PRIMERA LECTURA
«Observad el derecho, practicad la justicia,
porque mi salvación está por llegar,
y mi justicia se va a manifestar.
A los extranjeros
que se han unido al Señor para servirlo,
para amar el nombre del Señor
y ser sus servidores,
que observan el sábado sin profanarlo
y mantienen mi alianza,
los traeré a mi monte santo,
los llenaré de júbilo en mi casa de oración;
sus holocaustos y sacrificios
serán aceptables sobre mi altar;
porque mi casa es casa de oración,
y así la llamarán todos los pueblos».
Palabra de Dios.
R/. Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
ilumine su rostro sobre
nosotros;
conozca la tierra tus
caminos,
todos los pueblos tu
salvación.
que todos los pueblos te alaben.
porque riges el mundo
con justicia,
y gobiernas las
naciones de la tierra.
que todos los pueblos te alaben.
que todos los pueblos
te alaben.
Que Dios nos bendiga;
que le teman
todos los confines de
la tierra.
que todos los pueblos te alaben.
A vosotros, gentiles, os digo: siendo como soy apóstol de los gentiles, haré
honor a mi ministerio, por ver si doy celos a los de mi raza y salvo a algunos
de ellos.
Pues si su rechazo es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración
sino volver desde la muerte a la vida?
Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
En efecto, así como vosotros, en otro tiempo, desobedecisteis a Dios, pero
ahora habéis obtenido misericordia por la desobediencia de ellos, así también
estos han desobedecido ahora con ocasión de la misericordia que se os ha
otorgado a vosotros, para que también ellos alcancen ahora misericordia. Pues
Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.
y curaba toda dolencia en el pueblo. R/.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a
gritarle:
«Ten compasión de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo».
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:
«Atiéndela, que viene detrás gritando».
Él les contestó:
«Solo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel».
Ella se acercó y se postró ante él diciendo:
«Señor, ayúdame».
Él le contestó:
«No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella repuso:
«Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen
de la mesa de los amos».
Jesús le respondió:
«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».
En aquel momento quedó curada su hija.
Palabra del Señor.
DOMINGO XX DEL T. O. -A-
A los extranjeros los traeré a mi monte santo
Lectura del libro de Isaías. Is 56, 1. 6-7
ESTO dice el
Señor:
REFLEXIÓN
EL GRAN
ERROR DEL HOMBRE ACTUAL
El profeta Isaías proclama la actitud nueva que han de
tener ante esta nueva etapa que comienza; están de vuelta del destierro de
Babilonia; no vale seguir ni en los esquemas mentales que tenían y que los
llevaron al destierro, ni los que tuvieron durante el régimen de esclavitud;
han de superar esos esquemas y crear una
mentalidad completamente nueva, que les lleve a tomar una forma de vida
completamente distinta, basada en el respeto al derecho; creando una actitud de
rectitud moral y guardar lo establecido en las leyes del “sábado” que es la
columna vertebral de la práctica de la justicia en Israel.
Esta
actitud será válida y el único carnet que identifique a los hombres, sean de
donde sean y de la condición que sean; haciendo de esta forma, que el templo se
convierta en “la casa de oración para todos los pueblos” porque en ella se
encontrará la presencia viva de Dios.
Esta
llamada del profeta a su pueblo cobra hoy una actualidad impresionante ante el
absurdo que estamos viviendo, al querer establecer la mentira, la injusticia,
la destrucción de todos los valores como base de la libertad y poner el placer
como objetivo máximo del hombre y el dinero como valor absoluto y universal con
el que se puede alcanzar todo.
Salmo responsorial
Sal 66, 2-3. 5.
6 y 8 (R/.: 4)
V/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
R/.
Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
V/. Que canten de alegría las naciones,
R/.
Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
V/. Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
R/. Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
SEGUNDA
LECTURA
Los dones y la llamada de Dios son irrevocables para Israel
Lectura de la carta del
apóstol san Pablo a los Romanos. Rom 11,
13-15. 29-32
HERMANOS:
Palabra
de Dios.
REFLEXIÓN
EL RENGLON
TORCIDO DE ISRAEL
S.
Pablo, en el cap. 8 de la carta a los romanos se planteaba si las fuerzas de
este mundo, que empujan al hombre a ser
infiel, podrían cambiar la actitud de Dios hacia el mundo y después de ver lo
que Dios había hecho, no solo a través de la historia, sino en el momento más
reciente: Dios. con Jesucristo, su Hijo, concluye diciendo que nada en este
mundo puede hacer que cambie la actitud y la posición de Dios para con el mundo;
por tanto, tampoco lo podrá hacer el hecho de que su pueblo haya rechazado a
Cristo: Dios sigue adelante con y sin su pueblo, de forma que, el error de los
judíos va a ser la base para que Dios aproveche para reforzar su actitud
salvadora y misericordiosa, abriendo las puertas al pueblo pagano, con lo cual,
es posible que si la verdad no ha podido mover al pueblo, ahora lo hagan los
celos, al ver que otros pueblos encuentran la felicidad por algo que ellos han
despreciado.
Si
es que esto se consiguiera, sería como un volver el pueblo de la muerte a la
vida. Para expresar esta realidad, S. Pablo utiliza en los versículos 15 ss.
Una imagen: en el olivo dañado se ha injertado un acebuche que será el que dé
un aceite de salvación.
Pasados
muchos siglos, vuelve a repetirse la historia viendo cómo muchos movimientos
cristianos ponen en crisis actitudes anquilosadas y antievangélicas de la
iglesia, mientras que empiezan a verse frutos de salvación que nacen por otro
lado.
Aleluya
Mt 4, 23
R/.
Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.
Jesús proclamaba el Evangelio del reino,
EVANGELIO
Mujer, qué grande es tu fe
✠ Lectura del santo Evangelio según san
Mateo. Mt 15, 21-28
EN aquel
tiempo, Jesús salió y se retiró a la región de Tiro y Sidón.
REFLEXIÓN
Y POR ENCIMA DE TODO LA PERSONA
El pasaje de S. Mateo que nos
presenta la liturgia de hoy es sumamente interesante y nos invita a detenernos
un momento y nos invita a observar nuestra situación frente al cuadro que nos
muestra el evangelio: una mujer cananea, pagana, despreciada por los judíos,
pues proviene, además de un pueblo odiado con quien siempre ha estado en guerra
el pueblo judío…
Aparece como una mujer sin nombre,
es alguien indefinido, sin importancia… ella rompe todos los prejuicios y
protocolos sociales y se abre paso en medio de la gente que, incluso, se siente
molesta.
La mujer tiene dos objetivos: su
hija y Jesús, lo demás le importa un bledo. Ella tiene la seguridad y la
certeza de que Jesús es alguien que no la desprecia, que la escucha y no la
deja en la cuneta de la vida.
Se propone llegar hasta Jesús y,
probablemente sus gritos a Jesús producen la molestia que hizo que los
discípulos, fastidiados por sus voces, le dijeran a Jesús que la atendiera para
quitársela de encima.
La postura y la mirada de Jesús es
completamente distinta a la de todos: Él no es nacionalista ni xenófobo, ni
anda con prejuicios políticos o religiosos… no le pregunta sobre nada de esto y
solo ve en ella su fe profunda y su necesidad; únicamente le aclara cuál es su
misión para inducirla a un gesto de agradecimiento a Dios y termina diciéndole:”
¡qué grande es tu fe!, que se cumpla lo que deseas”.
Es la gran lección que hoy debemos
aprender todas las religiones, los partidos políticos, las asociaciones… que
por encima de cualquier estatuto o ley, por encima de cualquier regla de los
códigos y hasta por encima de cualquier carisma, ha de estar la persona que se
levanta como un valor absoluto.