DOMINGO XXXIII DELTIEMPO ORDINARIO -C-

De andar por casa:

         Cuando nos acercamos a algún centro de religiosidad popular o a las cofradías, es muy frecuente salir escandalizados o impresionados por la gran riqueza que se acumula y la ostentación que se hace en ellas, pues incluso, son objeto de exposición todas las donaciones y las promesas que se hacen. Ante esto, mucha gente se pregunta: “¿Para qué quiere la imagen todo esto? Y por otro lado podemos concluir: ¿Qué tiene que ver todo esto con el evangelio?

 EVANGELIO

https://servicioskoinonia.org/leccionario/imagenes/cruz.gif Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 5-19

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

 

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo:

—«Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido».

Ellos le preguntaron:

—«Maestro, ¿Cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».

Él contesto:

—«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca; no vayáis tras ellos".

Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.

Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida».

Luego les dijo:

—«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.

Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.

Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.

Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Palabra del Señor.

 REFLEXION

         También para los israelitas era un orgullo ver la riqueza del templo, que era el máximo signo emblemático  de Israel.

        Para Jesús, en cambio, el centro de interés no son las riquezas acumuladas, sino el ser signo vivo del Reino que se ha inaugurado y que el templo y la religión rechazan. Todas esas riquezas son cosas caducas, solo tienen un valor limitado y relativo. Poner la vida y el orgullo en ellas es una estupidez, pues eso que se tiene como signo de grandeza, mañana puede perderse o ser signo de todo lo contrario.

        Jesús les hace caer en la cuenta que lo único que es eterno y por lo que vale la pena sentirse orgulloso es el reino y la salvación que ha traído: ·De toda esta grandeza no quedará piedra sobre piedra”

        Desgraciadamente estas palabras nos  rechinan hoy en los oídos, pues la grandeza la tenemos puesta, en lo mismo que los israelitas, y de la misma manera tenemos nuestra relación con Dios: la gran mayoría de veces nuestra relación con Dios no es más que una transacción comercial: “Yo te doy para que me des” o, “Yo te doy si es que me das” y no entra en mi esquema de vida el amor, la verdad y la paz que dios me ha regalado y que deberían ser el objeto de exposición, pues es lo que le va a dar sentido a toda mi vida y a todo lo que haga.

Las cosas, las imágenes, los edificios… no tienen valor alguno si es que  no sirven para expresar la grandeza del reino de Dios que se nos ha regalado como horizonte.