III DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO A


 ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

Lectura del Evangelio de san Mateo.
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle:
«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».
Jesús les respondió:
«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:
los ciegos ven y los cojos andan;
los leprosos quedan limpios y los sordos oyen;
los muertos resucitan
y los pobres son evangelizados.
¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!».
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito:
“Yo envío a mi mensajero delante de ti,
el cual preparará tu camino ante ti”.
En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él». Palabra del Señor.
    En este tercer domingo de Adviento llamado de Gaudete, la liturgia nos invita a vivir y experimentar la alegría y el gozo de sentirnos amados por Aquel que viene.
    El evangelio parte de una pregunta, ¿eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?. Esta interrogación se la hacen los discípulos de Juan Bautista al mismo Jesús. Jesús es claro "id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo". Nosotros también muchas veces le hemos preguntado a Jesús si es el que tenemos que esperar y la respuesta es la misma, "qué estamos viendo y oyendo". 
    En nuestro camino vital, muchas veces, hemos de comenzar de nuevo, hemos de buscar y encontrar, quizás no todo aquello que queremos en el aquí y ahora. Los que fueron a preguntar a Jesús lo tuvieron que hacer, dejar los signos del desierto para adentrarse en los signos nuevos que nos trae el Mesías, un cambio nuevo de vida y el gozo de haberlo encontrado, cada uno en su situación, pero todos por igual con la apertura de nuestro corazón a Él. Que el gozo y la alegría de este domingo nos impulse a comunicarlo a los demás.