De andar por casa
¿Cuántas veces hemos
escuchado y hasta hemos dicho nosotros: “Primero la obligación antes que la
devoción?”
Pero tal vez no nos hemos
detenido a pensar ni lo que es “obligación” ni lo que es la “devoción” y con
frecuencia confundimos la jerarquía de valores, dejando lo principal a un lado
y centrando toda la atención en lo que es secundario.
A todos los que encontréis, llamadlos a la
boda
EN aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en
parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se
parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que
llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados
encargándoles que dijeran a los convidados:
“Tengo preparado el banquete,
he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Venid a la boda”.
Pero ellos no hicieron caso;
uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás agarraron a los
criados y los maltrataron y los mataron. El rey montó en cólera, envió sus
tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados: “La
boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los
cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda”.
Los criados salieron a los
caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del
banquete se llenó de comensales».
Palabra del Señor.
No hace falta pensar en cosas raras;
céntrate en tu hogar ¿a cambio de qué estás dejando de sentarte un rato a
dialogar con tu mujer, con tu marido, con tus hijos, hablar de temas
interesantes, escuchar sus problemas…? ¿Qué es lo que te lo está impidiendo?
¿Qué es lo que te está impidiendo en tu vida que dediques un tiempo a pensar en
la situación que vives y organizar tu vida de cara a algo que realmente valga la
pena? ¿Qué te tiene tan ocupado?
Es muy posible que cuando quieras
acordar ya no haya posibilidad, has perdido tantas oportunidades que ya no hay
vuelta atrás… cuando quieras entrar, la puerta ya esté cerrada, no hay
posibilidad de desandar el camino.