DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

PRIMERA LECTURA  

Lectura de la profecía de Amós 6, 1a. 4‑7
Los disolutos encabezarán la cuerda de cautivos 

            Así dice el Señor todopoderoso: 
            “¡¡Ay de los que se fían de Sión y confían en el monte de Samaria! 
            Os acostáis en lechos de marfil; arrellenados en divanes, coméis carneros del rebaño y terneras del establo; canturreáis al son del arpa, inventáis, como David, instrumentos musicales; bebéis vino en copas, os ungís con perfumes exquisitos y no os doléis del desastre de José. 
            Pues encabezarán la cuerda de cautivos y se acabará la orgia de los disolutos." 
            Palabra de Dios.   

REFLEXIÓN 


“DIOS SE PARCIALIZA CONTRA LA INJUSTICIA”  

            El profeta Amós continúa hoy con la denuncia que hacía en el pasaje anterior contra los ricos que pusieron como horizonte de sus vidas el dinero.

            Hoy nos presenta el gran peligro que representa la riqueza, pues nos instala en una situación de comodidad y de lujo que nos ciega por completo y no nos permite ver el dolor del prójimo que sufre; además, nos seca el corazón de tal forma, que nos deja insensibles al sufrimiento ajeno.

            La llamada la hace a aquellos que se sienten muy seguros con su riqueza; esa postura no es correcta, pues se cierran completamente en sí mismos y no quieren saber nada de los demás;  para ellos no hay otro mundo ni otra situación que la suya y vuelven la espalda al resto.

            Por otro lado, la denuncia va dirigida también contra el sentimiento nacionalista que existe: se disputan entre el monte Sión, situado en Jerusalén y el monte Garizin, que está en Samaria; ambos se disputan la posesión de la promesa de salvación, con lo que sienten asegurado su presente y su futuro. Amós condena ambas seguridades conseguidas a costa de la injusticia.

            Otra denuncia que hace es de la imagen insultante que están presentando frente al pueblo desesperado, mientras ellos viven en un lujo y en un nivel desenfrenado estrujando la vida de los pobres.

            La imagen de la sociedad de entonces y las denuncias de Amós, cobran hoy una actualidad impresionante frente a lo que estamos viviendo: una clase política con sueldos astronómicos, con primas de vergüenza, con  ayudas escandalosas y embrollados en negocios de robo y saqueos   que claman al cielo… mientras el pueblo en general y los pobres en particular, se debaten por la subsistencia. Y encima tienen la cara dura de llamarse representantes del pueblo y andan a la caza y captura del que tiene unos ahorros para quitárselos.  

            Amós termina con una sentencia que hoy todo el pueblo clama por que se cumpla: “Pues encabezarán la cuerda de cautivos y se acabará la orgia de los disolutos”
 

Salmo responsorial Sal 145, 7. 8‑9a. 9bc‑10 (R.: 1b)


 R. Alaba, alma mía, al Señor. 

Él mantiene su fidelidad perpetuamente,
él hace justicia a los oprimidos,
él da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
R. Alaba, alma mía, al Señor. 

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.
R. Alaba, alma mía, al Señor. 

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R. 
R. Alaba, alma mía, al Señor. 
 

SEGUNDA LECTURA  


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 6, 11‑16
Guarda el mandamiento hasta la manifestación del Señor 

            Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. 
            Combate el buen combate de la fe. 
            Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos. 
            En presencia de Dios, que da la vida al universo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con tan noble profesión: te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor e imperio eterno. Amén. 
            Palabra de Dios.  
 

REFLEXIÓN 

“MANTENERSE EN FIDELIDAD A LA VERDAD”  

            Continuando la lectura de la carta que S. Pablo le escribe a Timoteo en la que le indica la necesidad de orar  por aquellos que realizan el servicio de la dirección para que no caigan en la tentación de la corrupción; en el pasaje de hoy, nos presenta la invitación que hace a Timoteo para que, precisamente él, no caiga en la tentación de ensuciarse en lo mismo: “Evita todo esto…” –le dice- para que, al modo de Jesús, pueda dar un testimonio limpio y claro, como Jesús lo dio ante Pilato, sin miedo a que se lo pudiera reprochar.

            El gran problema está en mantener firme el combate diario, y no solo actuar en un momento concreto, pues no es fácil mantenerse; lo difícil es ser capaces de mantenerse en coherencia  y poder presentar toda una vida limpia como testimonio de la verdad.

            La llamada de Pablo a Timoteo, tiene también para nosotros hoy una aplicación extraordinaria, no solo para los pastores de la comunidad, sino para todos los creyente que vivimos en un mundo, donde todo nos empuja a mancharnos las manos en la corrupción y a cambiar el orden establecido por Dios 

Aleluya 2 Co 8, 9
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriqueceros con su pobreza.
 

EVANGELIO


Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 19‑31
Recibiste bienes y Lázaro males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tu padeces
            En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: 
            -“Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.  Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. 
            Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. 
            Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. 
            Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: 
            “Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.” 
            Pero Abrahán le contestó: 
            “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. 
            Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros.”  
            El rico insistió: 
            “Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento.” 
            Abrahán le dice: 
            “Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.” 
            El rico contestó: 
            “No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán." 
            Abrahán le dijo: 
            “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."” 
            Palabra del Señor.

 
REFLEXIÓN

 LA REALIDAD NO ES LO QUE NOSOTROS DECIDIMOS  

Jesús, al estilo de Amós, observa la situación que se está dando  y en lugar de lanzarse directamente acusando a los causantes del desastre, hace exactamente lo mismo escenificando la situación con un cuento para que cada uno se sienta identificado. Pone en escena a dos personajes: “Dios Ayuda”= LAZARO y el “Banqueteador”= EPULÓN.

Lázaro que representa a todos los esquilmados, los asfixiados por los impuestos, los parados, los que no pueden llegar al final del mes, los ancianos que están abandonados y los que después de estar trabajando toda su vida ahora les queda una paga de miseria que se ven obligados a compartir con sus hijos porque no tienen dónde acercarse, los marginados que se les ha negado toda posibilidad de vivir con dignidad.

Epulón es el que se siente con derecho a todo, a vivir en la grandeza y por tanto, los demás están obligados a sostenerlo, pues si viven es porque él los deja que vivan y de eso han de estarle agradecidos; el se siente dueño absoluto de todo lo que existe y, por tanto, tiene derecho a disponer de lo que desea. Lo estamos viendo retratado de miles de formas en la actualidad: robos multimillonarios, banquetes y despilfarro, lujos inauditos, casas y mansiones fabulosas, cuentas bancarias atiborradas… y mientras buscando como controlar incluso los pequeños ahorros de un pobre que ha estado sacrificándose toda su vida.

            La escenificación es perfecta. Jesús es, incluso más fuerte que Amós: dice que: “Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico”, pero no se lo daban, se había secado el corazón de este tipo; el dolor de los demás le importaba un bledo, el sufrimiento, el hambre...  no era su problema. Con cualquiera de sus caprichos y derroches hubiera hecho sentirse feliz y le hubiera arreglado el problema a Lázaro, pero había llegado a ser peor que los perros, que eran animales impuros: “hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas”, pero el rico, ¡ni eso! Su corazón estaba invadido por la avaricia y no tenía otra aspiración en la vida que la codicia del dinero.

            Es curioso, no habla el evangelio de las creencias de este hombre, su religión era la avaricia y, lógicamente, el culto  que impone el dios dinero es el egoísmo como espiritualidad, el individualismo como sistema social y la mentira y el engaño como forma de relación entre los demás. El detenerse a pensar en algo más allá de esta existencia  es seguro que lo consideraba una pérdida de tiempo y una estupidez.

            No obstante, la vida sigue su curso y al final nos encontramos todos, ahí ya no hay vuelta atrás, lo hecho, hecho está. ¡Para todos! Y esto es lo único definitivo. Lo que hemos ido cuidando y cultivando durante la vida es lo que nos vamos a encontrar  en la otra.

            Es cierto, también puede haber gente que se burle de estas creencias y diga que es un cuento todo esto, pues una vez muertos… -en mi pueblo dicen: “¡cebada al rabo! ”- ¡de acuerdo! Pero eso no va a cambiar nada; las cosas no son lo que cada uno digamos, según nos convenga, sino como son en realidad y nosotros, podemos argumentar lo que queramos en un sentido o en otro, para ambos tenemos los mismas razones, por tanto es un problema que solo se soluciona con la vida.

            Pero el cuento lo planteó Jesús para que cada uno nos lo apliquemos y veamos dónde nos encontramos y cómo tenemos cogido nuestro corazón y nuestra vida. Nadie queremos ser “Dios Ayuda”= LAZARO” y todos tenemos bastante de “Banqueteador” = EPULÓN”