XXIX DOMINGO TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

 


El Hijo del hombre ha venido a dar su vida en rescate por muchos.

Del evangelio según san Marcos.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
«Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir».
Les preguntó:
«¿Qué queréis que haga por vosotros?».
Contestaron:
«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».
Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?».
Contestaron:
«Podemos».
Jesús les dijo:
«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, llamándolos, les dijo:
«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos». Palabra del Señor.
    Parece que a lo largo de estos domingos Jesús nos ha ido invitando a su seguimiento y el modo de hacerlo. El domingo pasado Pedro le pregunta a Jesús qué ganaba con seguirle. Hoy Juan y Santiago le piden a Jesús que los sienten en su reino uno a su derecha y el otro a su izquierda. La respuesta de Jesús es rotunda "no sabéis lo que pedís".
    Otra vez nos encontramos con el poder y la autoridad que viene de ser el primero y el más importante de nuestra sociedad. Hoy el Maestro nos advierte de eso mismo, él no ha venido sino a servir y dar la vida en rescate por muchos.
    El verdadero modelo de Jesús, no gobierna, no impone, no domina ni controla. No ambiciona ningún poder. No se arroga títulos honoríficos, No busca su propio interés. Lo suyo es "servir" y "dar la vida". Por eso es el primero y más grande.
    El camino que nos ofrece el Maestro es el camino que nace del amor sincero  entregado, el camino que día a día nos va señalado el Espíritu para que vayamos manifestando a Jesucristo en medio de nuestro mundo lacerado por tanto obstáculos que muchas veces no nos dejan ver la voluntad de Dios.
    Seamos testigos del Resucitado en todo lugar y tiempo para que podamos preparar el banquete del Reino como nos dice el lema de este domingo del Domund.