DOMINGO XXIX DEL T. O. -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Éxodo. Éx 17, 8-13
Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía Israel
EN aquellos días, Amalec vino y atacó a Israel en Refidín. Moisés dijo a Josué:
    «Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón de Dios en la mano».
Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; entretanto, Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte.
Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía Israel; mientras las tenía bajadas, vencía Amalec. Y, como le pesaban los brazos, sus compañeros tomaron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras, Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado.
Así resistieron en alto sus brazos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su pueblo, a filo de espada.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA PRESENCIA DE DIOS EN EL PUEBLO      
            Amalec es el enemigo peor que tiene el pueblo de Israel en el desierto, un enemigo que no se le puede vencer solamente con las armas, sino con un convencimiento y una unidad férrea que no les permita dar un solo paso atrás.
            El pueblo está sufriendo mucho en el desierto y con gran facilidad se puede venir abajo, si es que pierde la moral y los principios; ante un acoso constante es muy difícil mantener la tensión.
            La imagen de Moisés con los brazos levantados es la imagen de la tensión del pueblo que ha de estar en constante unión con Dios y con el proyecto que tiene para ellos, sin decaer un instante en la confianza en Dios y en la esperanza que los anima.
            Será Moisés, Josué y los líderes del pueblo los que han de estar a la cabeza apoyándose unos a otros, como un solo hombre, sosteniendo incluso los brazos alzados de Moisés, para no decaer ninguno y Dios actúa manteniendo esa fuerza.
            Es imposible sustraerse y no ver la proyección de este texto en nuestros días, cuando los líderes han perdido el amor al pueblo, cuando cada uno lucha por sus intereses y se vale del pueblo para sacarlos adelante y tienen como programa, no la salvación del pueblo, sino la destrucción del otro. La victoria se la tienen regalada en bandeja al Amalec actual que se le pueden aplicar infinidad de nombres y que hoy se le conoce perfectamente con nombre y apellidos

Salmo responsorial
Sal 120, 1bc-2. 3-4. 5-6. 7-8 (R/.: cf. 2)
R/.   Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

        V/.   Levanto mis ojos a los montes:
                ¿de dónde me vendrá el auxilio?
                El auxilio me viene del Señor,
                que hizo el cielo y la tierra.   
R/.
R/.   Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

        V/.   No permitirá que resbale tu pie,
                tu guardián no duerme;
                no duerme ni reposa
                el guardián de Israel.   R/.
R/.   Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

        V/.   El Señor te guarda a su sombra,
                está a tu derecha;
                de día el sol no te hará daño,
                ni la luna de noche.   
R/.
R/.   Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

        V/.   El Señor te guarda de todo mal,
                él guarda tu alma;
                el Señor guarda tus entradas y salidas,
                ahora y por siempre.   
R/.
R/.   Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
Tim 3, 14 — 4, 2
El hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena

QUERIDO hermano:
Permanece en lo que aprendiste y creíste, consciente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.
Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena.
Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, por su manifestación y por su reino:
proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta con toda magnanimidad y doctrina.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

CUIDADO CON LOS CHARLATANES     
            Pablo comienza el cap.4 con una súplica y una advertencia desde lo más hondo de su alma, pues en ello está la clave de la misión que Cristo nos ha encomendado. De la escucha y la fidelidad a esa palabra dependerá la salvación.
            Pablo le da a Timoteo la clave del triunfo: “Permanece fiel a lo que aprendiste y aceptaste, consciente de quiénes lo aprendiste” confiando primeramente en Jesucristo y en la palabra que se nos ha dado que han sido la clave del éxito y el triunfo de todos los que confiaron en Dios.
            La contraseña que nos mantendrá en la certeza, será la fidelidad en la transmisión del mensaje recibido y que se nos ha dado para mantenerlo integro e intacto; ese será el signo de autenticidad frente a las modas que irán presentándose a través de los siglos.
            La Sagrada Escritura es la base y el gran referente para la tradición y nada se podrá levantar que esté en contradicción con la palabra revelada, aunque venga alguien presentando razones con apariencia de lógicas y científicas, esas son los charlatanerías de los falsos doctores y profetas.
       
 Aleluya
Hb 4, 12ad
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   La palabra de Dios es viva y eficaz;
        juzga los deseos e intenciones del corazón.   
R/.

EVANGELIO

 Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 18, 1-8
Dios hará justicia a sus elegidos que claman ante él

EN aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer.
«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
“Hazme justicia frente a mi adversario”.
Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo:
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”».
Y el Señor añadió:
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

DIOS NO ES INDIFERENTE AL CLAMOR DE LOS POBRES       

            El pasaje del evangelio de Lucas que nos trae la liturgia de este domingo, se presta a muchas aplicaciones en la vida: la 1ª es la que mucha gente hace: refugiarse en un consuelo futuro: cuando llegue el momento definitivo Dios pedirá cuentas de todo el daño que se ha causado y aquellos que han sufrido la injusticia, verán colmadas todas sus expectativas, por tanto, se trata de orar y esperar con paciencia, pero esta es una postura demasiado providencialista que no convence a muchos, aunque sea verdad, pues todos necesitamos una respuesta más inmediata a la situación por la que atravesamos.
            Una 2ª visión es la de aquellos que en este pasaje descubren el lamento de todos los atropellados de la tierra, que no tienen a quién dirigirse y se encuentran solos y abandonados, a merced del poder de los poderosos que los explotan y tienen a su favor la ley y la utilizan atropellando a los más débiles. Ejemplo de esta situación es la que nos presenta el evangelio: una mujer viuda y sola, sin marido, sin un hijo varón que la defienda; no tiene a nadie que salga en su defensa, todo se le pone en contra en la vida y la ley no le presta la más mínima atención; ella no pide nada, solamente pide que se le haga justicia y no cesa de molestar pidiendo lo mismo, hasta que el juez, para que no le moleste más, la atiende. Para ella no queda otro recurso que recurrir a Dios.
            Jesús viene a decir que Dios no se va a equiparar a ese juez, que, además de tener la última palabra, es misericordioso y no deja de escuchar a sus hijos.
            En esta situación de la vida, la gran novedad del mensaje de Jesús es ésta: Dios Padre no es como ese juez y está atento al clamor de sus hijos, el problema es que los hermanos permanecemos sordos al dolor de los hermanos y no colaboramos a la acción de Dios, convirtiendo la “religión” en prácticas individualistas desconectadas de la realidad que nos evaden de ella, con lo que la religión se hace cómplice de la injusticia.



DOMINGO XXVIII DEL T. O. -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de los Reyes. 2 Re 5, 14-17
Volvió Naamán al hombre de Dios y alabó al Señor

EN aquellos días, el sirio Naamán bajó y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra de Eliseo, el hombre de Dios, Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio de su lepra.
Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:
    «Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel. Recibe, pues, un presente de tu siervo».
Pero Eliseo respondió:
    «Vive el Señor ante quien sirvo, que no he de aceptar nada».
Y le insistió en que aceptase, pero él rehusó.
Naamán dijo entonces:
    «Que al menos le den a tu siervo tierra del país, la carga de un par de mulos, porque tu servidor no ofrecerá ya holocausto ni sacrificio a otros dioses más que al Señor».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA MEDICINA DE LA ESCUCHA     
            Naamán es el jefe del ejército de Arán, enemigo de Israel; coge la enfermedad de la lepra y no encuentra remedio para ella; tiene una esclava israelita que le dice que en su tierra vive un hombre de Dios que le puede curar.
            Naamán que desprecia a los israelitas no puede aceptar que pueda haber alguien entre ellos que pueda hacer estas cosas y no escucha a la esclava, hasta que de tanto repetírselo decide ir a visitar al “Hombre de Dios” (Eliseo).
            Haciendo un acto de humillación se presenta ante Eliseo a contarle su problema y Eliseo le manda que se lave en el río Jordán 7 veces, cosa que a Naamán le resulta ridículo, pues piensa que en su tierra hay ríos mucho más interesante, grandes y limpios que el Jordán y, decepcionado vuelve a su tierra.
            La esclava vuelve a hacerle caer en la cuenta de que no vale la pena dejarse llevar por un orgullo estúpido, que lo que el profeta le está pidiendo es muy simple y sencillo, que no cuesta nada hacerlo y Naamán la escucha y cede; deja a un lado su orgullo y encuentra la curación de su enfermedad.
            ¡Cuántos problemas se resolverían si fuéramos capaces de bajarnos de nuestro pedestal! y escucháramos con sencillez y respeto, si dejáramos abierta la posibilidad a aceptar que podemos equivocarnos…

Salmo responsorial
Sal 97, 1bcde. 2-3ab. 3cd-4 (R/.: cf. 2)
R/.   El Señor revela a las naciones su salvación.

        V/.   Cantad al Señor un cántico nuevo,
                porque ha hecho maravillas.
                Su diestra le ha dado la victoria,
                su santo brazo.   
R/.
R/.   El Señor revela a las naciones su salvación.

        V/.   El Señor da a conocer su salvación,
                revela a las naciones su justicia.
                Se acordó de su misericordia y su fidelidad
                en favor de la casa de Israel.   R/.
R/.   El Señor revela a las naciones su salvación.

        V/.   Los confines de la tierra han contemplado
                la salvación de nuestro Dios.
                Aclama al Señor, tierra entera;
                gritad, vitoread, tocad.   
R/.
R/.   El Señor revela a las naciones su salvación.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.Tim 2, 8-13
Si perseveramos, también reinaremos con Cristo

QUERIDO hermano:
Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre ¡os muertos, nacido del linaje de David, según mi evangelio, por el que padezco hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada.
Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación y la gloria eterna en Cristo Jesús.
Es palabra digna de crédito:
Pues si morimos con él, también viviremos con él;
si perseveramos, también reinaremos con él;
si lo negamos, también él nos negará.
Si somos infieles, él permanece fiel,
porque no puede negarse a sí mismo.
Palabra de Dios.

 REFLEXIÓN

 LAS GRAN VERDAD          
            Pablo se dirige a Timoteo diciéndole que tenga siempre presente lo que es el gran referente para todo cristiano: Jesucristo, muerto y resucitado. Es el único punto de apoyo y referente para el camino y para la lucha que hemos de realizar, todo lo demás es secundario y banal; es la única gran verdad, la única fuerza y luz que le da sentido a todo y alumbra nuestra existencia.
            Podrán maltratarnos, despreciarnos y hasta matarnos, pero a Él no nos lo podrán quitar y, menos aún, hacerle cambiar su decisión de estar a nuestro lado.
            Él es la única seguridad que tenemos, por eso se atreve a afirmar a Timoteo lo que es doctrina irrefutable: si vivimos unidos a él, en las luchas, en los sufrimientos, en las dificultades… Él está a nuestro lado y nuestro final es el suyo: la resurrección.
            De la misma manera, si lo negamos y lo despreciamos, nos estaremos negando y despreciando a nosotros mismos. Estaremos renunciando a nuestro destino supremo.
            Para Pablo hay una cosa segura: Jesús no falla, Él es fiel. En cambio, no se atreve a sostener la misma cualidad en nosotros, por eso pide que revisemos a cada momento nuestra actitud y nuestra situación de cara a Cristo. Necesitamos estar muy unidos a Él para mantenernos fieles.

Aleluya
1 Ts 5, 18
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Dar gracias en toda ocasión:
        ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.   
R/.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 17, 11-19
¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?

UNA vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
    «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».
Al verlos, les dijo:
    «Id a presentaros a los sacerdotes».
Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.
Este era un samaritano.
Jesús, tomó la palabra y dijo:
    «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».
Y le dijo:
    «Levántate, vete; tu fe te ha salvado».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

SER AGRADECIDOS      
            Hay un refrán que reza así: “No es bien nacido aquel que no es agradecido” y precisamente Jesús hace notar este detalle que tan generalizado tenemos en este mundo en el que vivimos, en donde todo son derechos y nadie reconoce sus deberes, ni el bien que ha recibido, pues considera que todo lo que tiene es algo que se merece.
            Los 9 leprosos curados se quedan en Jerusalén arreglando papeles en el templo, para que quede bien ratificada la recuperación de todos sus derechos y se olvidan de quien les ha dado la salvación y les ha curado la enfermedad, con lo que han podido conseguir su normalización ciudadana.
            Jesús les ha curado su salud, pero ellos se han quedado ahí, no se han dejado sanar sus almas, seguirán exactamente igual que antes.
            El samaritano que no está marcado por las leyes, ni por la religión, se encuentra mucho más dispuesto y abierto a la presencia de Dios: cuando nota que ha quedado curado, lo que menos le importa es la oficialidad del templo y se vuelve dando gracias a Dios, postrándose a los pies de Jesús a quien reconoce como su salvador, besa sus pies agradecido por haber recuperado la salud de su cuerpo y la sanación radical de su persona.


DOMINGO XXVII DEL T.O. -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Habacuc. Hab 1, 2-3; 2, 2-4
El justo por su fe vivirá

¿HASTA cuándo, Señor,
pediré auxilio sin que me oigas,
te gritaré: ¡Violencia!,
sin que me salves?
¿Por qué me haces ver crímenes
y contemplar opresiones?
¿Por qué pones ante mí
destrucción y violencia,
y surgen disputas
y se alzan contiendas?
Me respondió el Señor:
Escribe la visión y grábala
en tablillas, que se lea de corrido;
pues la visión tiene un plazo,
pero llegará a su término sin defraudar.
Si se atrasa, espera en ella,
pues llegará y no tardará.
Mira, el altanero no triunfará;
pero el justo por su fe vivirá.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
¿HASTA CUÁNDO, SEÑOR?     
            La súplica que hace Habacuc en el texto que leemos, entran ganas de traducirla al lenguaje y la situación actual que vivimos: ¿Hasta cuándo, Señor tendremos que seguir desayunándonos todos los días con un caso nuevo de corrupción? ¿Cuándo acabaremos de ver violencia, corrupción, hambre, guerra, robos, atropellos…? ¿Hasta cuándo, Señor nuestros políticos seguirán burlándose del pueblo, faltándole al respeto y cobrando unos sueldos astronómicos sin trabajar y dando un espectáculo como niños malcriados?
            Muchas veces tenemos la sensación de que has decidido dejarnos por imposibles y estás esperando que nos hundamos para que nos demos cuenta, claro que tienes motivos sobrados para hacerlo, pero parece que permaneces impasible ante los disparates que estamos haciendo… ¿A dónde va a parar todo esto? ¿Qué quieres conseguir?
            Al final, Dios responde al profeta: “El malvado sucumbirá y el justo vivirá por su fidelidad.” Pero el problema para nosotros es que… mientras eso ocurre… ¡cuánto daño vamos haciendo!
            ¡Ojalá los justos se mantengan firmes y puedan ser luz que guíe a la salvación!

 Salmo responsorial
Sal 94, 1-2. 6-7c. 7d-9 (R/.: cf. 7d-8a)
R/.   Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

        V/.   Venid, aclamemos al Señor,
                demos vítores a la Roca que nos salva;
                entremos a su presencia dándole gracias,
                aclamándolo con cantos.   
R/.
R/.   Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

        V/.   Entrad, postrémonos por tierra,
                bendiciendo al Señor, creador nuestro.
                Porque él es nuestro Dios,
                y nosotros su pueblo,
                el rebaño que él guía.   R/.
R/.   Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

        V/.   Ojalá escuchéis hoy su voz:
                «No endurezcáis el corazón como en Meribá,
                como el día de Masa en el desierto;
                cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
                aunque habían visto mis obras».   
R/.
R/.   Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
2 Tim 1, 6-8. 13-14
No te avergüences del testimonio de nuestro Señor

QUERIDO hermano:
Te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de templanza. Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios.
Ten por modelo las palabras sanas que has oído de mí en la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Vela por el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.

Palabra de Dios.

 REFLEXIÓN

RENOVAR EL DON RECIBIDO      
            La recomendación que hace S. Pablo a Timoteo, nos viene como anillo al dedo a todos nosotros: ¡cuánto bien nos haría a todos renovar con frecuencia el don que recibimos el día de nuestro bautismo, de nuestra confirmación, de nuestro matrimonio, de nuestro sacerdocio; en cada uno de estos momentos, fuimos ratificando el gran don que el Señor nos hizo y el compromiso que Él renovó con cada uno de nosotros.
            El gran problema es que nosotros olvidamos con mucha facilidad lo que hicimos delante del Señor. Por eso, le pide Pablo a Timoteo que no caiga en ese error, pues es tanto como perder el sentido de la vida y, por tanto, la fuerza, la ilusión y la esperanza para seguir luchando.
            El eco de esta recomendación de Pablo es de una actualidad enorme y de una necesidad de primer orden el dirigirlo a toda la iglesia: cuando no actualizamos a cada momento el mandato de Jesús y nuestro compromiso, nos quedamos entretenidos en otros menesteres o intereses creados que lo único que hacen es precipitarnos en el vacío.

Aleluya
1 Pe 1, 25
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   La palabra del Señor permanece para siempre;
        esta es la palabra del Evangelio que os ha sido anunciada.   
R/.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 17, 5-10
¡Si tuvierais fe... !

EN aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe».
El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
“Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid:
“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

FE Y RELIGIÓN      
            Ante este texto no puedo evitar el traer al recuerdo la frase tan extendida y que tanta gente pronuncia: “Yo creo que tiene que haber algo por encima de nosotros, pero no creo en nada de lo que aquí abajo se dice” y, lógicamente, viven completamente al margen de lo que pueda haber; para ellos Dios no lo tienen como problema, prescinde completamente de Él y, “ese algo” a lo que le dejan la posibilidad de que exista, ¡por si las moscas! Luego, para la semana santa, se asoma a alguna esquina para ver pasar la procesión y… ¡Hasta el año que viene!
            Esta es la práctica religiosa de una gran cantidad de bautizados, mientras su vida social, laboral y familiar funciona como “Dios les da a entender”, al margen completamente de la fe.
            Lógicamente, armar un proyecto de vida en el que la fe sea la que ilumine la existencia y vaya dando sentido a la práctica, es imposible hacerlo con estos cimientos que no tienen más consistencia que unos cuantos ritos religiosos a los que nos sometemos,  cuando en ciertos momentos concretos nos acercamos a la “religión” para cumplir el expediente.
            Ante esta realidad, no vale decirle a Jesús, como hicieron los apóstoles: “Auméntanos la fe”, porque no hay ninguna, únicamente hay un sentimiento religioso movido más bien por el miedo: “por si las moscas”; lo que se impone es un acercamiento a Jesús, un ponerse en contacto con Él para descubrirlo, conocerlo y amarlo, de forma que llegue a ocupar un espacio en nuestra vida.
            Por eso, a la hora de pensar en un proyecto evangelizador, la iglesia debe plantearse mostrar a Jesucristo, que es lo único que tiene y debe ofrecer, contagiar al mundo la ilusión, la alegría, el fuego por el amor, la verdad y la paz que Él infundió en sus seguidores desde el principio; los ritos, las formas, las fiestas, las devociones… ya están ahí desde siempre y jamás podremos quitarle al pueblo ni al ser humano su sentido religioso de la vida, pero la iglesia, lo que ha de cuidar y potenciar es la fe en Jesús, aunque de paso guie y oriente ese sentido hacia Él.