DOMINGO -XXIII- DEL TIEMPO ORDINARIO -B-




 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 35, 4‑7ª
Los oídos del sordo se abrirán, la lengua del mudo cantará

Decid a los cobardes de corazón:
*Sed fuertes, no temáis.
Mirad a vuestro Dios que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará+
Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará.
Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco un manantial.
Palabra de Dios.

 REFLEXIÓN
 

“LA INSENSATEZ DE LOS POBRES”    

            El profeta Isaías contempla su pueblo y la ruina a la que ha sido abocado por parte de los dirigentes, que han gobernado de forma nefasta y se han estado aprovechando y saqueando al pueblo, mientras que, por otro lado, han estado haciendo pactos y alianzas con potencias extranjeras que, al final, no han conseguido sino hundir al pueblo.
            En la mentalidad de Israel, la ley que funciona es la del talión (ojo por ojo y diente por diente) y según ella, Dios que es justo, ha de vengar esta situación y ha de  pedir cuentas a los culpables que pagarán hasta el último centavo de todo lo que han hecho.
            El profeta anuncia no solo el desquite y el castigo para los opresores y los que han hundido al pueblo, sino la promesa del levantamiento por parte de Dios de la situación, haciendo que el pueblo llegue al esplendor, ante la vista de todos los opresores, con lo que les ha de  castigar dejando al descubierto su ineptitud, su codicia y su maldad.
            Cuando leemos esto e intentamos proyectarlo sobre nuestra realidad, es imposible dejar de verlo reflejado en la situación en que estamos viviendo, en la que vemos cómo unos cuantos no se conforman ni permiten que los demás levanten cabeza y, a base de apretarles el cuello, los van dejando asfixiados hasta que no puedan quedar fuerzas, que les permitan tutearse como iguales.
            La imagen es más deprimente aun cuando vemos que se hacen estas cosas entre países que, teóricamente, se llaman “hermanos”, que pertenecen a un mismo “club” y tienen unos mismos intereses. Los opresores se ponen de acuerdo para apretar y estrujar a los débiles y éstos, son tan estúpidos que, en lugar de unirse y hacerse uno, se dividen entre ellos, se aplastan y se dejan machacar por los grandes, poniéndose a su servicio.

 
Salmo responsorial Sal 145, 7. 8‑9a. 9bc‑10 (R/.:1)

R/. Alaba, alma mía, al Señor.

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.
R/. Alaba, alma mía, al Señor.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R/.
R/. Alaba, alma mía, al Señor.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
 El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.
R/. Alaba, alma mía, al Señor.
 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol Santiago 2, 1‑5
)Acaso no ha elegido Dios a los pobres para hacerlos herederos del reino?

Hermanos míos:
No juntéis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con el favoritismo.
Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso.
Veis al bien vestido y le decís: *Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado.+ Al pobre, en cambio: *Estate ahí de pie o siéntate en el suelo.+
Si hacéis eso, )no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos?
Queridos hermanos, escuchad: )Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman?
Palabra de Dios.

 
REFLEXIÓN

 
“SER CAPACES DE DEFINIRSE”    

             Algo que repugna en toda lógica y que es motivo de descrédito e imposibilita creer en una palabra es la poca coherencia entre lo que se dice y lo que se practica. Santiago insiste a la comunidad que adecuen sus vidas a la fe que han recibido, a la transformación que Cristo ha realizado con nosotros.
            En el pasaje de hoy vuelve a insistir en lo mismo: aquello que confesamos y que creemos, necesariamente tiene que generar en nosotros una forma de actuar, que será lo que certifique la veracidad de lo que decimos: estamos diciendo y sosteniendo que Jesús nos invita a que nos pongamos siempre al lado del más desvalido, porque es así como Dios  Padre hace y quiere que hagamos y es así como lo hizo Cristo y, en cambio: “Veis al bien vestido y le decís: *Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado.+ Al pobre, en cambio: *Estate ahí de pie o siéntate en el suelo.+
            Esa forma de actuar rompe toda la coherencia y pone en duda todo lo que estamos confesando y diciendo. Eso no fue lo que enseñó, exigió Cristo a los suyos y eso no fue la forma de actuar que Él llevó.
            El favoritismo, el oportunismo, la contemporización con los poderes establecidos… no es la forma que Cristo dejó como norma de actuación, ni es tampoco signo de prudencia que evita problemas, sino que más bien lleva consigo escándalos y decepciones que rompen las expectativas de verdad que se habían levantado.
            Los creyentes en Jesús, y de una forma especial los que se dedican a la política y al servicio del pueblo, deberíamos tener esto bien claro y ser consecuentes con lo que confesamos, para que en todas partes y por dónde andemos, cualquiera pueda saber dónde nos encontramos y dónde estamos posicionados.
 

Aleluya Mt. , 23
Jesús proclamaba el Evangelio del reino, curando las dolencias del pueblo.


EVANGELIO

 
Lectura del santo evangelio según san Marcos 7, 31‑37
Hace oír a los sordos y hablar a los mudos

 En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos.
Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo:
-“Effetá”, esto es: “Ábrete.”
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad.
É1 les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían:
-“Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.”
Palabra del Señor.

 
REFLEXIÓN


“¡Effetá!”    

            El mundo en que vivimos, cargado de egoísmo, en el que se cultiva por todas partes el individualismo, en donde se imponen ciertas modas y ciertos cánones de belleza y de relación social, de tal forma que, si no entras dentro de ellos, no tienes nada qué decir y, lo que digas no va a ser escuchado, es decir: hay una sordera y una incapacidad de comunicación establecida como parte del sistema, que lleva a marginar a las personas y a convertirlas en verdaderos mudos
            Podemos detenernos en algunos sectores de la población o en formas de comunicación que se están cultivando: niños y jóvenes que pasan gran parte del día sentados en el ordenador y, desde él, se relacionan con sus amigos y con el mundo, luego, cuando salen a la calle, tienen miedo a abrir la boca. a expresarse, a relacionarse con la gente; es curioso ver que pueden pasar horas whatsapeando y cuando se encuentran con ese amigo/a, con el/a que hablan, no tienen nada qué decirse, el lenguaje que utilizan es insultante y en el  mismo momento del encuentro, siguen comunicándose con otros a través del móvil (celular), con lo que estamos viendo que se ha roto el encuentro personal, la relación con la persona… de hecho estamos asistiendo a verdaderos engaños, en donde se encuentran personas que,  a través de internet, conocen a una persona que idealizan y luego resulta otra cosa.
            No digamos ya los complejos que se arrastran y que impiden a la persona expresarse, al no responder a los cánones de belleza que hay establecidos y que los imponen los dueños de la moda, con unas medidas determinadas, o los que impone la sociedad de consumo, de forma que, como no estés en la onda, te quedas absolutamente en la calle, sin relevancia alguna y sin que nadie te escuche.
            Jesús viene hoy y se acerca a cada uno de nosotros para decirnos que nadie nos puede callar, que no puede haber ninguna moda, ni ningún esquema, que destruya al ser humano, que es lo más grande y lo más importante que existe.
            Hoy nos dice “Effetá”, ábrete, rompe las cadenas, los esquemas que te tienen amarrados y siéntete querido por Dios, como el ser más importante y único que existe.
            Hoy nos encontramos un sistema que nos dice que nos “callemos”: es decir: que no nos abramos, que no confiemos en nadie, que no nos comprometamos con nada, ni con nadie y todos nos metemos en esta especie de “batidora del temor y la desconfianza” y esto es el peor de los males de una sociedad que nos impide crecer, pues nos apartamos de la trayectoria de la vida, en la que no participamos  activamente y nos impide vivir con alegría y contemplar la belleza del ser humano, ya que lo consideramos como nuestro peor enemigo