DOMINGO XXIX DEL T. O. -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Éxodo. Éx 17, 8-13
Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía Israel
EN aquellos días, Amalec vino y atacó a Israel en Refidín. Moisés dijo a Josué:
    «Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón de Dios en la mano».
Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; entretanto, Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte.
Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía Israel; mientras las tenía bajadas, vencía Amalec. Y, como le pesaban los brazos, sus compañeros tomaron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras, Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado.
Así resistieron en alto sus brazos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su pueblo, a filo de espada.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA PRESENCIA DE DIOS EN EL PUEBLO      
            Amalec es el enemigo peor que tiene el pueblo de Israel en el desierto, un enemigo que no se le puede vencer solamente con las armas, sino con un convencimiento y una unidad férrea que no les permita dar un solo paso atrás.
            El pueblo está sufriendo mucho en el desierto y con gran facilidad se puede venir abajo, si es que pierde la moral y los principios; ante un acoso constante es muy difícil mantener la tensión.
            La imagen de Moisés con los brazos levantados es la imagen de la tensión del pueblo que ha de estar en constante unión con Dios y con el proyecto que tiene para ellos, sin decaer un instante en la confianza en Dios y en la esperanza que los anima.
            Será Moisés, Josué y los líderes del pueblo los que han de estar a la cabeza apoyándose unos a otros, como un solo hombre, sosteniendo incluso los brazos alzados de Moisés, para no decaer ninguno y Dios actúa manteniendo esa fuerza.
            Es imposible sustraerse y no ver la proyección de este texto en nuestros días, cuando los líderes han perdido el amor al pueblo, cuando cada uno lucha por sus intereses y se vale del pueblo para sacarlos adelante y tienen como programa, no la salvación del pueblo, sino la destrucción del otro. La victoria se la tienen regalada en bandeja al Amalec actual que se le pueden aplicar infinidad de nombres y que hoy se le conoce perfectamente con nombre y apellidos

Salmo responsorial
Sal 120, 1bc-2. 3-4. 5-6. 7-8 (R/.: cf. 2)
R/.   Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

        V/.   Levanto mis ojos a los montes:
                ¿de dónde me vendrá el auxilio?
                El auxilio me viene del Señor,
                que hizo el cielo y la tierra.   
R/.
R/.   Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

        V/.   No permitirá que resbale tu pie,
                tu guardián no duerme;
                no duerme ni reposa
                el guardián de Israel.   R/.
R/.   Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

        V/.   El Señor te guarda a su sombra,
                está a tu derecha;
                de día el sol no te hará daño,
                ni la luna de noche.   
R/.
R/.   Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

        V/.   El Señor te guarda de todo mal,
                él guarda tu alma;
                el Señor guarda tus entradas y salidas,
                ahora y por siempre.   
R/.
R/.   Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
Tim 3, 14 — 4, 2
El hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena

QUERIDO hermano:
Permanece en lo que aprendiste y creíste, consciente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.
Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena.
Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, por su manifestación y por su reino:
proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta con toda magnanimidad y doctrina.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

CUIDADO CON LOS CHARLATANES     
            Pablo comienza el cap.4 con una súplica y una advertencia desde lo más hondo de su alma, pues en ello está la clave de la misión que Cristo nos ha encomendado. De la escucha y la fidelidad a esa palabra dependerá la salvación.
            Pablo le da a Timoteo la clave del triunfo: “Permanece fiel a lo que aprendiste y aceptaste, consciente de quiénes lo aprendiste” confiando primeramente en Jesucristo y en la palabra que se nos ha dado que han sido la clave del éxito y el triunfo de todos los que confiaron en Dios.
            La contraseña que nos mantendrá en la certeza, será la fidelidad en la transmisión del mensaje recibido y que se nos ha dado para mantenerlo integro e intacto; ese será el signo de autenticidad frente a las modas que irán presentándose a través de los siglos.
            La Sagrada Escritura es la base y el gran referente para la tradición y nada se podrá levantar que esté en contradicción con la palabra revelada, aunque venga alguien presentando razones con apariencia de lógicas y científicas, esas son los charlatanerías de los falsos doctores y profetas.
       
 Aleluya
Hb 4, 12ad
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   La palabra de Dios es viva y eficaz;
        juzga los deseos e intenciones del corazón.   
R/.

EVANGELIO

 Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 18, 1-8
Dios hará justicia a sus elegidos que claman ante él

EN aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer.
«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
“Hazme justicia frente a mi adversario”.
Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo:
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”».
Y el Señor añadió:
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

DIOS NO ES INDIFERENTE AL CLAMOR DE LOS POBRES       

            El pasaje del evangelio de Lucas que nos trae la liturgia de este domingo, se presta a muchas aplicaciones en la vida: la 1ª es la que mucha gente hace: refugiarse en un consuelo futuro: cuando llegue el momento definitivo Dios pedirá cuentas de todo el daño que se ha causado y aquellos que han sufrido la injusticia, verán colmadas todas sus expectativas, por tanto, se trata de orar y esperar con paciencia, pero esta es una postura demasiado providencialista que no convence a muchos, aunque sea verdad, pues todos necesitamos una respuesta más inmediata a la situación por la que atravesamos.
            Una 2ª visión es la de aquellos que en este pasaje descubren el lamento de todos los atropellados de la tierra, que no tienen a quién dirigirse y se encuentran solos y abandonados, a merced del poder de los poderosos que los explotan y tienen a su favor la ley y la utilizan atropellando a los más débiles. Ejemplo de esta situación es la que nos presenta el evangelio: una mujer viuda y sola, sin marido, sin un hijo varón que la defienda; no tiene a nadie que salga en su defensa, todo se le pone en contra en la vida y la ley no le presta la más mínima atención; ella no pide nada, solamente pide que se le haga justicia y no cesa de molestar pidiendo lo mismo, hasta que el juez, para que no le moleste más, la atiende. Para ella no queda otro recurso que recurrir a Dios.
            Jesús viene a decir que Dios no se va a equiparar a ese juez, que, además de tener la última palabra, es misericordioso y no deja de escuchar a sus hijos.
            En esta situación de la vida, la gran novedad del mensaje de Jesús es ésta: Dios Padre no es como ese juez y está atento al clamor de sus hijos, el problema es que los hermanos permanecemos sordos al dolor de los hermanos y no colaboramos a la acción de Dios, convirtiendo la “religión” en prácticas individualistas desconectadas de la realidad que nos evaden de ella, con lo que la religión se hace cómplice de la injusticia.