DOMINGO I DE CUARESMA -B-

 De andar por casa

             ¿Cuántas veces te has planteado el abandonar una cosa cosa que estás haciendo porque ves que es inútil y luego das gracias porque te sirvió lo que hiciste o porque aprendiste para otro momento? Pues también ocurre todo lo contrario.

 Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 1, 12-15

Era tentado por Satanás, y los ángeles lo servían

EN aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían. Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

            Efectivamente, la tentación deriva en lo contrario: vemos una cosa como buena, razonable, lógica… y después que la hemos aceptado nos empuja necesariamente a dar otros pasos que no habíamos previsto y cuando queremos acordar nos hemos metido donde nunca pensamos y de donde no podemos salir porque nos hemos ido amarando sin darnos cuenta con unas cadenas que nos quitan la libertad.

            Podemos poner un ejemplo muy concreto: veo cómo está la realidad y deseo frenar la evolución de la mentira y la explotación, algo noble, loable y valioso.

            Para luchar contra todo esto acepto un puesto en la política y obtengo algunas cosas para la comunidad que me ha votado, no sin antes haber tenido que ceder en algunas cosas que no son correctas y vamos asumiendo que el fin justifica los medios y poco a poco voy cediendo por pequeños obsequios y cuando quiero acordar no me queda otra alternativa que el voto a favor o la expulsión de la cancha.

            Por algo, en la oración que Jesús nos dejó, una de las últimas peticiones fue: “No nos dejes caer en la tentación” pues envueltos en la buena voluntad nos dejamos en los brazos del maligno.