DOMINGO -XXI- T.O. -A-

Lectura del profeta Isaías 22,19‑23

Colgaré de su hombro la llave del palacio de David

Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: "Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna."
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN 

LA DROGA DEL PODER    

            El momento en que Isaías pronuncia este oráculo es cuando acaba la campaña victoriosa de Senaquerib el año 701 a.C.
            En medio de toda esa borrachera de grandeza, de gloria y de triunfos, Isaías quiere hacerle tomar conciencia de la debilidad del hombre y de sus hazañas; es Dios quien actúa valiéndose de un sinfín de cosas, hasta de los mismos pecados de los hombres: concretamente, Isaías carga contra el mayordomo del rey Ezequías que, en esa nube de gloria, quiso construirse un mausoleo de piedra en lo alto de un monte ahuecándolo, mientras el pueblo se muere de hambre y le falta lo elemental.
            Esta denuncia del profeta ante la arrogancia de los dirigentes, tiene hoy un eco impresionante ante los despilfarros, los lujos y las maquinaciones políticas de hoy, mientras al pueblo le faltan los elementos más básicos para subsistir cono es el trabajo, la salud, la educación y está teniendo que emigrar de su tierra y, en muchos sitios, hasta se le atropella y se le maltrata por mantenerse en el poder.
 
Salmo responsorial: 137
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón; /
delante de los ángeles tañeré para ti, /
me postraré hacia tu santuario, /
daré gracias a tu nombre. R.
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

Por tu misericordia y tu lealtad, /
porque tu promesa supera a tu fama; /
cuando te invoqué, me escuchaste, /
acreciste el valor en mi alma. R.
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

El Señor es sublime, se fija en el humilde, /
y de lejos conoce al soberbio. /
Señor, tu misericordia es eterna, /
no abandones la obra de tus manos. R.
Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.
 

Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Romanos 11,33‑36
Él es el origen, guía y meta del universo  

¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN 

LA OBSESIÓN DEL HOMBRE CONTRA DIOS   

            S. Pablo centra su reflexión sobre todo lo que viene contemplando: cómo Dios respeta, incluso las decisiones equivocadas de los hombres y saca de ellas resultados positivos, de tal forma que hace real y verdadero el refrán: “Dios escribe derecho con nuestros renglones torcidos”:  un pueblo que por miles de años ha venido con la esperanza puesta en el cumplimiento de una promesa, cuando llega el momento, se cierra y no quiere admitir lo que ha venido anhelando, convirtiéndose en un infierno para el pueblo, lo que ha sido una gloria para la humanidad.
            ¿Es ésta la forma de hacer las cosas Dios, de manera que no pueda el hombre atribuirse lo que no es suyo?
            De todas formas, el plan de Dios se sigue realizando a pesar de que el hombre continúe haciéndole la guerra a Dios, a quien considera su opositor y hasta su peor enemigo en muchas circunstancias, sobre todo cuando los planes del hombre están en abierta oposición a los de Dios.
 
EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según S. Mateo 16,13‑20
Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos  

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
"¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"
Ellos contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas."
Él les preguntó: "Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo?"
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo."Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo." Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Palabra del Señor 

REFLEXIÓN 

¿QUIÉN DICE LA GENTE QUE SOY YO?       

            Aparece por ahí una noticia en la que se ven pintadas contra el gobierno, contra la guardia civil y contra la iglesia, pero venimos aguantando agresiones a la Eucaristía a la imagen de Jesús, de la virgen y de todo lo sagrado… y nadie dice nada ni se escandaliza y hasta se justifica diciendo que es libertad de expresión y muchísimos cristianos le quitan fuerza al tema y dicen que eso no tiene importancia y que no hay que detenerse en esas cosas que realizan personas locas… Pero el caso es que le línea que marcó Jesús y por la que le dieron muerte, no es la que hemos optado los cristianos: Él hizo una opción radical por la justicia, por la verdad, por el amor, por la pobreza y en cambio, nos encontramos una gran cantidad de cristianos metidos en la política, en los medios de comunicación, en los negocios… y esa opción que mandó Jesucristo no es la que nos distingue, sino todo lo contrario y nos excusamos diciendo que hay que se tolerantes y quitar hierro a las cosas, es decir: con el velo de la prudencia , el respeto, y la tolerancia encubrimos un miedo atroz a dar la cara y definirnos, con lo que permanecemos nadando y guardando la ropa..
            La pregunta que lanza Jesús la recojo y me la hago yo hoy, frente a lo que estamos viviendo: ¿Qué hemos hecho los cristianos para que la iglesia se la identifique con una institución de poder, de forma que todo el bien que hace no se le reconozca, y en cambio queda opacado por la imagen que se ha construido? ¿Qué culpa estoy teniendo yo?
            La pregunta de Jesús sigue hoy teniendo una fuerza enorme, porque la imagen que de Él queda en el mundo es la que nosotros estamos construyendo y la que estamos proyectando; pero lo más triste es que, incluso, nos avergonzamos de hablar de Él y lo estamos queriendo etiquetar y reducir a unos ritos, a unos esquemas desconectados completamente de la vida, porque preferimos que esté muerto y representado en imágenes de madera que no nos exigen nada antes que vivo y exigiendo que demos un testimonio vivo de su presencia.
            Pero Jesús no es una idea, ni una imagen de madera o escayola, ni un recuerdo de un ser que vivió hace mucho tiempo y ha quedado para el recuerdo. Él está vivo y cuestionando a cada momento nuestra forma de vivir y de pensar; no nos deja tranquilos ni permite que lo manipulemos ni lo amarremos a estructuras de conveniencia.
            A Jesús no se le conoce en los libros, en las redes, en las películas… solamente se le puede conocer en el camino, siguiéndole, en la cercanía, en el silencio, en la oración, en el encuentro de amor con el desvalido, en el testimonio auténtico de la verdad, en el compromiso con la justicia y en la solidaridad con los que sufren.