DOMINGO -XXIX- T.O. -A-

<DIV align=justify></DIV><DIV align=justify><DIV align=justify>Lectura del profeta Isaías 45,1.4‑6

Llevó de la mano a Ciro para doblegar ante él las naciones  

Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: "Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro."
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN 

DIOS NO SE CASA CON NADIE 

Es interesante ubicar el texto que  nos presenta hoy la liturgia: se trata del 2º Isaías o el “Libro de la consolación”: El profeta, después de haber  anunciado y denunciado al pueblo lo que está pasando y lo que le puede ocurrir, no se queda con la condena y la maldición, sino que invita al pueblo a que no se quede resignado en el bache y se levante, indicando que Dios está siempre dispuesto a empezar de nuevo, cuando el hombre se da cuenta de su error y decida cambiar, utilizando los medios que menos podemos imaginar; en este caso se trata de un pagano, un conquistador que no tiene sentido de respeto religioso, sino intereses puramente políticos: en ese momento no le interesa retener a los judíos ni tampoco ponerse en contra de ellos, prefiere más bien presentarse como el benefactor y de esa manera, los tiene siempre a su disposición hasta  pagando, incluso, unos impuestos de buena gana.

El profeta les pide que no se detengan en detalles, sino que aprovechen la oportunidad que dan las mismas circunstancias que Dios mismo va manejando. Solamente hay una cosa que Dios va dejando claro al pueblo: “no hay otro dios fuera de mí, yo soy Dios y no hay otro”; es decir: Ciro, por muy bien que lo haga, no es divino, como de hecho estaba pretendiendo hacerse.

Dios deja bien claro esto al pueblo porque hay un gran peligro: el que el pueblo se arrodille ante Ciro o que Ciro, ante la veneración del pueblo, se levante creyéndose que es dios… son las dos realidades que hoy nos afectan también a nosotros y que, con frecuencia  unimos una cosa a otra y son dos cosas completamente distintas que no tienen que ver la una con la otra. Dios está por encima de la política e incluso, por encima de la religión y de todas sus  formas religiosas.

  Estas palabras, en tiempos como los que vivimos, tienen una fuerza impresionante, cuando nos encontramos toda una serie de propuestas alternativas a la de Dios que se nos meten por los ojos e invitan a romper el proyecto de Dios y arrodillarnos ante estas ofertas.

En este caso vemos cómo el proyecto de Dios es llevado justamente por una persona que no pertenece al pueblo, pero que Dios puede hacer aquello que quiere y con los medios que se le antojan, no necesariamente con lo que nosotros creemos que tiene que ser: la acción de Dios es incontrolable  y puede hacer lo que quiere utilizando medios que escapan a nuestra imaginación y a nuestros esquemas, tal como nos decía el domingo anterior: “Mis caminos no son vuestros caminos”.
 

Salmo responsorial: 95  

Aclamad la gloria y el poder del Señor.

Cantad al Señor un cántico nuevo, /
cantad al Señor, toda la tierra. /
Contad a los pueblos su gloria, /
sus maravillas a todas las naciones. R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.  

Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, /
 más temible que todos los dioses. /
Pues los dioses de los gentiles son apariencia, /
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.  

Familias de los pueblos, aclamad al Señor, /
aclamad la gloria y el poder del Señor, /
aclamad la gloria del nombre del Señor, /
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.  

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, /
tiemble en su presencia la tierra toda; /
decid a los pueblos: "El Señor es rey, /
él gobierna a los pueblos rectamente." R.
Aclamad la gloria y el poder del Señor.
 

Lectura de la 1ª carta del apóstol S. Pablo a los Tesalonicenses 1,1‑5b
Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza  

Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordemos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados en Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN 

MANTENER NUESTRA IDENTIDAD  

Pablo se dirige a la comunidad de Tesalónica, no a una persona en particular, pues es en comunidad como están dando la respuesta, ya que la alianza que Dios ha hecho es también a su iglesia, y como iglesia deben responder, guiados por la acción del Espíritu Santo

Como hacíamos en el texto del profeta Isaías, nos puede ayudar a entenderlo el ubicarlo en su contexto: la carta a los tesalonicenses no intenta dar una lección de doctrina o de fundamentos de teología, sino salir al paso de las dificultades concretas por las que está pasando la comunidad y que Pablo también comparte en el desarrollo de su misión.

La carta se ciñe a dar respuesta a los problemas concretos que tiene la comunidad en ese momento: los indolentes que viven  a costa de los demás. Lo que dice a la comunidad de  Tesalónica nos da a nosotros luz también, para que iluminemos y afrontemos los problemas que tiene  nuestra comunidad.

Algo que se percibe a primera vista es la buena relación que existe entre Pablo y la comunidad: “Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones”, y hace un retrato robot de la comunidad, eso que siempre le impactó y que la define en su mente y en su corazón: tiene una fe activa, un amor intenso y una esperanza grande y fuerte; esto no quita de que algunos sean indolentes, que viven del cuento, pero en general, la comunidad se ha distinguido por su fe y por dejarse llevar por la acción del Espíritu Santo. Pablo considera esto de un valor inigualable.

  Esto que ha distinguido a la comunidad desde su inicio, Pablo pide que lo mantengan como nota identificativa y procuren que nada ni nadie los cambie. Esa actitud de acogida que han tenido desde el principio, es lo que los hace diferentes al resto y lo que los hace agradables a Dios.

Se trata, pues de mantener aquellos grandes valores que nos identifican  como comunidad y que tenemos el peligro de dejarlos a un lado ante las propuestas que nos viene haciendo la moda del momento; de la misma manera ser lo suficientemente cautos para  dejar al descubierto a todos los oportunistas que jamás mueven un dedo por la comunidad y siempre están dispuestos para la foto.  
 

Lectura del santo evangelio según S. Mateo  22,15‑21
Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios  

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?" Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: "Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto." Le presentaron un denario. Él les preguntó: "¿De quién son esta cara y esta inscripción?" Le respondieron: "Del César." Entonces les replicó: "Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios."
Palabra del Señor
 

REFLEXIÓN 

CADA COSA EN SU SITIO  

Tal como hemos hecho con los textos anteriores, ubicamos el pasaje del evangelio de S. Mateo en donde se intenta hacer una síntesis de la tradición cristiana y judía después de la destrucción del templo (años 66-74).

Jesús se encuentra en una fuerte bronca con las autoridades judías que intentan etiquetarlo: si está a favor o en contra del imperio y le buscan el menor desliz para acusarlo o para aprovecharse de su “ideología” política, pues intentan ideologizar todo lo que dice, algo parecido a lo que hoy nos ocurre.

  Los temas que hay sobre el tapete son el tributo al Cesar, la resurrección de los muertos, el mandamiento principal, el hijo de David… pero como telón de fondo está la aceptación de la ley romana o la judía.

El tema de los impuestos es algo que traía de cabeza a los judíos y a los cristianos: si Dios es el dueño de la tierra, a quien hay que pagarle el tributo es a Él; si otro viene diciendo y exigiendo  que se le pagarle a él, hay que entender que se está queriendo imponer como Dios, por lo tanto, si se le paga, lo están reconociendo como dueño y señor, como Dios; si no se le paga, se están oponiendo, con lo que pueden ser considerados rebeldes y pueden sufrir la muerte.

Para los judíos esto suponía un cambio radical: se trataba de cambiar a Yahvé por el Cesar y, esto significaba someterse a una estructura de poder y de injusticia que no toleraban; para los cristianos, en cambio, la idea era completamente otra: para los cristianos no hay otro Dios que el “Abba” que Jesús les ha mostrado y que vive en familia con ellos, por tanto, el emperador no tiene nada que hacer con ellos.

Los cristianos respetan su autoridad, como  el que desempeña un servicio al pueblo y ellos apoyan en todo lo que es justo y razonable, pero Dios es otra historia: al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, lo último que puede el Cesar es proclamarse dios, ya que Dios es amor, es Paz, es Justicia, es Verdad, es Libertad… cosa que el Cesar carece por entero de cada uno de estos valores, por tanto, a nadie se le ocurre darle al Casar este atributo.

Es una actitud que hoy falta clarificar pues, aunque no se presente nadie con la propuesta de ser “dios”, sin embargo, vemos que las estructuras que se montan son de avasallar y colocarse en el centro de la vida con pretensiones de único y absoluto, exigiendo adoración y vasallaje; esto lo estamos viendo que se hace desde la política, desde el poder, desde el dinero y hasta desde la misma religión, mientras que la vivencia de los grandes valores de la realidad de Dios, se dejan a un lado y no aparecen por ningún sitio, más bien se sigue la misma estructura del Cesar o de las religiones imperantes que no tienen en cuenta a la persona, que explotan al pobre y mantienen una estructura de poder que somete

Hoy, es muy probable que Jesús nos contestara: “Dad a la religión lo que es de ella y a Dios lo que es de Dios”, pues con una frecuencia enorme vemos que hay muchas cosas que escandalizan porque no tienen relación alguna con el evangelio y menos aún con Jesús.