DOMINGO I DE CUARESMA -A-


De andar por casa
       Estamos viendo a cada momento actitudes que terminan en una cerrazón egoísta, en la que solo se piensa en vivir cómodamente y, por eso se cierran a los más grandes ideales humanos: “Yo no tengo hijos, pues para no poder darles todo lo que desean y verlos sufrir… vamos nosotros a vivir de la mejor manera que podamos y gozar la vida que son cuatro días”

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 4, 1-11
Jesús ayunó cuarenta días y es tentado
EN aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
    «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero él le contestó:
    «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
    «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».
Jesús le dijo:
    «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los
reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
    «Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
    «Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:
                “No solo de pan vive el hombre” ni tampoco vivimos para TENER cosas: coches, casas, ropas, ahorros… para asegurar el futuro.
            El problema está en que, lo que debe ser un medio para vivir con dignidad, lo convertimos en el fin supremo que nos esclaviza, de modo que, cuanto más tenemos, más deseamos y necesitamos y no somos capaces de poner el límite y el ansia de “tener”, la avaricia... matan por completo el SER de la persona. 
Lo que se nos presenta como algo razonable y con apariencia de bueno y lógico, llega a imponerse como algo necesario e imprescindible, a lo que todo tiene que doblegarse.