SOLEMNIDAD. SANTA MARIA, MADRE DE DIOS



Encontraron a María y a José y al niño. 
Del Evangelio según san Lucas.
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores.
María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Palabra del Señor.
    Comenzamos un año nuevo. En estos días seguro que muchos de nosotros tendremos en la cabeza grandes y buenos proyectos, cambios en nuestra vida que a lo mejor se quedan en eso mismo, en buenos proyectos.
  Hoy nos encontramos con un gran proyecto por parte de Dios, encontrar a su Hijo en el pesebre, bajo la atenta mirada de su Madre. Celebramos a Santa María, Madre de Dios, aquella joven de Nazaret nos sale al encuentro para mostrarnos a su Hijo.
    Un Hijo que es Palabra encarnada en cada uno de nosotros, y al igual que los pastores fueron, vieron y posteriormente proclamaron la buena noticia, nos pide que seamos buena noticia en estos días. Para eso tenemos que salir de nuestras comodidades, de nosotros mismos, hacer un esfuerzo por dejarnos guiar por los ángeles. Los pastores vieron, veamos nosotros con la luz de la fe y contemplemos al niño en Belén junto a su Madre, ellos mismos volvieron dando gloria a Dios. Glorifiquemos a Dios con nuestra vida, demos gracias a Dios, porque en esa Madre buena que guarda todas estas cosas en su corazón, ya estábamos nosotros dentro de su mismo corazón, por lo tanto, que el amor de la Madre y de su Hijo ocupe nuestro interior para que así como Ella lo hizo podamos admirarnos y alegrarnos por  lo que Él hace en nosotros. 

Natividad de Nuestro Señor Jesucristo

 

Hoy os ha nacido un Salvador

Hoy grande gozo en el cielo todos tienen, porque en un barrio del suelo nace Dios. 
¡Qué gran gozo y alegría tengo yo!
Mas no nace solamente en Belén,
nace donde hay un caliente corazón.
¡Qué gran gozo y alegría tengo yo!
Nace en mí, nace en cualquiera
si hay amor;
nace donde hay verdadera comprensión.
¡Qué gran gozo y alegría  tiene Dios! Amén.


Lectura del evangelio de san Lucas

    Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio.
    Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad.
    También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.
    En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
    De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.
    El ángel les dijo:
    «No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
    De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo:
    «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad». Palabra del Señor.

    Esta noche en que el orbe entero celebra el nacimiento, la natividad de nuestro Señor, a nosotros los cristianos se nos invita a descubrirlo en un pesebre. En el lugar más pobre de un establo, desde ahí podemos encontrar al Mesías.
   Que contradicción que el Dios encarnado lo haga en la pobreza más absoluta. Nuestro mundo que vive sumergido en el consumismo y en el egocentrismo, que está atento a todo lo que sucede en él rápidamente, no logre a descubrir en el recién nacido a Jesucristo.
     Las claves de está búsqueda y su sentido no la da la ciencia ni la técnica, sino el anuncio gozoso de los ángeles a los pastores, "Os anuncio una gran alegría, hoy os ha nacido un salvador, el Mesías el Señor". Este Mesías y Señor nace hoy en lo más profundo de nuestro interior, en nuestro corazón, para que seamos siempre buena noticia de Dios en el mundo actual. 
    Que las oscuridades de este mundo no apague la luz que nos trae Jesucristo, pues esa luz brilla en las tinieblas, sino que nos haga portadores y mensajeros de su Palabra e iluminemos con luz a todo aquel que se encuentre en tinieblas. Feliz Navidad.
    
   

IV DOMINGO DE ADVIENTO. CICLO A

  Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David

Lectura del evangelio según san Mateo.
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
Palabra del Señor.
    En este domingo de Adviento, encontramos las cuatro velas de la corona encendidas, ya nos esta manifestando que la venida del Señor esta muy cerca. Por eso, la figura central de este día no podía ser de otra manera que la Virgen María.
    Ella mejor que nadie preparo la venida de su hijo, y lo hace desde la alegría de la maternidad y como signo que Dios nos da a todos los que esperamos en Él. 
    Contemplar a María durante esta semana es vivir la experiencia con los mismos sentimientos de Ella. Mujer de esperanza, pronto será cumplida en ella cuando tenga al recién nacido en sus brazos. Mujer de fe, las palabras del Arcángel Gabriel por parte de Dios se harán manifiesto en Ella, Dios ha cumplido sus promesas. Mujer de fidelidad, el Sí que ha posibilitado en este momento será eterno. pues llegando a nuestros días nos señala el camino a seguir. Mujer orante, nos enseña a guardar todas estas cosas meditándolas en nuestro corazón. Mujer-Madre, con ella la Maternidad toma un sentido nuevo, la vida como don de Dios.
    Con esto no podemos olvidar a José, el esposo de María. También nos podemos fijar en él. Nos enseña a acoger desde el interior la Palabra, a confiar  y a estar abierto a lo que Dios nos diga, sin temor, sino con confianza y esperanza.
    Miremos por lo tanto a la Virgen que concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros.
    
     

III DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO A


 ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

Lectura del Evangelio de san Mateo.
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle:
«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».
Jesús les respondió:
«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:
los ciegos ven y los cojos andan;
los leprosos quedan limpios y los sordos oyen;
los muertos resucitan
y los pobres son evangelizados.
¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!».
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito:
“Yo envío a mi mensajero delante de ti,
el cual preparará tu camino ante ti”.
En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él». Palabra del Señor.
    En este tercer domingo de Adviento llamado de Gaudete, la liturgia nos invita a vivir y experimentar la alegría y el gozo de sentirnos amados por Aquel que viene.
    El evangelio parte de una pregunta, ¿eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?. Esta interrogación se la hacen los discípulos de Juan Bautista al mismo Jesús. Jesús es claro "id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo". Nosotros también muchas veces le hemos preguntado a Jesús si es el que tenemos que esperar y la respuesta es la misma, "qué estamos viendo y oyendo". 
    En nuestro camino vital, muchas veces, hemos de comenzar de nuevo, hemos de buscar y encontrar, quizás no todo aquello que queremos en el aquí y ahora. Los que fueron a preguntar a Jesús lo tuvieron que hacer, dejar los signos del desierto para adentrarse en los signos nuevos que nos trae el Mesías, un cambio nuevo de vida y el gozo de haberlo encontrado, cada uno en su situación, pero todos por igual con la apertura de nuestro corazón a Él. Que el gozo y la alegría de este domingo nos impulse a comunicarlo a los demás.
    

II DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO A


 Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos

Lectura del Evangelio según san Mateo.

Por aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Este es el que anunció el profeta Isaías diciendo:
«Voz del que grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos”».
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. 
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
«¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias.
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga». Palabra del Señor

    En este segundo domingo de Adviento nos sale al encuentro la figura del profeta, en la persona de Juan el Bautista. El profeta tiene como su misión principal, hablar en nombre de Dios, denunciar las injusticias y  proclamar la esperanza.   
    Hoy como por aquel tiempo nos invita a mirar en nuestro interior y a descubrir aquello que no nos deja ver el camino que nos ofrece el Señor, bien por nuestras propias injusticias, comodidades, egoísmos o toda clase de debilidades que nos apartan de Dios. Al contrario también nos abre la puerta de la esperanza en Áquel que viene a nosotros, Jesucristo. 
    Juan el profeta nos señala el camino a recorrer al igual que nos atestigua que el mismo Mesías, nos bautizara con Espíritu Santo y fuego.  Cada uno de nosotros tenemos que dejarnos iluminar por este Espiritu para que podamos dar el fruto que Dios quiere para que cuando venga en la realidad de nuestra carne podamos descubrirlo en el Misterio de su pequeñez y así poder manifestar su verdad en medio de nuestro mundo. Estos días no olvidemos el ser profetas de nuestro tiempo y así poder anunciar la verdad que trae Dios en Jesucristo su Hijo, que Él nos de la palabra oportuna para que con nuestro testimonio seamos mensajeros y testigos a la vez de la palabra que es proclamada en medio de nuestro desierto particular para allanar el camino que conduce al Señor.

I DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO A



Velad, pues no sabéis que día vendrá vuestro Señor

Mateo 24:37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempos de Noé.
Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca;y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos, lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre.Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevaran, y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor".Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora menos penséis viene el Hijo del hombre. Palabra del Señor.
    Con este domingo comenzamos un tiempo litúrgico nuevo. estas primeras semanas la llamamos Tiempo de Adviento.    Este primer domingo se nos sugiere a estar en vela, a contemplar los signos que Dios nos da para poder ver el Misterio de Dios hecho carne en Belén.    Este estar en vela, es identificado con la virtud de la esperanza. El pueblo de Israel es el pueblo de la esperanza, ya que miraban a Dios para el cumplimiento de la promesa que el mismo hizo al pueblo elegido, la venida del Mesías. Nosotros al igual que ellos también lo hacemos así, sabiendo que Cristo, el Mesías, ya se hizo y se hace presente entre nosotros. Pero aguardamos su última venida con poder y gloria. El viene a nosotros en cada acontecimiento de la vida, en cada persona, en cada situación incluso en la más difíciles para nosotros está presente. pero quiere que cuando venga definitivamente estemos preparados para recibirle y acogerlo. hagámoslo y recorramos este camino de la vida sabiendo que no sabemos ni el día ni la hora, pero que cuando llegue nuestra esperanza se vera colmada de gozo y alegría de saber que ha merecido la pena esperar. Pues la esperanza como dice el Apóstol Pablo nunca defrauda.














GRACIAS ÑAÑO, SIEMPRE ESTARÁS EN NUESTRO CORAZÓN

 Nuestro querido ñaño, Melitón Bruque García,  párroco durante 17 años de nuestra parroquia termina su colaboración en esta sección acabando el año litúrgico. Ha sido decisión propia, nos dice que tiene que pasar el relevo. Nos ha prometido que seguirá colaborando enviándonos artículos que escriba, es hombre de palabra, lo hará y lo esperamos con alegría.

Le damos gracias infinitas por su dedicación, constancia, empeño, por mantener el blog parroquial como una pequeña llama que no se ha apagado mientras asumíamos que había que continuar el trabajo de nuestro querido Antonio. ¡QUÉ DIOS TE BENDIGA ÑAÑO!

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

    Con esta solemnidad, cerramos el ciclo litúrgico. En este día celebramos que Jesús es Rey, pero no un rey cualquiera, sino Rey del Universo. Este domingo lo contemplaremos reinando desde la cruz. No es un rey de los que estamos acostumbrados a ver y conocer. Este rey no tiene un lugar y un palacio concreto. "Mi reino no es de aquí" como le diría a Pilato, pero que a su vez este reino esta tan cerca de nosotros que esta dentro de nosotros. No es por lo tanto algo extraño. El vela desde la cruz el sufrimiento de todo hombre, nos enseña a mirar a quien tenemos a nuestro lado para darle consuelo y esperanza. Esa fue la esperanza y el consuelo que le dio a aquel que se lo pidió. "Hoy estarás conmigo en el paraíso" ya que mira el corazón del hombre sin importarle nada sus actos si hay arrepentimiento. Nos enseña perdonar y a experimentar su infinito perdón.

    Mirémosle sin miedo en la cruz y sepamos que esta esperando que le digamos lo que el buen ladrón, acuérdate de mi cuando llegues a tu Reino. En definitiva haz que tu Reino llegue a mi vida y posibilite que los demás lo experimenten en sus vidas. Feliz día de Cristo Rey y no olvidemos que Él nos quiere con locura.


DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

 De andar por casa:

         “¿Y los otros?” Estoy seguro que has escuchado esta frase más de una vez cuando nos ponemos en nuestras tertulias  sobre política, cuando nos criticamos la posición que tenemos o la ideología que sostenemos. Y con esto justificamos todo el mal que se viene haciendo, como si fuera algo que es lógico y normal.

 

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 23, 35-43

Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino

 

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo:

—«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».

Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:

—«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».

Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos».

Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:

—« ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».

Pero el otro lo increpaba:

—« ¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibirnos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada».

Y decía:

—«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».

Jesús le respondió:

—«Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

         Creo que vale la pena detenernos en la postura del ladrón Dimas: “Nosotros estamos aquí pagando el mal que hemos hecho pero éste no ha hecho nada malo”.

        Es capaz de reconocer la verdad, aunque tenga que confesar su error y Jesús le responde: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”.

        No hay error más grande que negar la verdad y lo evidente, pues al hacerlo, justificamos la mentira y la injusticia.

        Ninguno de los que se burlaban, aceptaba que Jesús haya vivido en solidaridad y no se haya aprovechado de la posibilidad que tenía en la realidad y que realizaba con los demás. No entienden ni aceptan que se pueda vivir para los demás sin explotar las posibilidades que la vida te presenta y le piden que utilice su poder para bajarse de la cruz y se ponga al mismo nivel de todos, de esa manera creerán en Él.

        Sostienen que hacer el bien y jugarse la vida por los demás es hacer el tonto y algo inaceptable e inconcebible.

        Jesús asume el vivir en contra de la corriente. Vivir en solidaridad sin aprovecharse de las posibilidades que le ofrece la vida

DOMINGO XXXIII DELTIEMPO ORDINARIO -C-

De andar por casa:

         Cuando nos acercamos a algún centro de religiosidad popular o a las cofradías, es muy frecuente salir escandalizados o impresionados por la gran riqueza que se acumula y la ostentación que se hace en ellas, pues incluso, son objeto de exposición todas las donaciones y las promesas que se hacen. Ante esto, mucha gente se pregunta: “¿Para qué quiere la imagen todo esto? Y por otro lado podemos concluir: ¿Qué tiene que ver todo esto con el evangelio?

 EVANGELIO

https://servicioskoinonia.org/leccionario/imagenes/cruz.gif Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 5-19

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

 

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo:

—«Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido».

Ellos le preguntaron:

—«Maestro, ¿Cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».

Él contesto:

—«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca; no vayáis tras ellos".

Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.

Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida».

Luego les dijo:

—«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.

Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.

Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.

Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Palabra del Señor.

 REFLEXION

         También para los israelitas era un orgullo ver la riqueza del templo, que era el máximo signo emblemático  de Israel.

        Para Jesús, en cambio, el centro de interés no son las riquezas acumuladas, sino el ser signo vivo del Reino que se ha inaugurado y que el templo y la religión rechazan. Todas esas riquezas son cosas caducas, solo tienen un valor limitado y relativo. Poner la vida y el orgullo en ellas es una estupidez, pues eso que se tiene como signo de grandeza, mañana puede perderse o ser signo de todo lo contrario.

        Jesús les hace caer en la cuenta que lo único que es eterno y por lo que vale la pena sentirse orgulloso es el reino y la salvación que ha traído: ·De toda esta grandeza no quedará piedra sobre piedra”

        Desgraciadamente estas palabras nos  rechinan hoy en los oídos, pues la grandeza la tenemos puesta, en lo mismo que los israelitas, y de la misma manera tenemos nuestra relación con Dios: la gran mayoría de veces nuestra relación con Dios no es más que una transacción comercial: “Yo te doy para que me des” o, “Yo te doy si es que me das” y no entra en mi esquema de vida el amor, la verdad y la paz que dios me ha regalado y que deberían ser el objeto de exposición, pues es lo que le va a dar sentido a toda mi vida y a todo lo que haga.

Las cosas, las imágenes, los edificios… no tienen valor alguno si es que  no sirven para expresar la grandeza del reino de Dios que se nos ha regalado como horizonte.

DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

 De andar por casa:

         Hay expresiones populares que resumen ciertas realidades de la vida: estoy seguro que has oído alguna vez esta expresión que viene a indicar que terminada la vida se acabaron todas las expectativas. Reza así: “Muerto el perro se acabó la rabia”. Si esto lo aplicamos a la fe, se cierran todas las posibilidades de una esperanza en la resurrección. Escuchemos lo que nos indica Jesús.

 EVANGELIO

https://servicioskoinonia.org/leccionario/imagenes/cruz.gif Lectura del santo evangelio según san Lucas 20, 27-38

No es Dios de muertos, sino de vivos

 

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron:

—«Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella».

Jesús les contestó:

—«En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección.

Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos».

Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN:

         Ocurre con frecuencia que no somos capaces de romper los esquemas que tenemos de la vida y queremos aplicarlos a todo, por eso entendemos por resurrección el “revivir” volver a la existencia material con los mismos esquemas de vida que teníamos; lógicamente, esa mujer que nos indica el evangelio, casada 7 veces o, dicho con más exactitud: entregada como instrumento a cada hermano para que le dé hijos, ¿de cuál de ellos será cuando haya revivido? Lógicamente, no creo que le haga ilusión a una persona en esta situación revivir para estar de juguete de unos y de otros.

         El Reino de los cielos, la Resurrección es la superación de todo aquello que nos limita y nos hace esclavos de lo material, de lo caduco, de lo perecedero y de lo necesario para vivir. Estas cosas mantienen al ser humano amarrado y sometido sin poder ser libre y realizarse en plenitud.

     De ahí que Jesús aclare a los que le preguntan: Cuando llegue el momento “ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección”, que es vivir en otra dimensión.

 

DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

 De andar por casa:

         Uno de los grandes problemas que tenemos en la vida es la capacidad que generamos de enmarcar a las personas y no les damos posibilidad de salir de donde los hemos ubicado. Fíjate en lo que ocurre en la actualidad; los medios de comunicación sueltan una calumnia contra alguien y eso queda como una mancha en la persona que ni la ley la borra.

 EVANGELIO

https://servicioskoinonia.org/leccionario/imagenes/cruz.gif Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 1-10

El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido

 

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.

Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:

—«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa».

Él bajo en seguida y lo recibió muy contento.

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:

—«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».

Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:

—«Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más».

Jesús le contestó:

—«Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán.

Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

         Zaqueo es considerado un pecador público porque cobra los impuestos que los romanos obligan a pagar al pueblo; él es un trabajador del régimen y es considerado un ladrón un traidor y un degenerado con el que no se debe tener contacto. Según este esquema, hoy no deberíamos escuchar ni acercarnos a ningún político ni empleado del gobierno

        Lógicamente. Él se siente despreciado y marginado, pues nadie quiere acercarse a él, le han puesto el marco de la impureza y no hay quién se lo quite.

        Jesús entiende que Zaqueo, antes que todo eso que considera la ley judía, es una persona con unos sentimientos, unas necesidades, con un corazón… es una PERSONA e interpreta el gesto que está viendo como una manifestación de la necesidad que esa persona tiene y se acerca a él.

        Cuando Zaqueo se siente valorado, aceptado, acogido con todo lo que él es, cambia radicalmente su vida y su forma de actuar, mientras que los que se sienten tan buenos, siguen encerrados en sus esquemas y se escandalizan de que Jesús se acerque a él, lo escuche y le dé la mano para salir de donde está. Ellos, en cambio, lo condenan sin posibilidad de cambio.

 

DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

 De andar por casa:

         Uno de los grandes problemas que tenemos en la vida es la capacidad que generamos de enmarcar a las personas y no les damos posibilidad de salir de donde los hemos ubicado. Fíjate en lo que ocurre en la actualidad; los medios de comunicación sueltan una calumnia contra alguien y eso queda como una mancha en la persona que ni la ley la borra.

 EVANGELIO

https://servicioskoinonia.org/leccionario/imagenes/cruz.gif Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 1-10

El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido

 

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.

Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:

—«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa».

Él bajo en seguida y lo recibió muy contento.

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:

—«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».

Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:

—«Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más».

Jesús le contestó:

—«Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán.

Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

        Zaqueo es considerado un pecador público porque cobra los impuestos que los romanos obligan a pagar al pueblo; él es un trabajador del régimen y es considerado un ladrón un traidor y un degenerado con el que no se debe tener contacto. Según este esquema, hoy no deberíamos escuchar ni acercarnos a ningún político ni empleado del gobierno

        Lógicamente. Él se siente despreciado y marginado, pues nadie quiere acercarse a él, le han puesto el marco de la impureza y no hay quién se lo quite.

        Jesús entiende que Zaqueo, antes que todo eso que considera la ley judía, es una persona con unos sentimientos, unas necesidades, con un corazón… es una PERSONA e interpreta el gesto que está viendo como una manifestación de la necesidad que esa persona tiene y se acerca a él.

        Cuando Zaqueo se siente valorado, aceptado, acogido con todo lo que él es, cambia radicalmente su vida y su forma de actuar, mientras que los que se sienten tan buenos, siguen encerrados en sus esquemas y se escandalizan de que Jesús se acerque a él, lo escuche y le dé la mano para salir de donde está. Ellos, en cambio, lo condenan sin posibilidad de cambio.

DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO -C-

 De andar por casa:

         Estoy seguro que has de conocer a alguien que habiendo tenido razón, las leyes se le fueron en contra y le amargaron la existencia, mientras que el malhechor fue declarado inocente. Mira lo que narra Jesús

 EVANGELIO

 https://servicioskoinonia.org/leccionario/imagenes/cruz.gif Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 1-8

Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan

 

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:

—«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:

"Hazme justicia frente a mi adversario".

Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:

"Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara"».

Y el Señor añadió:

—"Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?".

Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

        Yo creo que Jesús, hoy, viendo la realidad que tenemos, la parábola la hubiera contado de otra forma, porque tal como la cuenta, hubiera estado fuera de contexto pues le faltan todos los elementos que hoy se dan:

            La viuda que pedía justicia debía tener mucho dinero para pagarse un buen abogado y poder poner las denuncias una y otra vez hasta que se hubieran aceptado las denuncias y el juicio se hubiera podido formalizar.

            Después, los abogados hubieran propuesto mil formas de acuerdo antes de llegar al juicio y, entre las fórmulas, la que más visos de ganar tendría sería aquella que más beneficios ofreciera al juez.

            De ahí que la gente esté convencida de que la justicia se le hace a quien la paga; y vemos, con todo descaro, vivir tranquilamente y salir a la calle con su cabeza bien alta, a gente que todos sabemos han sido unos auténticos ladrones, que han hecho verdaderas barbaridades, pero han tenido el dinero suficiente para pagarse los mejores abogados y jueces que los han declarado inocentes.

            Jesús hubiera contado hoy la parábola teniendo en cuenta todos esos detalles para terminar diciendo lo mismo: “Que Dios no es así, que Dios es la  JUSTICIA, con mayúscula, que no se deja vender ni comprar y que en Él solo pesa la VERDAD y la MISERICORDIA, que no están reñidas con la Justicia.

 

 

DOMINGO XXVIII DELTIEMPO ORDINARIO

 

De andar por casa;

         No hay cosa que peor caiga que encontrarte con una persona desagradecida que no es capaz de reconocer el bien que se le hace y se cree que se lo merece todo. Eso da lugar a que nos desanimemos y se nos quiten las ganas de colaborar en nada. ¿Te imaginas lo que siente Dios? Escucha y pon atención a lo que nos dice el evangelio de este domingo.

 

 

EVANGELIO

https://servicioskoinonia.org/leccionario/imagenes/cruz.gif Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 11-19

¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?

 

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:

—«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».

Al verlos, les dijo:

—«Id a presentaros a los sacerdotes».

Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.

Éste era un samaritano.

Jesús tomó la palabra y dijo:

—«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?».

Y le dijo:

—«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».

Palabra del Señor.

 

 

REFLEXIÓN

 

         Algo que no toleramos es a una persona que se cree con todos los derechos y que todo el mundo ha de estar pendiente de ella y sin obligación alguna de cara a los demás.

         Los judíos se sentían el centro del mundo, el pueblo que había elegido Dios, y por tanto, cualquier cosa buena que les ocurriera, estaban convencidos  que se la merecían y no sentían la necesidad de dar las gracias por nada: podemos recordar la postura del hermano mayor de la parábola del hijo pródigo. Es el típico tipo que se cree el mejor, el más guapo, el más sabio, el más interesante, el que todo lo hace bien y todo lo ha de tener  a pedir de boca porque él se lo merece.

         Habían sido curados diez y ninguno sintió la necesidad de dar gracias por el bien que había recibido, solamente uno que no era judío; únicamente fueron a recoger el acta que los hacía de nuevo libres y con derechos de todo ciudadano.

         Jesús se siento dolido de esta postura que es la imagen exacta de la insolidaridad, pues se sienten en el centro de la vida y los demás, únicamente son tenidos en cuenta si es que les sirven, cuando no es así, se descartan, como un ser inservible.

         El mensaje que hoy nos lanza el evangelio tiene una actualidad enorme y debemos prestarle atención pues es la actitud que se sostiene como lo más lógico y normal y es un error que nos lleva a la muerte de la solidaridad.