DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO –B-

 De andar por casa

         Estamos viendo cómo hoy se considera una locura y una irresponsabilidad el lanzarse al matrimonio si es que antes no tienes un trabajo, el piso, la carrera…

         De la misma manera nadie se lanza a hacer un compromiso si es que antes no tiene bien atados todos los cabos y la seguridad en los resultados asegurándose la estabilidad económica y emocional…

 EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 6, 7-13

Los fue enviando

EN aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y decía:
«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos». Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.

  

REFLEXIÓN

             El evangelio de este domingo viene a dar al traste con nuestros esquemas de seguridad y al mismo tiempo viene a darnos la verdadera clave de lo que nos dará la verdadera seguridad del éxito.

         Jesús envía a los apóstoles a predicar y les pide que no lleven nada, que no pongan la seguridad y la fuerza de la eficacia de su mensaje en el dinero, en los bienes, en nada material. Ni siquiera en la comida.

         La única seguridad que han de tener es en el mensaje de paz, de amor, de verdad, de justicia… que llevan. Ellos han de ser los primeros que crean en él y sus personas y sus vidas han de ser el signo que exprese la evidencia de lo que dicen.

         La libertad absoluta ha de ser el sello de autenticidad de lo que predican, no han de estar amarrados ni condicionados por nada.

         ¿Qué tal si aplicásemos esta actitud a las estructuras de la iglesia, de la familia, de la educación, de la sociedad…?

         Alguien me dirá que esto es una utopía, puede ser, pero nadie me podrá demostrar que sea algo malo y dañino para la sociedad o algo pernicioso y perverso. De hecho hay mucha gente que lo ha hecho y lo sigue manteniendo y es feliz. El que sea difícil no quiere decir que sea imposible.