DOMINGO XXXII DEL T.O. -A-

 De andar por casa

       “La vida son cuatro días y hay que vivirla, quien no lo hace es tonto”,    Esta es la frase que constantemente estamos escuchando como consejo para vivir; pero lo triste es que la mayoría de las veces, “vivir” se entiende por gozar con los sentidos y disfrutar del placer, en cambio, el vivir preocupados y entregados a una causa se considera una perdida inútil de tiempo y de vida que no lleva a nada.

 Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 23, 1-13

¡Que llega el esposo, salida su encuentro!

            EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
“¡Qué llega el esposo, salid a su encuentro!”.
Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las prudentes:
“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.
Pero las prudentes contestaron:
“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
Señor, señor, ábrenos.
Pero él respondió:
“En verdad os digo que no os conozco”.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».
Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

             En mis tiempos de juventud, estando en toda la fiebre del 68 había un grafiti que decía “España es tuya, rómpela”, es decir: disfruta, vive a tope los sentidos, que no te detenga nada, experiméntalo todo… y se pasa por la vida como una tormenta de granizos.

            Cuando pasan los años, te das cuenta que no has construido nada de lo que soñabas, te has dedicado a pasártelo bien, y ahora no hay vuelta atrás, ya no puedes pedir a los demás que hagan lo que tú soñabas hacer, tu lámpara ya no tiene más aceite y no hay vuelta atrás, lo que hiciste o dejaste de hacer es la única realidad con la que te encuentras… y no hay fracaso más grande en la vida que llegar al final con las manos vacías, sin que nadie se alegre de que hayas venido al mundo, pues no dejas más que tristeza y desolación y, el peor de los fracasos es que a estas alturas no seas más que un estorbo que estén todos deseando de que desaparezcas