I DOMINGO DE CUARESMA. CICLO B

 

 Era tentado por Satanás, y los ángeles lo servían.

Del Evangelio según san Marcos.
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían.
Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio». Palabra del Señor.
    Nos encontramos en el primer domingo de Cuaresma y  penetramos en el desierto de nuestra vida para que como Jesús nos adentremos en nosotros mismos y descubramos el amor de Dios.
    En este pasaje evangélico no aparece explícitamente las tentaciones, pero si sabemos que Jesús las superó. Hoy se nos invita a descubrir el Reino de Dios en nuestro mundo, en todo lo que nos rodea, para eso el mismo Señor nos invita a la conversión.
    Siempre es tiempo propicio para hacer este camino, ahora en el tiempo fuerte de la Cuaresma, más que nunca es necesario recorrerlo. La experiencia de la conversión es la necesidad de volver a Dios, a experimentar su amor y cercanía en medio de las vicisitudes de la vida, es dejar poco a poco aquello que nos separa de Él para acercarnos y llenarnos de Él. Por lo tanto, no tengamos miedo de adentrarnos en el desierto pues sabemos que siempre está cerca de nosotros y nos ayudará a vencer toda tentación, caminemos hacia la Pascua para vivir la vida en el Señor resucitado.