PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías
60, 1‑6
La gloria del Señor amanece
sobre ti
¡Levántate, brilla, Jerusalén,
que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!
Mira: las tinieblas cubren la
tierra, y la oscuridad los pueblos,
pero sobre ti amanecerá el
Señor, su gloria aparecerá sobre ti.
Y caminarán los pueblos a tu
luz, los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta la vista en torno,
mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti;
tus hijos llegan de lejos, a
tus hijas las traen en brazos.
Entonces lo verás, radiante de
alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará,
cuando vuelquen sobre ti los
tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de
camellos, de dromedarios de Madián y de Efá.
Vienen todos de Saba, trayendo
incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor.
Palabra
de Dios.
REFLEXIÓN
SUPERACIÓN DE ESTRUCTURAS
Isaías hace un canto de lo que el pueblo vive y siente
como un particularismo cerrado, de una religión y una cultura elegida por Dios;
todo esto que se ha venido manteniendo de esa manera, Isaías lo abre a una
dimensión universal.
La obra y la actitud de Dios no se puede quedar
reducida a un grupito de gente, sino que está llamada a ser patrimonio de toda
la humanidad: “A tu luz caminarán todos los pueblos… todos vienen hacia ti… te
traerán los tesoros de las naciones… vienen todos de Sabá… proclamando las
alabanzas del Señor”
Es curioso y triste a la vez, ver
cómo el ser humano cuando parece evolucionar en forma tan fantástica en ciertos
aspectos, vemos que con la misma facilidad retrocede en otros y vuelve a
anquilosarse en posturas ancestrales que debían tenerse por superadas y hasta
olvidadas, como es el nacionalismo, el racismo y todas esas cosas, de forma que
estamos viendo cómo se vuelve a ellas y renacen con una fuerza extraordinaria.
La vida nueva nace y se fortalece
justamente cuando dejamos a un lado todas esas actitudes que nos encierran en
nosotros mismos y nos hacen caer en la oscuridad del egoísmo.
Salmo
responsorial Sal 71, 1‑2. 7‑8. 10‑11. 12‑13 (R.: cf. 11)
R. Se
postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Dios mío, confía tu juicio al
rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con
justicia,
a tus humildes con rectitud.
R.
R. Se
postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Que en sus días florezca la
justicia
y la paz hasta que falte la
luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la
tierra. R.
R. Se
postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Que los reyes de Tarsis y de
las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de
Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos
los reyes,
y que todos los pueblos le
sirvan. R.
R. Se
postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Él librará al pobre que
clamaba,
al afligido que no tenía
protector;
él se apiadará del pobre y del
indigente,
y salvará la vida de los pobres.
R.
R. Se
postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Efesios 3, 2‑3a. 5‑6
Ahora ha sido revelado que
también los gentiles son coherederos de la promesa
Hermanos:
Habéis oído hablar de la
distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro.
Ya que se me dio a conocer por
revelación el misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros
tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y
profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y
partícipes de la promesa en Jesucristo, por el Evangelio.
Palabra
de Dios.
REFLEXIÓN
DIOS
HA REALIZADO SU PROYECTO EN CRISTO
Pablo confiesa a la comunidad de Éfeso algo que le ha
sido dado por revelación directa de
Dios y no por ningún otro cauce; es algo que está, incluso, en contra de lo que
han sido sus convicciones religiosas y culturales, pero que ahora no puede
callarlo porque ha sido superior a su propia persona y a sus convicciones: el
mensaje que le ha sido revelado es que Dios ha decidido abrir para todos los
hombres lo que tenía reservado para Israel:
Todos los pueblos comparten la misma herencia, son miembros de un mismo
cuerpo y participan de la misma promesa hecha por Jesús a través del
evangelio”.
Esta es la verdad que ha quedado
patente con la venida de Cristo y esta es la misión que se le ha encomendado:
anunciar este mensaje al pueblo que había estado encerrado en sus esquemas, ya
que el proyecto de Dios ha llegado a su plenitud y Dios lo ha llamado a ser su
colaborador predicando el evangelio.
El verdadero signo de este mensaje y
de esta llamada, es el establecimiento de la iglesia que tendrá como misión el establecer
la unidad de todos los pueblos de la tierra, creando vínculos de comunión y
fraternidad en medio de la diversidad que caracteriza al mundo.
Cristo
ha sido puesto como centro de unidad de todos los hombres, realizado por el
amor, la verdad, la justicia y la paz que es donde converge todo el universo.
Aleluya
Mt 2, 2
Hemos visto salir su estrella
y venimos a adorar al Señor.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio
según san Mateo 2, 1‑12
Venimos de Oriente a adorar al
Rey
Jesús nació en Belén de Judea
en tiempos del rey Herodes.
Entonces, unos magos de
Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
—«¿Dónde está el Rey de los
judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a
adorarlo.»
Al enterarse el rey Herodes,
se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los
escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron:
—«En Belén de Judea, porque
así lo ha escrito el profeta:
"Y tú, Belén, tierra de
Judea, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti
saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel."»
Entonces Herodes llamó en
secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la
estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:
—«Id y averiguad
cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo
también a adorarlo.»
Ellos, después de oír al rey,
se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a
guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.
Al ver la estrella, se
llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su
madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le
ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños
un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro
camino.
Palabra
del Señor.
EL PUEBLO TAMBIÉN SE EQUIVOCA
Hay
una frase que suele soltarse con mucha frecuencia, sobre todo por parte de los políticos,
porque sin lugar a duda les conviene pues con ella justifican todos sus
chanchullos: “El pueblo no se equivoca”; efectivamente, el pueblo expresa
siempre lo que es y cómo camina y sus decisiones no son más que un reflejo de
lo que vive, de ahí también la otra frase que también se suele decir: “Tenemos
lo que nos merecemos”
El
pueblo de Israel se equivocó muchas veces y tuvo la desfachatez de no querer
aprender las lecciones que Dios le fue dando con la historia y a cada momento
fue apartándose del camino que Dios le había trazado y hasta oponiéndose a los
consejos que le iba dando a través de los profetas y de todos los grandes
personajes que fue suscitando: jueces, sacerdotes…
Hoy precisamente celebramos el día de la manifestación
pública del proyecto de salvación que trae Jesús para el mundo y la
reacción que tiene la humanidad de entonces ante la propuesta, acontecimiento
que estamos viendo cómo hoy sigue creando problema y ha levantado una gran polémica
entre nosotros en el momento actual, queriendo convertirlo en un carnaval en
donde el personaje central y el mensaje que lleva no aparezcan por ningún sitio;
politizando el acontecimiento y dividiendo con él al pueblo; se repiten las
mismas formas. Esta polémica ha venido surtida justamente por la decisión del
pueblo.
S. Mateo ilumina el pasaje con algunos datos
históricos y con algunos detalles del A.T. recordando lo que habían anunciado los
profetas, indicando de esta manera que la venida de Jesús no es algo aislado
que ha surgido, sino que es el cumplimiento de todas las promesas y esperanzas
de Israel (Miq. 5,1; Is. 6,1-6;1ªRe. 10,1-3; Núm. 23,24) donde se venía hablando
ya desde muy antiguo cómo gentes de otros lugares y razas vendrían a adorar al
único y verdadero Dios como rey del universo,
mientras que los primeros destinatarios que son los miembros del pueblo
judío, se opusieron, lo despreciaron, lo rechazaron, se asustaron, se
indispusieron cerrándole las puertas, persiguiéndolo, marginándolo y, por fin,
lo mataron… y prefirieron seguir encerrados en su castillo y en su orgullo. Hoy
preferimos cerrarnos en nuestras comodidades.