De andar por casa:
No sé si te has detenido a pensar en
algo que nos ocurre a todos: cuando llega la navidad, una de las notas típicas
es la lotería y la razón para conformarnos cuando no nos toca es para todos la
misma: “La mejor lotería que nos puede tocar es la salud”, por eso, mucha gente
al día 22 de diciembre lo llama el “Día de la Salud”; es que lo que más le
tememos en la vida es a perderla y a sufrir el dolor.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 6, 17. 20-26
Bienaventurados los pobres. Ay de
vosotros, los ricos
EN aquel tiempo, Jesús bajó
del monte con los Doce, se paró en una llanura con un grupo grande de
discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de
Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía:
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os
insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del
hombre.
Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el
cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres
hacían con los falsos profetas».
Palabra del Señor.
Son los aspectos más vulnerables que el hombre tiene, contra los que se siente débil y los que no debemos dejar que nos dominen, nos quiten la libertad o nos hagan perder el sentido de la vida: uno de ellos, yo diría que el más fuerte, es la enfermedad, el dolor que nos hace perder hasta la confianza en Dios y nos derrota por completo, llegando a destruir todos nuestros ideales, nuestras ilusiones y nuestros proyectos, pues atenta contra nuestra capacidad como personas y por lo que el hombre llega, incluso, a desearse la muerte.
De esta debilidad, el seguidor de
Jesús se ha de liberar y dominarla, de tal forma que el dolor es justamente la
“escuela” en la que aprende a fortificarse, a madurar y a superar las grandes
dificultades de la vida. No hay cosa que haga más daño al ser humano que el
andar huyendo del sufrimiento y no asumir alguna cosa que le produzca dolor o
sacrificio.
No se trata de buscar el
sufrimiento, sino de no huir de él, y enfrentarlo con un espíritu libre y
fuerte.
Quien no es capaz de enfrentarse a
la dificultad, no está preparado para disfrutar y valorar el triunfo ni la misma
vida; aquellos que tienen el coraje de hacerlo son esos “bienaventurados que
lloran”