V DOMINGO DE PASCUA

Yo soy el camino y la verdad y la vida.
Del evangelio según san Juan.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice:
-«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde:
-«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice:
-«Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Jesús le replica: -«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mi. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.» Palabra del Señor.
    El evangelio de este V domingo de Pascua, para nosotros es de singular importancia, ya que se nos invita a creer en Dios y en Jesús. Esta invitación viene precedida de una petición "que no se turbe vuestro corazón", por lo tanto no es el creer sin más, sino poner toda la confianza en Jesús sobre todo en los momentos difíciles. Si nos detenemos en el texto descubrimos que fue proclamado antes de la pasión, esto quiere decir que los discípulos tienen que vivir la experiencia del Gólgota.
    Desde esta óptica descubrimos que también nosotros tenemos que subir al Gólgota y es desde ese lugar donde tenemos que poner toda nuestra confianza en Jesús y por ende en Dios.
    La partida de Jesús de este mundo al Padre, es sin lugar a dudas, el restablecimiento de la relación paterno-filial de cada uno de nosotros en Él. "Voy a prepararos sitio", es Jesús quien posibilita que estemos en la presencia de Dios. el lugar que desde el principio teníamos antes de la caída del hombre. Con esta afirmación Jesús va mucho más lejos de lo que nosotros podemos esperar, "para que donde estoy yo, estéis también vosotros".
    Para vivir esta realidad tenemos que unirnos a Jesús, pues como Él nos dice es "el camino, la verdad y la vida". Jesús es el origen y el final de nuestro camino, por medio de Él empezamos a conocer al Padre y también por medio de Él llegaremos a encontrarnos con el Padre, por lo tanto, es el único camino. Él es la verdad, no solo desde el raciocinio, sino como podemos ver en todo el evangelio de Juan el "Yo soy" se adecua en Cristo, Él y el Padre son uno, de esta forma el ser de Dios es Él y por lo tanto, no hay error. Si Dios es la vida en plenitud, vida sin ocaso, que no tiene origen ni fin, descubrimos que Jesús es la vida en Dios, el sentido pleno de todo hombre está en Él, se  compadeció de nosotros muriendo en la Cruz para descubrirnos con su Resurrección la Vida. Quien se une a Él tendrá la vida eterna.
    Comencemos a caminar junto a Jesús sabiendo que estará con nosotros hasta el final de los tiempos, y así descubrir el ser de Dios en nosotros por medio de la verdad que es Cristo y poder llegar a contemplar en plenitud la Vida que nos trae Jesucristo en Dios. Feliz domingo.