DOMINGO -VI- TIEMPO ORDINARIO -A-

PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro del Eclesiástico 15, 16‑21
No mandó pecar al hombre
Si quieres, guardarás sus mandatos, porque es prudencia cumplir su voluntad;
ante ti están puestos fuego y agua, echa mano a lo que quieras;
delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja.
Es inmensa la sabiduría del Señor, es grande su poder y lo ve todo;
los ojos de Dios ven las acciones, él conoce todas las obras del hombre;
no mandó pecar al hombre, ni deja impunes a los mentirosos.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“EL SER HUMANO, EXCEPCIÓN DE LA NATURALEZA”
El libro del Eclesiástico presenta la realidad, algo que es evidente y que muchas veces el hombre quisiera cambiar para justificas sus posturas.
En el reino animal todo está perfectamente controlado  y todo se rige por unas normas o principios naturales que son inexorables. Solo en la especie humana, dentro del reino animal hay la excepción: mientras en el resto de animales ninguno se convierte en exterminador de su propia especie, vemos que el hombre es el peor depredador y enemigo de la especie humana.
Frente a esta realidad, el autor del eclesiástico presenta las alternativas que el hombre tiene ya que al romper el orden natural, con su libertad él se hace responsable de sus actos  “ante ti están puestos fuego y agua, echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja”. Y no vale decir: “Dios me lo ha puesto delante, si lo ha hecho es porque quería que yo hiciera…” Es la expresión con la que mucha gente se defiende ante los extravíos que hace.
Pero la cosa se agrava más todavía cuando el hombre, no solo hace daño y se convierte en depredador del hombre, sino cuando conscientemente monta sistemas que van directamente contra la humanidad y deja en la cuneta de la vida a la persona como una cosa que no sirve y cuando deja de ofrecer interés se la destruye. El momento en que el ser humano llega a justificar y a sentir que por encima de la persona pueden ponerse otras cosas u otros intereses, es la manifestación más triste de su decadencia.

Salmo responsorial Sal 118, 1‑2. 4‑5. 17‑18. 33‑34

V/. Dichosos los que caminan en la voluntad del Señor.
R/. Dichosos los que caminan en la voluntad del Señor.

V/. Dichoso el que con vida intachable camina en la voluntad del Señor; dichoso el que guardando sus preceptos lo busca de todo corazón.

R/. Dichosos los que caminan en la voluntad del Señor.

V/. Tú promulgas tus decretos para que se observen exactamente;
¡ojalá esté firme mi camino para cumplir tus consignas.

R/. Dichosos los que caminan en la voluntad del Señor.

V/. Haz bien a tu siervo: viviré y cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos y contemplaré las maravillas de tu voluntad.

R/. Dichosos los que caminan en la voluntad del Señor.

V/. Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes y lo seguiré puntualmente;
enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón.

R/. Dichosos los que caminan en la voluntad del Señor.

SEGUNDA LECTURA 

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 2, 6‑10
Dios predestinó la sabiduría antes de los siglos para nuestra gloria

Hermanos:
Hablamos, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos, para nuestra gloria.
Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido, pues si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Sino como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman.»
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu, y el Espíritu todo lo penetra, hasta la profundidad de Dios.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“TENEMOS QUE SER DIFERENTES”
De la misma manera que hay diferentes formas de mirar la vida  y de posicionarse frene a ella, hay también distintos modos de enfrentarse a la realidad y de encontrarle un sentido a la vida y a lo que se hace.
S. Pablo tiene muy claro que  él no comparte ni alienta ni acepta ni justifica el vivir bajo los esquemas que tiene planteados el mundo: unos lo tienen todo y otros se mueren de hambre; unos son considerados  personas de 1ª categoría mientras otros no se les reconoce ni lo más mínimo que es su dignidad de persona. Solo viviendo en esos exhumes se pueden llegar a cometer disparates como el haber matado a Jesús. La IGLESIA, un cristiano no puede quedarse impasible y encoger el hombre ante una realidad como la que nos presenta la acción de Manos Unidas, de Caritas o de cualquiera de las que a diario nos presentan los misionera que tiene la iglesia mientras los demás nos quedamos tranquilos disfrutando  y viviendo de espaldas a esa realidad.
Efectivamente, nuestra forma de pensar y de actuar no puede coincidir con la del mundo, Hablamos un lenguaje diferente, tenemos una visión diferente, miramos el mundo, las cosas y la gente de una forma diferente.
El problema empieza a darse el momento que ya no nos diferenciamos  y empleamos los mismos mecanismos y cuadriculamos a la gente de la misma manera que lo hace  el mundo.

Aleluya 

EVANGELIO

El texto entre [ ] puede omitirse por razón de brevedad.


U Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 17‑37
Se dijo a los antiguos, pero yo os digo

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
[No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los Cielos.]
Pero quien los cumpla y enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.
Os los aseguro: si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: no matarás, y el que mate será procesado.
Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano será procesado. [Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado», merece la condena del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.]
Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio.» Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.
[Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el Abismo.
Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al Abismo.
Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio.»
Pues yo os digo: el que se divorcie de su mujer—excepto en caso de prostitución—la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.]
Sabéis que se mandó a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor.»
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: [ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo]. A vosotros os basta decir sí o no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.
Palabra del Señor


REFLEXIÓN


“FORMAS DE MATAR”
El pasaje viene enmarcado dentro del sermón de la montaña en donde Jesús plantea su programa identificativo para todos aquellos que quieren ser de los suyos: hay una manera de ser:  “bienaventurados” y una forma concreta de vivirlo. Este pasaje, como todos los que venimos leyendo son la continuación o, dicho de otra manera, la concretización de la vivencia de es libertad que Él ha proclamado para los suyos en la Bienaventuranzas.
Siempre me ha llamado la atención que Jesús, cuando le sacan el tema de la vida y la obligación de defenderla, une el aspecto físico y psíquico: “Habéis oído que se dijo a los antiguos: no matarás, y el que mate será procesado”, y ahora une a es manera de matar esta otra que es tan dolorosa y dañina como la física: es la muerte moral, espiritual del individuo a quien se le denigra, se le tira por los suelos su dignidad… “.si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado», merece la condena del fuego”, es decir: la agresión a la dignidad con las palabras es tan mala como la misma muerte y merece el mismo castigo.
Cuando lees esto y te detienes a pensarlo despacio, te das cuenta que, efectivamente, esa forma de “golpear” a la persona es tan dañina como la física, hoy se la empieza a llamar “agresión psicológica” y  empieza a tener su puesto en la ley.
No obstante, nos damos cuenta que vivimos en una sociedad que carga una agresividad extraordinaria con un lenguaje cada vez más soez, agresivo, inadecuado, ofensivo…
Sería cuestión de que nos detengamos a examinar el lenguaje con el que nos expresamos y se expresan los medios de comunicación:
Está de moda hablar irrespetuosamente, con términos rastreros, con un lenguaje decadente y de mal gusto.
Podemos darnos cuenta perfectamente de la violencia que se respira en cualquier conversación entre los jóvenes a base de insultos, de palabrotas y e formas completamente groseras y de una mala educación que raya en la patanería.
Dice el refrán que de la abundancia del corazón habla la lengua y podemos observar la forma e dirigirse los hijos a los padres, los varones a las mujeres y viceversa.
Se habla para humillar, para quedarse por encima del otro, se usan palabras ofensivas e hirientes que dejan un vacío enorme al terminar un conversación; no digamos ya si es que se trata de tocar temas de diversas formas de concebir la política. Ahí se suele terminar en insultos y en calificaciones de todo tipo.
Y donde acabamos ya de rematar lo que decimos es el espectáculo constante, continuo  y diario de la TV donde se vive de la denigración de la dignidad humana, de la mentira, y de la venta de la misma persona que pone al aire su dignidad para que todo el mundo diga lo que quiera.
Es imposible evadir la pregunta a Jesús: Señor, ¿qué opinas de lo que hemos montado? Y la otra cuestión que salta a la superficie: ¿Podrá un cristiano entrar en este juego y justificarlo?