DOMINGO -V- TIEMPO ORDINARIO -A-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 58, 7 10
Entonces nacerá tu luz como la aurora

Esto dice el Señor:
Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo,
viste al que va desnudo, y no te cierres a tu propia carne.
Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana;
te abrirá camino la justicia,
detrás irá la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor
y te responderá.
Gritarás y te dirá:
«Aquí estoy.»
Cuando destierres de ti la opresión,
el gesto amenazador y la maledicencia,
cuando partas tu pan con el hambriento
y sacies el estómago del indigente,
brillará tu luz en las tinieblas,
tu oscuridad se volverá mediodía.

Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“EL CAMINO DE LA IGLESIA CREYENTE”

El pueblo de Israel no ha entendido todavía que Yahvé ha hecho una apuesta por él, que Él no es un dios como los otros dioses: hambriento de de sacrificios expiatorios, de reconocimientos de su grandeza y de humillaciones y sometimientos de esclavitud.
El profeta quiere hacer entender a su pueblo que Dios se ha fijado en él y que el mayor de los cultos que cada uno puede rendir y lo mismo el pueblo entero, lo que  ha de hacer es aceptar la libertad y el amor que Dios está dispuesto a derrochar. La única respuesta grata a Dios, no consiste en sacrificios ni en ritos ni en holocaustos ni en nada de esas cosas, sino en el reconocimiento de la grandeza y la dignidad que Él ha dado a cada uno y actuar como respuesta en coherencia.
Isaías no propone una “religión” llena de ritos, sino un modo nuevo de vivir en solidaridad, y en fraternidad: “Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que va desnudo, y no te cierres a tu propia carne".
Y cuando esta forma de vida ha enganchado y se ha hecho carne de tu carne, entonces estaremos en condiciones de entendernos con Dios y la vida se mirará de otra manera.
El mensaje de Isaías vuelve a tener una resonancia impresionante en nuestro días y vuelve a planeársenos como una fuerte alternativa al sistema que queremos sostener e imponer y al esfuerzo que estamos haciendo por adaptar el mensaje los esquemas actuales.
Pero hay cosas que no tienen posibilidad de casar ni justificar: ¿Cómo sostener y comulgar con un sistema que se basa en la opresión, en la mentira, en el miedo, en la amenaza… que va produciendo hambrientos, esclavos, explotados, racismos, desprecio de aquellos que no responden a los esquemas establecidos…? ¿Cómo podrá la iglesia y, cada creyente, levantarse como portadora de la luz, si no toma una postura decidida en contra de todo aquello que es contrario a la dignidad de la persona y se cierra en si misma, escodiéndose en sus esquemas, y mirándose al ombligo?


Salmo responsorial Sal 111, 4 5. 6 7. 8a y 9

V/. El justo brilla en las tinieblas como una luz.
R/. El justo brilla en las tinieblas como una luz.
V/. En las tinieblas brilla como una luz el
que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
R/. El justo brilla en las tinieblas como una luz.
V/. El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor.
R/. El justo brilla en las tinieblas como una luz.
V/. Su corazón está seguro, sin temor, reparte limosna a los pobres,
su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad.
R/. El justo brilla en las tinieblas como una luz.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 2, 1 5
Os he anunciado a Cristo crucificado

Hermanos:
Cuando vine a vosotros a anunciaros el testimonio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado.
Me presenté a vosotros débil y temeroso; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN


“PRESENTAR A CRISTO RUCIFICADO”

Pablo se presenta ante la comunidad de Corinto no enseñando sus títulos, ni haciendo alarde de sus doctorados en ninguna materia, sino con la experiencia de haber sido “tocado” por Jesús. Lo que él va a presentar no es “su” sabiduría, “su” preparación, sus capacidades, sino su experiencia de encuentro con el Señor
Él siente que Dios ha tenido un detalle con él, le nace la necesidad de hacerle ver a la comunidad que Dios ha dejado de estar “enfadado” con los hombres, que ha venido en su Hijo Jesucristo para demostrarnos su amor y para enseñarnos que no vale estar todavía en los esquemas en los que nos movemos, sino que hay que levantar la cabeza y comenzar un modo nuevo de existencia.
Pero esto que Pablo presenta a la comunidad de Corinto, no parece que lo hayamos entendido todavía y seguimos apoyándonos en nuestra sabiduría, en nuestros títulos, en nuestros proyectos, en nuestra doctrina, en nuestras instituciones… y las consideramos más importantes que la vida y que las mismas personas. Y, lógicamente, lo que suele quedar para lo último, si es que se le deja un espacio, es justamente al mensaje que Pablo presenta: “vine a vosotros a anunciaros el testimonio de Dios… a Jesucristo, y éste crucificado”.


Aleluya

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 13 16
Vosotros sois la luz del mundo

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
—Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una vela para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Alumbre así vuestra luz a los hombres para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

“LLAMADOS A SER SAL Y LUZ”

Jesús invita a ser “sal” y “luz” para el mundo: a eso está llamada a ser la iglesia: la que da el gusto del reino a este mundo y la que, con su vida, sus estructuras, su liturgia, su acción, se convierte para el mundo en una luz que alumbra la justicia, la verdad, el amos, la paz, la libertad.
Esta es la llamada que tiene y esta fue la misión que Cristo le dejó. Y cuando digo "la iglesia" no me estoy refiriendo a la “estructura” ni a la “jerarquía”, sino a TODA y a “todo” lo que se refiere a ella. Y está llamada a lucir como el candelero que se pone para que alumbre a todos lo de la casa.
Siguiendo el símil que pone Jesús, veo que en una comida no es todo sal ni en una habitación es todo un foco, sino que la sal está para dar sabor a los alimentos y evitar la corrupción y el foco para alumbrar a toda una superficie, es decir: la IGLESIA es el “sacramento” del reino que vino a inaugurar Jesús y que le dejó como misión el continuar siendo, como Él, testigo y presencia del Reino de Dios.
Lógicamente, Jesús, si da este mandato a sus discípulos, a su iglesia, no es para que se quede mirándose el ombligo, creyéndose la salvada, la iluminada… sino para diluirse y dar sabor a este mundo, para brillar con fuerza para que el mundo disipe las tinieblas del error, de la injusticia, de la mentira, del atropello y se dé cuenta que ese no es el camino de la grandeza y la felicidad a la que está llamado todo hombre.
Efectivamente, estamos viendo que en este mundo están apareciendo muchos “sabores” y ninguno de ellos hace que el hombre se sienta satisfecho pues al final vemos, incluso cómo todo se corrompe y a la larga sume a la persona en la infelicidad y en la desesperanza. Pero en medio de todo eso, ¿qué “sabor” ofrece la iglesia como alternativa y respuesta?
En el mundo que vivimos se presentan todo tipo de luces que deslumbran y nos hacen ver futuros de colores, pero al final estamos viendo cómo todo es un espejismo, un engaño que termina dejando a la persona en la más completa oscuridad y frente a esto… ¿Qué camino de libertad, de justicia, de amor, de verdad, presenta la iglesia e iluminamos cada cristiano?