PRIMERA LECTURA
Lectura del
libro de Jeremías. Jer 20, 7-9
La palabra del Señor me ha servido de oprobio
ME sedujiste, Señor, y me dejé seducir;
has sido más fuerte que yo y me has podido.
He sido a diario el hazmerreír,
todo el mundo se burlaba de mí.
Cuando hablo, tengo que gritar,
proclamar violencia y destrucción.
La palabra del Señor me ha servido
de oprobio y desprecio a diario.
Pensé en olvidarme del asunto y dije:
«No lo recordaré; no volveré a hablar en su nombre»;
pero había en mis entrañas como fuego,
algo ardiente encerrado en mis huesos.
Yo intentaba sofocarlo, y no podía.
Palabra
de Dios
REFLEXIÓN
LA SEDUCCIÓN DE DIOS
El texto que nos trae la liturgia de hoy
nos presenta una de las confesiones del profeta Jeremías en donde viene a
decirnos lo que Dios ha supuesto en su vida: esa palabra que en un tiempo él
devoraba, se le ha convertido en un fuego que le abrasa y no puede contener;
siente que Dios lo ha seducido, pero al mismo tiempo él se ha dejado seducir y
se siente vencido; la fuerza de Dios ha sido más poderosa que todos sus
argumentos y sus intereses.
Su
relación afectiva y vital con Dios será la que marque el ritmo de su
existencia, cosa que no está en consonancia con los esquemas del mundo y esto
le traerá muchos quebraderos de cabeza.: “Se ríen de mi sin cesar… todo el
mundo se burla de mi”
El
profeta entiende que podía vivir mucho más a gusto y despreocupado dándole la
espalda a Dios: “Yo me decía: no pensaré más en Él, no hablaré más en su
nombre…”
Como
podemos ver, es exactamente la descripción de todo el creyente que se ha dejado
seducir por Dios: su fuerza es más poderosa que todos los intereses humanos que
no logran doblegar al profeta, pues los sufrimientos no pesan en comparación
con la grandeza del amor de Dios.
Salmo
responsorial
Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V/. Oh, Dios, tú
eres mi Dios,
por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.
por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V/. ¡Cómo te
contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V/. Toda mi vida te
bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V/. Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la
carta del apóstol san Pablo a los Romanos. Rom 12, 1-2
Presentad vuestros cuerpos como sacrificio
vivo
OS exhorto, hermanos, por la
misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios; este es vuestro culto espiritual.
Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Palabra
de Dios
REFLEXIÓN
LA
RECUPERACIÓN DE LA DIGNIDAD DE LA VIDA
Pablo pide a los cristianos de Roma que se definan, que
hagan una opción por Cristo frente a las propuestas que les hace el mundo: “No os acomodéis a los criterios de este
mundo”
Si Dios ha hecho su opción inquebrantable por el mundo,
tal como ha venido hablando en capítulos anteriores, a nosotros corresponde
ahora contestar con la misma moneda: dando a nuestras vidas una dimensión
sagrada, de forma que, esa respuesta se convierta en el verdadero culto que se
tributa a Dios.
Pablo rompe definitivamente con el plan anterior: si Dios
mismo se ha entregado como víctima, ha quedado ya superado el culto antiguo en
el que se ofrecen sacrificios de animales y ofrendas para convertir la vida
misma en el holocausto y en la ofrenda agradable a Dios.
El convertir la vida en una ofrenda sagrada, hace que la
vida tome una dimensión completamente distinta, la vida es algo sagrado que nos
capacita para discernir entre lo bueno y lo malo, entre lo agradable y lo
perfecto; al mismo tiempo nos ubica en una situación vital que no nos deja caer
en la rutina, ni en el conformismo que nos plantea el mundo.
EVANGELIO
✠ Lectura del santo
Evangelio según san Mateo. Mt 16, 21-27
Si alguno quiere venir en pos de mí que
se niegue a sí mismo
EN aquel tiempo, comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:
«Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte».
Jesús se volvió y dijo a Pedro:
«Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».
Entonces dijo a los discípulos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.
Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.
¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
LA
CLAVE PARA LA FELICIDAD
Jesús ha empezado a hablar a los apóstoles de las
consecuencias que lleva consigo seguirlo y afrontar el proyecto del reino; Pedro le sale al paso diciendo que no es
posible, que es inaceptable lo que les está planteando; la verdad es que no ha
entendido de lo que va la película. Pedro reacciona con naturalidad ante lo
mismo que reaccionamos todos: el dolor, el sufrimiento, la dificultad… es algo
que no lo admitimos, a pesar de ser algo tan natural que está en la misma
esencia de la vida.
Sin embargo, esta realidad que está como uno de los
grandes componentes de la vidas, lo mismo que lo está la muerte, es algo que
repugna y en cada momento de la historia se han venido tomando posturas frente
a ella: los estoicos sostenían que la postura más digna era enfrentarse al
dolor y al sufrimiento con fuerza y con coraje aguantando lo que viniera;
Epicuro, en cambio, sostenía que había que huir del dolor y luchar por gozar en
la vida lo máximo; en el budismo sostienen que hay que desprenderse hasta de
los deseos para llegar al karma… y las posturas se siguen dando a través de los
siglos: hoy vemos que hay gente que pasa toda su vida en torno a sus “dolores”
y toda su vida gira alentando y retroalimentando sus dolores, sus sufrimientos
de tal forma que no habla ni piensa en otra cosa; otros en cambio, se resignan
conformándose como si fuera una especie de lotería que a cada uno toda una
fracción ella; otros incluso, caen en terribles
depresiones y otros viven huyendo de todo aquello que les pueda suponer
el más mínimo sufrimiento hasta el punto que no soportan ni siquiera que se
hable del dolor, de la enfermedad o de las dificultades de la vida, solo
soportan lo agradable y lo placentero…
Jesús quiere hacer tomar conciencia de esta realidad que
vivimos y que es imposible eludirla, Él mismo tiene que afrontarla como algo
que está inscrito en el código de la naturaleza en la que vivimos.
Jesús no cae en la tentación de colocar en el centro de
su existencia y de su atención el dolor, el sufrimiento; Él no se siente en
ningún momento víctima, ni anda compadeciéndose de sí mismo… y no es que no lo
padezca, es que esa realidad le hace sentirse más bien solidario con todos
aquellos que la enfrentan, que son todos y su postura le hace más cercano y
entrañable, pues a partir de ahí entiende a todo el que se le acerca.
Tampoco vemos a Jesús que ande agobiado ni asustado con
preocupaciones de lo que le puede ocurrir de forma que monte todo un sistema de
prevención en torno a su persona como vemos que nos ocurre con tanta
frecuencia; es cuestión de ver la cantidad de gimnasios y tiendas naturistas
que florecen en nuestros días; Jesús lo vemos disfrutando de regalar su vida y
hacer de ella una bendición para todos, con un lema que será el que sostenga
toda su existencia: confianza en el Padre y puesta a su disposición.