DOMINGO XXV TIEMPO ORDINARIO -A-


Lectura del profeta Isaías 55,6‑9
Mis planes no son vuestros planes

Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos ‑ oráculo del Señor ‑. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“OBLIGAR A DIOS  A ENTREAR POR MI ARO”
            El pueblo ha vuelto del destierro; están cargados de una experiencia muy amarga y han constatado en su propia carne lo que acarrea el separarse del camino de Dios. El profeta invita a sacar la lección  y no olvidarla, pero, a que tomen conciencia de lo que supone vivir en la presencia del Señor comparado con su ausencia; pero pide que se den cuenta que no se puede hacer un dios a la medida de cada uno, para que le justifique su postura errada.
            El profeta invita a buscar a Dios, porque está cerca y se deja encontrar, cuando alguien lo busca de verdad, y no para acomodarlo y ponerlo a su gusto, sino todo lo contrario, pues Dios cuestiona constantemente la dirección que hemos tomado para no equivocarla, los planes que nos hacemos, para revisar si es que en algún momento no están en consonancia con los de Dios y para caminar siempre en su dirección.
            El hecho de que Dios esté cercano no quiere decir que sea condescendiente con el mal. Ha de quedar bien claro en todo momento que Dios es EL CAMINO y es LA VERDAD y no acepta ni tolera “Nuestras” veredas que nos apartan del camino, ni nuestras “verdades” que justifican y apañan nuestros negocios. Si lo hiciera, se opondría a si mismo, no sería Dios.
            Nuestros planes, nuestro caminar, nuestras ilusiones, nuestros triunfos, nuestros fracasos… quedan insertados y encajados dentro del plan de Dios, son partes de él mismo, (como el  1 es parte del 1000, pero no al contrario)
            Es el eterno problema que ya se encontró Isaías y que sigue en pie en nuestros días cuando cada uno de nosotros quiere una religión a la carta, un evangelio a su medida, y nos aparta de la comunidad, nos convierte en jueces de los demás y nos aísla en nuestro mundo fabricado a nuestra medida para que responda a nuestros intereses.

Salmo responsorial: 144
 
Cerca está el Señor de los que lo invocan.
Día tras día, te bendeciré /
y alabaré tu nombre por siempre jamás. /
Grande es el Señor, merece toda alabanza, /
es incalculable su grandeza.
Cerca está el Señor de los que lo invocan.
El Señor es clemente y misericordioso, /
lento a la cólera y rico en piedad; /
el Señor es bueno con todos, /
es cariñoso con todas sus criaturas.
Cerca está el Señor de los que lo invocan.
El Señor es justo en todos sus caminos, /
es bondadoso en todas sus acciones; /
cerca está el Señor de los que lo invocan, /
de los que lo invocan sinceramente.
Cerca está el Señor de los que lo invocan.

Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Filipenses 1,20c‑24.27a
Para mí la vida es Cristo

Hermanos: Cristo será glorificado abiertamente en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger. Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros. Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“VIVIR EN COMUNIÓN CON CRISTO” 
            Pablo está pasándolo muy mal; se encuentra en la cárcel por causa del evangelio y desde allí escribe a la comunidad de Filipos desahogándose con ella y contándole su disposición: les cuenta cómo su encarcelamiento por el evangelio es lo que está dando lugar a que la noticia de Jesús llegue a sectores donde no llegaría de otra forma y esto está dando lugar a que se hable de Él, por lo que, en medio de su dolor, se alegra de que hayan ocurrido así las cosas y le da gracias a Dios.
            Se encuentra en un momento en que no sabe si lo condenarán a muerte o lo dejarán libre; él acepta lo que venga y lo tiene bien claro: si muere, se alegra, pues le llega lo mejor: se unirá a Cristo que es lo máximo que desea; si es que lo dejan libre, considera que ha de ser porque ellos lo necesitan y Dios quiere utilizarlo como instrumento para atender la necesidad que ellos tienen, pues él, vivo o muerto –eso es lo de menos- se siente del Señor y de una forma u otra va a ser lo mismo: su persona está puesta en manos de Dios: si vive es para Dios y si muere es para Dios, en la vida y en la muerte es de Dios, es su instrumento puesto en sus manos.
            Para Pablo, ambas situaciones que  las dos caras de la misma realidad no tienen sentido si no es en manos de Cristo que es quien realmente cuenta y para quien se vive y, por tanto, el que decide el modo y el estado de vida de su persona. El vivir o el morir es lo menos importante, lo que realmente importa es vivir en comunión con Dios.


 Lectura del santo evangelio según S. Mateo  20,1‑16
¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña." Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia por que yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos."
Palabra deL Señor

REFLEXIÓN

“MENDIGOS O PARÁSITOS”  
            Como venimos viendo, Jesús no dice expresamente cómo es el Reino de los cielos, ni qué es lo que hay que hacer para ganarlo, sino que va dando  pinceladas con ejemplos de la vida cotidiana que todos conocemos, con lo que podemos ir haciéndonos una idea.
            Hoy subraya algunos elementos: se trata de un campo que pertenece a un dueño y es un trabajo que hay que ir haciendo e implicándose en él; se dará una remuneración por la implicación que se tiene y, para esa remuneración, se han establecido los mínimos, pero los máximos están completamente en manos del dueño.
Hay una cosa muy clara: nadie va a quedar sin recompensa; no se va a medir la cantidad de lo hecho, sino la respuesta que se haya dado. Los moldes que se van a utilizar para la valoración, no son los de la justicia distributiva que utiliza el hombre, eso queda muy claro.
            La forma de actuar el dueño de la viña resulta muy extraña al modo de hacer de los hombres normales: Él no quiere que nadie se quede sin participar en el trabajo de su viña, es que es fundamental, pues alguien que no ha probado, no puede saber de qué retrata ni, por tanto, valorarlo,
            Es curioso ver que el dueño es extremadamente generoso, pero pide que todos se hayan implicado, aunque haya sido solo unos minutos.
            Sin embargo, en el ritmo de la narración estamos viendo todo el rato que contrasta enormemente con el modo de hacer de los seres humanos, incluso a la hora de tratar a los obreros, lo lógico hubiera sido pagarles de acuerdo a lo que han trabajado: nosotros pagaríamos de acuerdo a las horas que han echado o, de lo contrario, regalaríamos, con lo que tendríamos comprados a los obreros que, arrodillados, estarían dándonos las gracias eternamente, o –como hoy ocurre- con la cabeza levantada exigiéndonos, porque se creen con derecho a que se les dé lo que ellos no han trabajado, porque creen que vivir como parásitos es una forma de vida a la que tienen derecho ya que les trajeron a la vida sin pedirles permiso: esto que digo lo tenemos representado en un sector amplísimo de jóvenes y de mendigos que han perdido la dignidad. Y la sociedad que hemos montado los ha condenado a ser siempre esclavos que viven de rodillas.