IV DOMINGGO DE PASCUA

 

Yo soy la puerta de las ovejas.
Lectura del evangelio se san Juan.
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante». Palabra del Señor.
    Poco a poco nos estamos adentrando en este tiempo de Pascua viviendo con gozo la alegría del Resucitado a la espera de un nuevo Pentecostés. Hoy IV domingo de Pascua, Jesús se presenta como Pastor y puerta del aprisco.
    El Pastor que conoce a cada una de sus ovejas, y que ellas escuchan y reconoce su voz. Muchas voces se oyen en nuestro mundo y muy cerca de nosotros que no nos llevan al lugar del aprisco preparado por el Mesías. Oír la voz del Señor es conocer lo que nos pide, pero sobre todo obedecerle. Él mismo nos alerta de ello, "las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños". Este pastor bueno es aquel que nos cuida, alimenta, sana y da la vida por nosotros. Estamos llamados a seguirle y a entrar por su puerta.
    Esta es la otra imagen que encontramos hoy. "Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos". Esta afirmación del Pastor nos libera, nos dignifica y más aún nos alimenta con la Palabra y los Sacramentos. Entrar por la puerta que es Jesús, es lo mismo que "acercarse a Él", "darle nuestra adhesión", esto lleva consigo asemejarse a Él, ir como Él a la búsqueda del bien del hombre. 
    Jesús Pastor ha venido para que tengamos vida y vida abundante, él lo llevo a cabo durante toda su vida, por medio del anuncio del Reino, los milagros y sobre todo por su entrega al hombre en la Cruz donde lo dio todo y nos abrió la puerta de su corazón. Que Él sea siempre puerta y guardián de nuestras vidas.