I DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO B


 

Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa
Del evangelio según san Marcos.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!». Palabra del Señor.

    Con la celebración de este primer domingo de Adviento, comenzamos un nuevo tiempo litúrgico. Esto no significa que la vida del cristiano es algo cíclico pues descubrimos que nos encaminamos hacia a Aquel, que viene, que vino y vendrá. Jesucristo encarnado en nuestra naturaleza humana.
    Hoy el evangelio nos habla de una palabra importante, Velad, aquel que vela está atento a todo lo que sucede, esto significa que tenemos que estar atentos y despiertos en todo momento.
    El don de la fe que se nos otorgo en día de nuestro Bautismo,  tenemos que acrecentarla hasta el día de la venida de Cristo, para ello tenemos que alimentarla con la obras y el testimonio, no podemos estar adormilados, estar en vela es vivir la esperanza y confianza en Jesucristo, pues no sabemos cuando vendrá.
    Se nos invita a estar alerta, a saber discernir los signos de los tiempos, a caminar y preparar su camino entre nosotros, a ser luz en medio de la oscuridad, todo ello nos acercará al gran día de Jesucristo. Vivamos con apertura de corazón a este gran Misterio que vamos a celebrar, la Navidad del Señor.