PRIMERA LECTURA
Apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que
nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua
Lectura del libro del Apocalipsis 7,2-4. 9-14
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R.
Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor
Del
Señor es la tierra y cuanto la llena,
el
orbe y todos sus habitantes:
él la
fundó sobre los mares,
él la
afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién
puede subir al monte del Señor?
¿Quién
puede estar en el recinto sacro?
El
hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no
confía en los ídolos. R.
Ése
recibirá la bendición del Señor,
le
hará justicia el Dios de salvación.
Éste
es el grupo que busca al Señor,
que
viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
SEGUNDA LECTURA
Veremos a Dios tal cual es
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan
3, 1-3
Queridos,
ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos
que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal
cual es.
Todo el
que tiene esperanza en él se purifica a si mismo, como él es puro.
Palabra
de Dios.
EVANGELIO
Estad alegres y contentos, porque vuestra
recompensa será grande en el cielo
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,
1-12ª
«Dichosos
los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos
los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos
los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos
los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos
los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos
los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos
los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.
Dichosos
los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los
cielos.
Dichosos
vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por
mi causa.
Palabra del Señor.
Todos los Santos.
Yo, Juan,
vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó
con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar,
diciéndoles:
-«No
dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente
a los siervos de nuestro Dios.»
Oí
también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las
tribus de Israel.
Después
de esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar,
de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero,
vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz
potente:
-«¡La
victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!»
Y todos
los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro
vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios,
diciendo:
-«Amén.
La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el
poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.»
Y uno de
los ancianos me dijo:
-«Ésos
que están vestidos con vestiduras blancas ¿Quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le
respondí:
-«Señor
mío, tú lo sabrás.»
Él me
respondió.
-«Éstos
son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus
vestiduras en la sangre del Cordero.»
R. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor
R. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor
R. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor
Mirad qué
amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
El mundo
no nos conoce porque no le conoció a él.
En aquel
tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron
sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:
Estad
alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.»
“¡¡BIENAVENTURADA MI IGLESIA!!”
Nos dice
textualmente el evangelio de hoy que Jesús se encuentra rodeado de una gran
multitud que va a su lado escuchándolo. En este caso, se separa del grupo de
gente, se va a la montaña y allí se le acercan los discípulos y comienza a
hablarles con más sosiego y les plantea lo que es el verdadero camino de la
felicidad y de la libertad:
-“Dichosos”
los que tienen un espíritu de pobre, es decir: deprendido de toda serie de
ataduras porque serán capaces de vivir sin estar amarrados a nada ni a nadie…
pero el grupo de discípulos son los que se consideran de sus seguidores, lo que
hoy podríamos llamar la iglesia y a ella va dirigida de una forma especial la
recomendación de Jesús: “Dichosa mi iglesia si es capaz de soltarse de tantas
ataduras y apuesta por la libertad… ¡¡Cuántos problemas se ahorraría!! Pensemos
nada más que en la imagen que tiene y que no es capaz de quitarse de encima,
cosa que repele a la inmensa mayoría de los cristianos y los no cristianos,
pues la consideran como una institución de poder. ¿Qué tendríamos que hacer
para librarnos de esta imagen que nos
ensucia por todas partes?
Pero
el problema no es que tengamos la imagen, sino que en definitiva no nos
distingamos en nada de los que ostentan y buscan el poder y el dinero por todas
partes. Ese es el verdadero problema que nos impide ser testigos de la
verdadera libertad.
Cuando
Jesús le dice a sus discípulos: “Dichosos los que lloran” es a la iglesia a la
que nos está diciendo que nuestra vida ha de estar orientada y decididamente al
lado de los que sufren por el motivo que sea: el dolor, la enfermedad, la
marginación, la explotación y luchan por imponerse y no dejarse hundir… la
iglesia está llamada a ser Consuelo para todos ellos y apoyo fundamental en el
que pueden encontrar todo el apoyo que necesiten… Pero cuidado, no estamos
refiriéndonos a la “estructura iglesia” sino a todo aquel que se siente
discípulo de Jesús, esta actitud es la que nos debe distinguir frente al mundo
que vivimos y no es precisamente eso lo que nos caracteriza, sino más bien lo
contrario: hoy se le da de lado a todo aquello que pueda ser signo de
sufrimiento, de, de lealtad, de afrontar responsabilidad…