Espíritu ilumine nuestras mentes, acojamos su plan de salvación y de esa manera seamos profetas de nuestro tiempo para hacerlo presente en nuestra vida.