DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO -A-

De andar por casa

         Los dos niños van a la escuela y son excelentes amigos; uno de ellos tiene unos padres que se preocupan de su educación y le exigen que trabaje; el otro tiene unos padres que piensan que su hijo no puede sentirse inferior a ningún compañero y se lo consienten todo, y se lo dan todo hecho.
         Cuando llega el momento de los exámenes finales, el primero saca sobresalientes y el segundo suspende; entonces la madre critica con las vecinas que el amigo de su hijo es un atrasado, un reprimido y un antipático, que si aprueba es por los regalos que sus padres hacen a los maestros.

Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 1, 29-34
Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo

EN aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”.
Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
                Juan tiene a su favor a todo el pueblo que lo cree un profeta; hasta goza del respeto y el reconocimiento de la autoridad. Su grandeza no la apoya desprestigiando al otro, sino proclamando su grandeza: “Él está por delante de mi” y se pone a proclamar todo lo bueno y grande que ha visto en Él: “He contemplado al Espíritu que se posaba sobre Él”, “Él es el verdadero Cordero que quita el pecado del mundo…”  Jesús hace lo mismo de Juan.
            El día que entendamos esto, habrán cambiado las cosas: el día que haya un político o cualquiera que para proclamar la verdad o su programa de trabajo no necesite descalificar a los demás, ese día habría que dar gracias a Dios porque hemos encontrado a una persona honrada que cree en lo que dice y lo que hace y se apoya en la verdad.-